EN 1899 NOVENTA Y UN JAPONESES INGRESAN A BOLIVIA PARA TRABAJAR EN PLANTACIONES DE CAUCHO

Fotografía: Los japoneses de Riberalta celebrando el cumpleaños del Emperador (Tenchosetsu), ca. 1936. (Colección de la Federación Nacional Asociaciones Boliviano Japonesas)


Antes de los años cincuenta, la mayoría de los japoneses entró en Bolivia como trabajadores comunes a través de Perú. En 1899, la region del Río Maipiri en La Paz fue testigo de la primera entrada de noventa y un trabajadores japoneses en las plantaciones de caucho.
Después de esto, la región montañosa andina continuó atrayendo a un centenar más de japonés que encontró empleo en la minería y la construcción del ferrocarril. La Amazona interior surgió como el segundo destino mayor para los trabajadores que también llegaron desde Perú para trabajar en las plantaciones de caucho en el noreste de Bolivia.
El fin de Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión desplazó a los trabajadores japoneses del caucho y las industrias mineras respectivamente. Sólo la ciudad capital de La Paz y el pueblo de Riberalta sobrevivió a los cambios económicos, sirviendo como el centro de actividades comerciales japonesas.
En los años treinta, muchos trajeron a sus esposas de Japón, mientras otros se casaron con mujeres locales - una distinción que a menudo dividió la comunidad étnica.

Entrada de Posguerra

Con la excepción de veintinueve deportados a los Estados Unidos, la Segunda Guerra Mundial tuvo poco impacto en la vida de los residents nikkei en Bolivia, especialmente porque el gobierno no adoptó medidas anti-japonesas.
Los tratados posteriores a 1954 marcaron un nuevo capítulo de la historia de los nikkei bolivianos y la entrada masiva de colonos agrícolas desde EE.UU., Okinawa controlada y Japón. La necesidad de trasladar la sobrepoblación del Japón devastado por la guerra, coincidió con el deseo del gobierno boliviano de desarrollar las tierras bajas orientales en el Departamento de Santa Cruz.
Con la ayuda financiera del gobierno japonés, se establecieron la Colonia Okinawa y la Colonia San Juan de Yapacaní; las dos colonias formaron comunidades diferenciadas con identidades separadas - una Okinawense y la otra Japonesa - que actualmente están en transición desde los inmigrante a las generaciones nacida en Boliviano.

Por: Akemi Kikumura Yano / Marzo de 2014




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