EL NACIONALISMO BOLIVIANO DE LA PRE Y POSGUERRA DEL CHACO


Fuente: El nacionalismo en Bolivia de la pre y posguerra del Chaco (1910-1945) De: Irma Lorini.

En Bolivia no se produjo el desarrollo histórico del estado nación como en los estados europeos. Bolivia en esos años no había alcanzado un desarrollo tecnológico y económico de integración necesario para el surgimiento del estado moderno, de ahí que no se investiga si esta fue producto del desarrollo histórico de la formación de la nación boliviana, sino más bien indagar si estas expresiones tomaron forma de una religión internacional, cada vez que este culto situó a la acción abstracta por encima de los grupos de carne y hueso que pertenecían a esa república o fue la manifestación de un “patriotismo criollo” que tuvo la intención de crear un sentido colectivo de identidad en ese pueblo. En estas décadas ya se manifestaban o alcanzaron el poder político algunos tipos de nacionalismo en el mundo o en los países vecinos a Bolivia, muchos de estos últimos, es decir, en América Latina surgieron al caos de la influencia europea ya sea por la extensión de ideas o por los efectos producidos por la llegada de una inmigración  masiva de europeos portadores, como fue el caso argentino.

No fue el proceso de Bolivia, no obstante, a principios de siglo, se produjo la discusión sobre los orígenes de la nación boliviana. Se desarrolla una actividad cultural que, sin ser su intención esencial, desemboca en el problema de la identidad o identidades a través de las formas de actuar de los bolivianos. Algunos escritores se ocupan de definir o analizar lo que hacía el ser boliviano, como por ejemplo su origen étnico, su historia, su comportamiento, etcétera, para proponer seguramente caminos educativos, sociales o políticos. Aparecieron de tal forma obras, como la Creación de la pedagogía nacional (1910) de Fran Tamayo o Pueblo enfermo de Alcides Arguedas.

En estas obras con intenciones y puntos de vista diferentes, sus autores señalaron rasgos y características del ser boliviano. Estos escritores buscaron mostrar los conflictos dentro de la sociedad boliviana y la repercusión sobre la cultura. Escribieron sobre el indio, el cholo o el blanco. Ninguno encontró en la unión o la mezcla de estos tres grupos al boliviano unos ponderaron al indio, otros a las raíces europeas de sus habitantes. Bolivia era un país de composición étnica variada, lo que llevo a muchos a hacer la defensa del indio y a otros l condenarlo. Otros autores, entre ello Jaime Mendoza o Roberto Prudencio,  no estudiaron los elementos sociales, sino más bien el medio o el paisaje como determinantes para la identidad boliviana. Prefirieron el estudio del paisaje u su influencia sobre el hombre boliviano porque eran el paisaje o el medio los que debían dar un sentimiento de pertenencia a os habitantes  de esta república. Algunos aspiraron a despejar las raíces históricas para encontrar elementos de identificación entre los diferentes grupos o pueblos que formaban este país. Alrededor de esta problemática se produjeron formas educativas o bien se llevaron críticas al que hacer político del país. En todos los autores estarían las raíces o los embriones del nacionalismo cultural en Bolivia. Así el nacionalismo boliviano tuvo en parte sus raíces en los escritos de sus intelectuales,  que indirectamente buscaron definir al boliviano, o en sus políticos, que asumieron la defensa discursiva “nacionalista” de su territorio. La discusión sobre la “nación” boliviana apareció bajo la temática de las características del comportamiento étnico  de su población o vinculada a un discurso “patriótico-nacionalista”, destinado a generar una conciencia de pertenencia a ese país.

Sin embargo, el nacionalismo como tal no fue en sus primeros años la gran corriente política boliviana, salvo después de la guerra que tomo carácter. Bolivia, en esa época como en otras, fue una Republica débil en sus manifestaciones culturales y políticas en comparación con el desarrollo en los países vecinos, por ejemplo Argentina, donde el nacionalismo presentaba ya diferentes formas y en la década delos treinta ya había alcanzado el poder; o bien Peri, donde ya se había iniciado la corriente del populismo nacionalista con Haya de la Torre, que años más tarde influyo fuertemente en la política de Latino América. Bolivia, a pesar de la controversias que suscito su población multiétnica en la literatura, no produjo un movimiento político “nacionalista” de envergadura en sus primeros años. Sus lazos culturales, como sus expresiones políticas, no aglutinaron ni crearon un sentimiento cultural común dentro de sus habitantes. En sus inquietudes por definir al boliviano no se desarrolló un movimiento cultural nacionalista fuerte, como se dio en otros países, no obstante que se discutió sobre este.

