Enrique W. Van Nivel, explorando el río Pilcomayo. Fuente:
Francis de Castelnau, Vues et scènes: recueillies pendant l'Expédition dans les
parties centrales de l'Amérique du Sud: de Rio de Janerio à Lima, et de Lima au
Para. Paris: P. Bertrand, 1853.
Por: José E. Pradel B. / Publicado en el periódico El Diario
el 19 de Noviembre de 2013.
Tras el fracaso de la exploración liderada por Manuel
Rodríguez Magariños realizada entre 1843-1844, la administración del Gral. José
Ballivián (1805 - 1852), no perdió la ilusión de fortalecer la presencia del
Estado Boliviano en los territorios orienta-les y revelar las interrogantes de
¿Cuál era la fuerza de la corriente? y ¿Cuál era el fondo y curso del citado
río?
Además, de implementar una nueva ruta comercial a través del
río Pilcomayo, para ello se ordenó la conformación de una expedición liderada
por el oficial de la marina belga Enrique W. Van Nivel.
En ese sentido, geográficamente el río Pilcomayo, se
encuentra situado en el sur de Bolivia y es parte de la Cuenca del Plata, tiene
una longitud de 2.426 km. Durante la cuarta década del siglo XIX, el gobierno
boliviano tomó diversas medidas para fortalecer la presencia del Estado en los
territorios orientales.
En este punto, es necesario mencionar que el teniente Van
Nivel, según el escritor Julio Díaz Arguedas: “era natural de Bruselas
(Bélgica), de profesión marino. Llegó a Bolivia durante el gobierno del general
José Ballivián. Habíase distinguido en la expedición Magariños por su carácter,
su audacia y su destreza en batir a los salvajes que atacaban la expedición” 1-
además, estuvo al mando de la embarcación denominada Ballivián.
Desde un comienzo la expedición fue respaldada por las
principales autoridades del Departamento de Tarija, sobre esto escribió el
Comandante General del Departamento, José María Suarez, el 10 de octubre de
1844: “tal es la idea de que estoy poseído al ver la concurrencia de
circunstancias tan favorables con que se ha puesto en planta la empresa de la
navegación del Pilcomayo… el iris de Bolivia se ostentara indudablemente a la
faz del Paraguay” 2 e indujo a los solda-dos: “el Presidente de la República ha
encargado a vosotros abrir el canal de comunicación por el Pilcomayo, entre
nuestra República y la del Paraguay” 3.
La Flotilla denominada Bolívar, zarpó del puerto de Bella
Esperanza el 30 de septiembre de 1844. Estuvo compuesta por 64 tripulantes. Las
primeras doce millas fue escoltada por el prefecto de Tarija de esa época,
Domingo Arze y el Comandante General del Departamento, José María Suarez, sobre
esto escribió: “aquellas aguas que ingratas se mostraron, dóciles conducen
ahora nuestras Janguas, y en un momento pasan estas por los lugares donde
fracazara otra ex-pedición” 4.
Además, fue custodiada por las poblaciones nativas
conducidas por el “Capitán tova Apol (de gran prestigio entre esas tribus
salvajes) va a bordo de la flotilla, comprometido a conducirla hasta el
Paraguay y a proporcionar víveres si llegase a necesitarlos la tripulación, sin
más promedio que a su regreso se den veinte vacas con cría” y “Yumaí, otro
capitán, acompañado de treinta o cuarenta indios ha marchado por la margen
occidental del río para estar a la mira de la flotilla” 5. Un hecho
trascendental, fue que una mujer indígena, realizó la tarea de traductora de la
expedición: “la casualidad ha hecho también, que la mujer de un soldado,
supiera perfectamente el idioma tova, quien después de haber servido de
interprete para ajustar el convenio con los dos capitanes mencionados”.
La flotilla expedicionaria estaba compuesta por las
embarcaciones Resolución, Constancia y Bella-Carolina, además de nueve
lanchones, sobre esto Van Nivel escribió: “aunque en el curso de una vida
pasada en la marina nunca las había visto, la razón me convenció de-bían ser
estas las mejores: las hizo construir a fin de demostrar que eran las únicas
que podían bogar por el Pilcomayo” 7. Sin embargo, la embarcación Constancia
fue comandada por el oficial de la marina belga y la embarcación Resolución por
el Teniente de la Flotilla Pedro García. Sobre los lanchones, lo dividieron
proporcionalmente.
