Foto: Hugo Pinedo, de 95 años.
El boliviano Hugo Pinedo, de 95 años, que luchó en la Guerra
del Chaco (1932-1935) en defensa de los recursos naturales de Bolivia, y seis
años más tarde se sumó a las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos para pelear
en la Segunda Guerra Mundial contra los japoneses y los alemanes fue reconocido
en Washington D.C. por la Coalición Por la Democracia y destacados residentes
bolivianos en el Capitol Hill, sede política de los congresistas Republicanos.
“Fue un gran honor pelear por mi patria y también por mi segunda
patria que es los Estados Unidos de América en la segunda Guerra Mundial”, dijo
Pinedo, quien se muestra firme con ayuda de un bastón y muestra una mirada
serena y sonrisa atenta.
El ex combatiente de la Guerradel Chaco y militar jubilado
de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos de América se excusó de hablar de
política y de la administración del presidente Evo Morales y las Fuerzas
Armadas de Bolivia en el proceso de cambio: “Nunca me metido en política, yo
soy militar, y como militar estuve en el Chaco defendiendo los recursos
naturales y en la segunda Guerra Mundial contra el nazismo, soy militar
jubilado de la aviación americana y respetuoso de mi país Bolivia”.
“Me vine a los Estados Unidos el año 1934, después de haber
disputado la batalla en Boquerón, pero las batallas que fueron bien encaradas
fueron las de Fortín Saavedra y Kilómetro 7; ahí el soldado boliviano demostró
valor y estrategia militar en la Guerradel Chaco… Me vine a los Estados Unidos
porque en Bolivia me iban a cortar la pierna, mi familia me envió a este país
donde me recuperé y me uní en 1936 a la aviación de los Estados Unidos, yo
siempre fui militar y después de 20 años me jubilé”, dijo Pinedo en entrevista
con la Agencia de Noticias Fides (ANF) tras el reconocimiento público que le
hicieron en la noche del martes.
“Voy a Bolivia cada dos años. Nosotros hemos pelado con
valor por la patria y espero que el Gobierno boliviano siempre reconozca ese
valor. Aquí en los Estados Unidos a mí me reconocen bien, tengo dos pensiones,
la primera es de 38.000 dólares al año y tengo otra pensión de 34.000 dólares
al año; con eso yo puedo vivir decentemente, espero que los ex combatientes de
la Guerra del Chaco que aún viven reciban lo mismo y el respeto del Gobierno
boliviano porque se lo merecen”, manifestó emocionado por los aplausos y gestos
de cariño que recibió cuando abandonó el salón de eventos del Capitolio.
En Bolivia los beneméritos de la Guerra del Chaco reciben
una renta vitalicia mensual de menos de 300 dólares, que anualmente llegue a un
poco más de 3.200 dólares. Mientras que las 6.000 viudas reciben un poco más de
1700 bolivianos mensualmente.
El boliviano Jorge Lozano, Chairman of the American Business
Council, destacó la trayectoria del dos veces ex combatiente, mientras que
Manuel Rosales, director de la Coalición Latina, al igual que Teddy Gamboa,
presidente de la Coalición Por la Democracia, calificaron de ejemplar la vida
de Pinedo.
La Coalición por la Democracia organizó un evento de
distinción con la presencia de los legisladores bolivianos Marcelo Antezana,
senador de Convergencia Nacional, Mauricio Muñoz diputado opositor, Manfred
Reyes Villa, ex prefecto de Cochabamba y ex candidato a la Presidencia de
Bolivia, acto que contó además con la presencia de los embajadores Cresencio
Arcos, Senior Advisor to the IABC; Bosco Matamoros, Senior Advisor to the IABC,
congresistas Republicanos y empresarios bolivianos, como el vicepresidente de
la recientemente conformada Cámara de Comercio Boliviana Americana, Grover
Mendoza.
Antecedentes
Entre 1852 y 1920, se iniciaron reclamos diplomáticos por el
control de la zona por parte de Bolivia y Paraguay, estableciéndose fortines en
el lugar por ambos países. En 1928, el fortín “Vanguardia” de los bolivianos,
fue tomado por los paraguayos, quienes dieron muerte a seis guardias, e
incendiaron el fortín, Esto trajo como consecuencia que los bolivianos
respondieran ocupando el fortín paraguayo llamado “Boquerón”. El problema fue
resuelto por la Sociedad de las Naciones que obligó a Bolivia a desalojar el
fortín paraguayo, y a éstos, a reconstruir el fortín “Vanguardia”, calificando
a Paraguay como “país agresor”.
Bolivia contaba con una fuerza de 250.000 hombres, mientras
los paraguayos reunieron 150.000. El presidente Daniel Salamanca había asumido
en 1931 con gran fuerza y deseo de engrandecer a su patria, sobre todo
militarmente. La economía era próspera, con gran riqueza minera y contando con
una población de 3.000.000 de personas.
Paraguay era mucho más pobre, de economía agrícola-ganadera,
y menos poblado (1.000.000 de habitantes). En Paraguay, l presidente Eusebio
Ayala, asumió el 15 de agosto de 1932, y su posición se mostró mucho más
partidaria del enfrentamiento armado.
El militar alemán, general Hans Kundt, veterano de la Primera
Guerra Mundial, fue quien organizó el ejército boliviano, y se hizo cargo del
mismo, luego de la derrota sufrida en Boquerón. Además del apoyo alemán,
contaron con la adhesión de chilenos y checoslovacos. Al frente de los
paraguayos fue elegido José Félix Estigarribia, formado militarmente en Chile.
El 10 de mayo de 1933 Paraguay le declaró la guerra a Bolivia.
La Liga de las Naciones había impuesto un embargo de armas a
ambos países, e insistió con una propuesta de paz, en el mes de noviembre de
1934, que si bien fue aceptada por Bolivia, fue rechazada por Paraguay. El
embargo por lo tanto, le fue levantado sólo a Bolivia. El año 1935 encontró a
ambos bandos agotados. Los bolivianos se habían retirado a Villa Montes. En
abril, los paraguayos traspusieron el Río Parapiti, pero fueron repelidos por
los bolivianos.
El fin de la contienda ocurrió el 12 de junio de 1935, día
en que se firmó un armisticio, en presencia de los mediadores. El cese de las
hostilidades ocurrió el día 14. Paraguay, posteriormente, en 1936, en la
Conferencia de Buenos Aires, logró el reconocimiento de casi toda la zona a su
favor. En 1938, Paraguay obtuvo 120.000 kilómetros cuadrados mientras los
bolivianos se beneficiaron teniendo acceso al río Paraguay, y al poblado de
Puerto Casado, perteneciente a Paraguay. Las consecuencias fueron la pérdida de
60.000 soldados bolivianos y 30.000 de origen paraguayo. Tardaron mucho ambos
países en reponerse de sus costos sociales y económicos.
Publicado en el periódico Opinión el 1 de marzo de 2012.
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