EL 11 DE NOVIEMBRE DE 1934.- ELECCIONES PRESIDENCIALES


Las relaciones entre la cúpula militar y el presidente Salamanca fueron tensas desde su inicio. Sin embargo, en 1934 estas se encontraban en un franco deterioro. Se convocó entonces a elecciones presidenciales a pesar de que Bolivia se encontraba en plena guerra, y estas se llevaron a cabo el 11 de noviembre. El afamado intelectual Franz Tamayo fue el ganador. Sin embargo, la caótica situación bélica y política interfirió desechándose así el cumplimiento del mandato de las urnas.


BREVE BIOGRAFÍA DE FRANZ TAMAYO

(La Paz, 1879 - 1956) Poeta y político boliviano. Durante su niñez y juventud pasó varias temporadas en Francia y en el Reino Unido. Se graduó como abogado en la Uuniversidad de San Andrés y tuvo simpatías liberales durante sus primeros años de actividad política. Fundó y dirigió el Partido Radical hasta que la formación se fusionó con los conservadores en la década de 1920.
Como miembro del Partido Radical, fue diputado y ocupó sucesivamente diversos cargos de relevancia, como los de presidente de la Cámara, delegado de la Sociedad de Naciones y ministro de Relaciones Exteriores, hasta que en 1935, durante la guerra del Chaco, fue elegido presidente de la República; sin embargo, no llegó a tomar posesión a causa del golpe militar dirigido por José Luis Tejada Sorzano. Algunos años más tarde presidiría la Asamblea Constituyente (1944).
Su actividad política no le impidió desarrollar su faceta poética y periodística. Dirigió el periódico El Hombre Libre y fue fundador de El Fígaro. Por su obra poética se le considera el máximo representante del modernismo en su país. De ella destacan las Odas (1898), los Proverbios sobre el arte, la vida y la ciencia (1905), Nuevos proverbios (1922), Los nuevos rubayat (1927), Scherzos (1932) y Epigramas griegos (1945).
En su labor poética, Tamayo destaca como esteta y espléndido versificador modernista, dotado de extraordinario talento. Su poesía, con su vocabulario de finos matices, llena de símbolos y hermética como la personalidad del indio del Altiplano, es equiparable a la de los mejores poetas de la lengua. De la altisonancia a la delicadeza lírica, el alma del poeta nos ofrece el bello espectáculo de su entusiasmo helénico, su temperamento romántico y su capacidad asimiladora del modernismo, manteniendo sin embargo el perfil vigoroso de una personalidad arraigada en el corazón de su país.
Franz Tamayo es también autor de las tragedias líricas La Prometeida (1917) y Scopas (1939) y de notables ensayos socioculturales: La creación de la pedagogía nacional (1910), uno de sus libros más difundidos, Crítica del duelo (1911) y Horacio y el arte lírico (1915).

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