Después de partir, la expedición estuvo varada más de dos
veces y al día siguien-te continuaron el viaje, luego llegaron al lugar donde
encalló la expedición liderada por Magariños. El día 2 de octubre pasaron por
los pueblos de Yanusuti, Tatuni, Eyue, Caramdampente encallando muchas veces
por los continuos bancos de arena, en este punto les ayudó remolcando, el
nativo Perendente y llegaron a una playa denominada Hivo, al día siguiente
pasaron los pueblos de Ybapoyti y anclaron en un lugar conocido como
Aguararoque, de este recorrido detalló: “hasta ahora el río no indica ser
navegable por sus playones inmensos y la variación tan constante y caprichosa
del canal principal” 8.
Para el día 4 de octubre entraron en un canal en territorio
toba y suscribieron un ‘Tratado de Paz’. Al día siguiente conti-nuaron
navegando el canal y al anclar en la tarde los visitó el Capitán Yumai, el cual
les alarmó que la población de Ca-bayorotipote les atacaría, en ese momen-to el
teniente Van Nivel, ordenó el apre-samiento de este capitán toba. Desde este
instante la expedición solo fue custodia-da por los nativos chorotes que les
ayu-daron alcanzar la localidad de Cabayoro Hipoti, de este recorrido relató:
“Desde que tomamos el canal que sigue hasta ahora navegamos con un fondo en
gene-ral de dos o tres pies de agua, pero siem-pre se encuentran bancos de
arena” 9. Tras recorrer de una manera muy pau-sada, para el 12 de octubre,
fueron ataca-dos aproximadamente por dieciséis mil nativos por ambos flancos,
como resulta-do fueron heridos 4 hombres de la expe-dición.
Por otro lado, el recorrido fue demoro-so y saturado de
dificultades, sobre esto escribió: “como mi compromiso con el Gobierno fue
llegar hasta donde acabase el río, me propuse para llenarla reunir en un solo
ramal todas estas aguas; y ca-vando con las manos la arcilla; atajando el agua
con paja y barro, conseguimos juntar los arroyos en el cauce artificial:
anduvimos media legua, al cabo de la que caímos en una laguna de cerca de 25 de
circunferencia, la cual se mandó reconocer con guerrillas por derecha e
iz-quierda, a fin de averiguar su desembo-cadura” 10. Además, solamente se ali-
alimentaron de chañal, yerbas y pes-cado, aunque el peor enemigo fue la sed.
Después de explorar la desembocadura y la zona, acertaron
que el río Pilcomayo se secaba y comprendía inmensos arenales, en ese momento
la expedición resolvió marchar a pie, armados todos con fusil en mano, con un
pedazo de charque y arroz.
Una vez iniciado el recorrido a pie, los expedicionarios
incendiaron la embarcación Bella-Carolina para que los nativos no los
molestaran, en este recorrido por tierra tuvieron que fusilar a su compañero
herido, apellidado Mancilla. Después de caminar nueve días encontraron la
orilla de un río. En este lugar latiguearon al guía nativo Yumai, quien les
confesó que no conocía el Paraguay. Desesperada toda la tropa decidieron
regresar guiados por un nativo llamado Girey, sobre el regresó de la tropa a la
colonia militar Villa Rodrigo el 7 de noviembre de 1844, el explorador Van
Nivel, escribió: “en la tarde entró a esta Colonia la Columna, completamente
desnuda y apoyándose los soldados en bastones” 11.
Finalmente, Van Nivel recorrió 189 leguas por agua y 389 leguas
a pie de ida y vuelta. Por otro lado, su diario de viaje, publicado en el
periódico ‘La Gaceta de Gobierno’, en 1845. Sirvió como un documento básico,
para las posteriores explora-ciones dirigidas por: Andrés Rivas (1864),
Sebastián Cainzo y Miguel Estenssoro (1868), Jules Crevaux (1882) y por último
Daniel Campos (1883). Finalmente se sabe que el oficial de la marina belga
Enrique W. Van Nivel, abandonó el país a la caída del Presidente Gral. José
Ballivián, en 1846.
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