Soldados paraguayos.
"En gran medida, Hans Kundt fue un chivo expiatorio por
los errores, inoperancia y desobediencias de sus subordinados bolivianos. Kundt
fue traicionado por sus subordinados, especialmente por el más cercano, David
Toro. Ello, sin embargo, no lo exime de sus propios grandes errores, como haber
enviado a la muerte a oleada tras oleada de soldados bolivianos en ataques
frontales contra la fortaleza de Nanawa, o el no haber reconocido la magnitud
de la ofensiva paraguaya en octubre-diciembre de 1933, que lo llevó al desastre
de Alihuatá-Campo Vía”, pondera Brockmann.
"El folclore histórico tejido por Toro dice que Kundt
era un general tropero y no un oficial de Estado Mayor. Pero sí lo era. Era un
mal oficial de Estado Mayor, pero ésa es otra cosa. En el Chaco fue la única
vez en América que se utilizaron aviones, tanques, morteros y lanzallamas en
batalla, y Kundt, a disposición de todo aquello, no supo obtener la victoria”,
dice el periodista boliviano, quien revela que el alemán sí era muy cercano a
la tropa y pocos generales, "si acaso alguno, había cuidado y apreciado a
los soldados indios como él”. Sin embargo, al finalizar la guerra, Kundt había
cambiado de parecer y los bolivianos pasaron de ser "los mejores soldados
del mundo después de los alemanes” en juegos de guerra a no servir para la
guerra de verdad. El quiebre de la vieja relación fue total.
Fuente: Made for minds www.dw.com
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