Las influencias externas en la propagación de las ideas nacionalistas originadas en Europa son muy difíciles de comprobar, pero tampoco podemos afirmar que estuvieron ausentes. En los escritos de algunos de sus representantes aparecieron las advertencias de la copia, por ejemplo Tamayo, quien decía: “Parecería que se copia –y se copia ciegamente- las instituciones de Europa y Norteamérica”. Sin embargo, si se analiza en qué consistía las discusiones sobre la nación boliviana veremos que el círculo nacionalista boliviano concluía muy rápidamente, no brillo por su vuelo intelectual no imaginativo. En ese sentido, me paree acertado firmar que la cultura boliviana creció y se desarrolló en un ámbito bastante cerrado, los impactos culturales y la propagación de  nuevas ideas políticas procedentes del extranjero no penetraron con ímpetu por sus fronteras y su cultura no se propago con fuerza más allá de sus límites.

Solo en la desesperación de evitar más desmembramientos territoriales llevo a que ciertos grupos de la sociedad boliviana desarrollaran discursos de tinte nacionalista que se plasmaron años más tarde en manifestaciones políticas. En todas estas estuvo muy presente el conflicto sobre la soberanía nacional. Bolivia, desde su fundación hasta esos a los, había tenido conflictos territoriales con casi todos sus vecinos, en un siglo de existencia, perdió la mitad de su territorio. Las guerras y las perdidas territoriales contribuyeron a la aparición de un sentimiento nacionalista “territorial”. Las discusiones sobre los tratados internacionales de acentuaron y aumentaron. Algunas agrupaciones y organizaciones partidarias que actuaban en el país vieron de esta manera la forma de expresar sus ideas nacionalistas. Del tronco político tradicional nacieron organizaciones, entre ellas la Sociedad Boliviana Nacionalista. Esta nueva tribuna de tinte nacionalista se dedicó a discutir a través de sus publicaciones la temática de las posiciones políticas frente a Chile por la pérdida de la guerra del Pacifico, de igual manera delibero sobre el problema del regionalismo en el país como sobre la idea, muy propagada en esa época, de incorporar al indígena a la civilización con la idea de que esto ayudaría al desarrollo de la conciencia nacional. Todo este debate con la finalidad de encauzar al país por un rumbo nacionalista. De igual manera, con estas mismas intenciones se formó el partido de la Unión Nacional, cuya meta fue introducir una nueva corriente política al régimen partidario de esos momentos. Fue recién después de la guerra (195) cuando el nacionalismo cobro clara imagen en Bolivia. Brotaron diferentes agrupaciones políticas que sin lugar a duda tuvieron sus orígenes en la derrota del Chaco.

Las formas que tomo el nacionalismo en Bolivia en esa época fueron:

1) El nacionalismo cultural, cuya preocupación fue encontrar los elementos típicos en ese país que sirvieran para identificar la identidad o identidades dentro de su sociedad. LA finalidad, aunque no manifiesta, fue cruzar lazos o vínculos que ayudaran a desarrollar la conciencia nacional. Sus logros fueron escasos, sin embargo, sus fuentes sirvieron  de fundamentos para la reflexión en diferentes campos, en  la educación, en el análisis social como también político.

2)      Las ideas de tinte nacionalista que desarrollo la elite estuvieron de igual manera orientadas a crear conciencia nacional para superar los problemas existentes dentro de ese país. El regionalismo que se manifestaba en las diferentes regiones debía ser superado a través de la enseñanza, donde se fomentó un “patriotismo criollo” recordando a los héroes y hazañas comunes. Los discursos reivindicacioncitas frente a la controversia sobre el Litoral y la política frente a Chile debía servir para desarrollar una actitud con discernimientos nacionalistas. Los criterios para incorporar  a los sectores discriminados de la sociedad boliviana, es decir, al indio se ensancharon, pero no dejaron de tener características elitistas. Sus discursos estuvieron dirigidos a la difusión patriótica con la idea de que estos fortalecerían  y concretarían el alma nacional. El país siguió dividido por su geografía, sus sentimientos regionales y por sus deferencias sociales como raciales. Ni con la creación de una nueva fuerza política, es decir, el Partido de la Unión Nacional y parte de la elite pudieron desprenderse del tradicionalismo boliviano, es decir, de una sociedad que admitía las diferencias y los privilegios de los de arriba y tenía una actitud paternalista para los de abajo. En todo caso, desarrollo  pensamientos nacionalistas sobre una nación ajena a algunos sectores de la población boliviana.


3)      El nacionalismo autoritario como ya se señaló, surgió y se alimentó de los sentimientos nacidos a consecuencia de la derrota. Tomo características autoritarias en la organización y estructura de sus instituciones, muchas de las cuales nacieron del seno mismo del Ejército, otras de los nuevos partidos que afloraban, nos referimos al MNR o al FSB. Estos, en alguna medida, tuvieron sus antecedentes en el tronco tradicional republicado, en las nuevas ideas socialistas como también el ala propagación de las nuevas posiciones fanáticas nacionalistas en el mundo. La influencia de las corrientes autoritarias, en boga en esos momentos, como se ha podido comprobar. La mayoría de ellos retuvieron presentes en el gobierno de Villarroel, a través del cual llego al poder el nacionalismo autoritario. Esta labor fue apoyada a por el MNR y aceptada por algunos falangistas. 

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