SANTA CRUZ DE LA SIERRA EN EL COSMOPOLITA ILUSTRADO, FINES DEL SIGLO XIX


Por: Omar Rocha Velasco – Literato / Este articulo apareció publicado en el periódico Página Siete de la ciudad de La Paz el 25 de Septiembre de 2014.

Aunque durante el siglo XIX Sucre, Potosí y La Paz fueron las ciudades en las que se publicaron la mayor cantidad de revistas literarias y culturales también se publicó en otras ciudades. Este es el caso de la revista El Cosmopolita Ilustrado que "afloró” en Santa Cruz de la Sierra entre el 6 de agosto de 1887 y el 7 de enero de 1889. 
En efecto, esta revista se publicó cada sábado hasta llegar al número 35, lo que es una contundente evidencia de la seriedad con la que se emprendió el proyecto y la aceptación que tuvo en una ciudad todavía alejada de los "centros intelectuales”. Los responsables de la publicación fueron Manuel Lascano Velasco y Adrián Justiniano y Flores. 

Es imprescindible agasajar la edición facsimilar de esta revista, que se publicó en 2008 financiada  por el Gobierno Municipal de Santa Cruz gracias a una iniciativa privada: "En marzo de 2006 Juan Rivero Lascano, nieto de don Manuel Lascano Velasco hizo entrega al director del diario El Deber de unas muy logradas fotocopias de lo que fue El Cosmopolita Ilustrado, un periódico que circuló en la entonces olvidada Santa Cruz de la Sierra…”. 
Hermosa publicación y hermoso gesto digno de imitar en otros ámbitos porque es una manera de hacer contrapunto a la cerrazón de los algunos "guardianes” (arcontes diría Derrida) que gozan de ocultar esos papeles amarillos bajo siete llaves.
Ser cosmopolita, en este caso, implicaba no caer en el "provincialismo” que era visto como uno de los grandes males del país en su conjunto, éste era intensamente cuestionado por los redactores, por ejemplo, en el último número (el 35 del 7 de enero de 1889), se hablaba de la inminente guerra civil entre los "hijos del Illiimani” y los capitalinos. La editorial cuestionaba el espíritu localista, recordaba a los grandes tiranos que alternaron en el poder pocos años antes y, sobre todo, planteaba una consigna: "La patria antes que el campanario”. 
Así, el cosmopolitismo era ir más allá del terruño y "dar á conocer á los hombres célebres del mundo entero, como también los monumentos, edificios y ciudades más importantes, y, en una palabra, todo lo que de más notable haya en arquitectura, escultura y demás artes liberales y mecánicas, para lo cual cuenta con la colaboración necesaria”. [sic.]
El título de la revista expresa, en su segundo término, otro de los encumbrados ideales de la época: "La Ilustración”. Ese era el horizonte que resolvería todos los problemas de convivencia, identidad y proyección; se trataba de "ensanchar la esfera de conocimientos”, "buscar la verdad”, "disipar el error y la ignorancia”. Claramente se veía en el ejercicio de las letras a un sustituto ideal de las armas. 
El sentimiento común del periodismo de la época era dejar el fusil, empuñar la pluma y emprender una nueva lucha más ennoblecida y menos sangrienta: "Es á esta lucha, á este combate de la inteligencia, á donde nosotros ingresamos con el débil contingente de nuestros esfuerzos, y, al presentarse El Cosmopolita Ilustrado en el palenque de la prensa periodística, lo hace guiado por el mismo nobilísimo sentimiento q’ á todos sus colegas anima: ilustrar, ilustrar, ilustrar y siempre ilustrar…” [sic.]
La revista se presentaba como independiente, eso significaba que no se adscribía a ningún partido político, el razonamiento era que mientras menos comprometido se está se puede mantener dignidad y honor para poder juzgar los hechos y emitir "sano criterio”. 
En esa perspectiva, los redactores abrieron una sección denominada "municipalidad”, en la que hacen sugerencias y ácidas críticas a la labores de los consejeros y alcalde; los temas eran diversos: Las paredes del cementerio, la suciedad en las farolas de la plaza, el polvo de las calles, el excesivo número de perros, el camino de la Sierra, etcétera.
Uno de los aportes más importantes de esta revista fue su vocación histórica, los redactores fueron plasmando en cada número algo de la historia del transcurrir de su ciudad, hablaron de la construcción de algunos edificios importantes, de la venta de algunos terrenos (dieron detalles como el precio y el nombre de acreedores y compradores), hablaron de tradiciones como el juego del cabrito y hablaron también de lugares emblemáticos como la laguna El Arenal. Todo esto a partir de grabados que obsequiaban a los suscriptores de la revista.
Sin duda fue una de las publicaciones más importantes del siglo XIX, repitió gestos, "poses” e ideales propios de la época, pero al mismo tiempo fraguó rasgos particulares que ninguna otra publicación del país tuvo y que se relacionan con su alejamiento de los centros intelectuales y la voluntad (muy consciente) de la construcción simbólica de una ciudad.
El mayor impulsor de El Cosmopolita Ilustrado fue Manuel Lascano Velasco, pintor y grabadista muy destacado en su época, por esta razón la revista cruceña incluye en cada uno de sus números un "grabado” hecho por este artista. 
La técnica consistía en burilear la imagen en un trozo de madera -dando lugar a un dibujo muy sofisticado de trazo grueso- y luego traspasarla cuidadosamente al papel. Cada grabado iba acompañado de un texto descriptivo y proporcionaba información detallada, quién era la persona que aparecía, la historia del lugar, fechas, nombres, datos, etcétera. Estas imágenes fueron la huella de El Cosmopolita Ilustrado, una "originalidad” de la que muy pocas publicaciones bolivianas gozaron. 
Los grabados y textos de Lascano constituyen una fuente primordial para reconstruir la historia de Santa Cruz del siglo XIX, allí se dieron a conocer costumbres, tradiciones y, sobre todo, datos acerca de cómo se fueron edificando algunos hitos de la ciudad como el caso de la plaza de la Concordia:
"El jeneral Juan José Pérez, de gloriosa memoria, fué el primero que ordenó é hizo ejecutar el nivelamiento de la entonces irrisoria Plaza, así como la construcción del elegante enverjado de cal y ladrillo que la circunvala. Vino enseguida el igualmente finado Jeneral Juan Mariano Mujia, y procedió al ornato y embellecimiento de la obra de su antecesor: pusiéronse los bancos que hoi escisten, y él mismo, en persona, plantó y sembró los árboles y flores que la adornan”.  [sic.]  
Otro de los temas de estos grabados era el homenaje patrio, El Cosmopolita Ilustrado nació un 6 de agosto de 1887 en recuerdo del día de fundación de Bolivia, la imagen para ese primer número fue la de Simón Bolívar de pie, arriba de la cumbre del Cerro Rico de Potosí, el Libertador porta el estandarte de la libertad en una mano "y con la otra muestra al mundo su obra coronada por el más completo y feliz éxito. "-Allí, á lo lejos, se vé á Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia y el Perú.- ¡Cinco naciones que él arrancara de las garras del León hispano para darles libertad!” [sic.] 
Este gesto fue constante durante los 35 números de la revista, Lascano, un patriota empedernido, homenajeó a José Miguel de Velasco (ex Presidente de Bolivia y abuelo suyo), Ovidio Suárez (que obsequió el reloj que "adornaría nuestra futura Catedral”), Pedro Blanco (segundo presidente de Bolivia), Andrés de Santa Cruz, etcétera.
La revista también dio a conocer mediante sus grabados reuniones memorables de la época y costumbres de la región, uno de los casos más exquisitos es la descripción del juego del cabrito:
"Todos rodean al venturoso jinete que se llevaba el chivo y, tirón de aquí, tirón de allá, empujando á este, arrimando un soberbio riendazo á aquel, arrancando las barbas á ese otro, rasgando la camisa al de más allá, y todo abundantemente salpimentado con profusión de epigramas, alusiones, ajos y cebollas, cada cual auna sus esfuerzos á los de su partidito para conseguir quitar el chivo y llevárselo consigo…” [sic.]  
Las imágenes propuestas por Lascano no fueron solamente de Santa Cruz, esa era una de las formas de entender el cosmopolitismo expresado en el título de la revista. Así, la revista da a conocer también espacios destacados de otras partes de Bolivia: La plaza 25 de Mayo y el manicomio Pacheco en Sucre, la plaza 16 de Julio, la Alameda y el Palacio de Gobierno en La Paz de Ayacucho, etcétera.  
Esta publicación y sus grabados fueron el inicio del concepto de "publicación periódica Ilustrada” en Bolivia. Esto implica ir más allá de los motivos ornamentales como bandas, letras, o viñetas estandarizadas. En general, las imprentas estaban equipadas con material tipográfico consistente en esas viñetas ornamentales o pequeñas ilustraciones que acompañaban a los textos; el lenguaje visual de El Cosmopolita Ilustrado abrió una nueva página en las revistas literarias y culturales bolivianas, pues no se piensa solamente en las funciones decorativas.


 Baile en los suburbios de la ciudad de Santa Cruz a fines del siglo XIX
 El Arenal
Ingenio de azucar a fines del siglo XIX en Santa Cruz de la Sierra 
Teneria de don Lino Torres

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