MARZO DE 1906, LA "COMPAÑÍA LLALLAGUA" EN PODER DE CAPITALISTAS CHILENOS

Perforistas mineros en interior mina, 1920.

Entre 1880 y 1918 las arcas fiscales chilenas recibieron más de 120 millones de libras esterlinas como impuesto por la exportación de salitre. Los territorios perdidos por Bolivia y el Perú, con sólo un 7 por ciento de la población de Chile, dieron a este país un 71 por ciento de sus ingresos en moneda extranjera. Si las sumas percibidas por el Estado eran tan grandes, puede imaginarse cuán mayores resultaron las utilidades de los propietarios de las empresas instaladas en Atacama y Tarapacá. Fue posible una gran acumulación de capital. Santiago y Valparaíso se convirtieron en centros financieros con bolsa de valores. 

El capital chileno se introdujo en varios distritos mineros de Bolivia y echó los ojos a la zona más rica de estaño. Se sabía que Pastor Sainz, desde su residencia en Sucre, venía ofreciendo su empresa al mejor postor. Viajó de Santiago a Llallagua Eleazar Lazaeta, gestor de negocios, representante de importantes personajes. Iba acompañado de Daniel Felieú, uno de los abogados más notables de Valparaíso. Entraron en contacto con Néstor Sainz e hicieron proposiciones de compra del negocio de su padre. Pastor Sainz autorizó a su hijo el continuar las conversaciones hasta llegar a un acuerdo. Lazaeta hizo dos viajes más del Altiplano a la costa llevando y trayendo condiciones. Vinieron con él dos ingenieros para estudiar la mina. 
El 14 de marzo de 1906) Lazaeta y Felieú, actuando por un grupo de capitalistas chilenos, y Néstor Sainz y su abogado Benigno Guzmán, finiquitaron la operación. El precio de venta de la "Compañía Llallagua" fue estipulado en 350.000 libras esterlinas (equivalentes a 1.700.000 dólares de 1973) pagaderas 270.000 en moneda inglesa y 80.000 en acciones de la nueva compañía a formarse. 
El periódico "La Tarde" de Oruro comentó: "Es plausible para el país todo y en especial para el Departamento de Oruro que haya llegado a realizarse un negocio de tanta magnitud, que abre nuevas vías de progreso a la industria minera y que indudablemente ha de servir para encauzar capitales extranjeros hacia la riqueza estañífera de Bolivia". Néstor Sainz repartió libras esterlinas oro entre el personal de la Notaria donde se firmaron los papeles. Esa noche invitó a un banquete en el Club Social a los agentes chilenos y a 30 personajes de Oruro. "La Tarde" volvió a comentar: "Pocas veces se ha visto en la localidad una fiesta de mayor esplendor y buen tono". 
A los seis días de haber vendido su empresa Pastor Sainz escribió a su amigo Venancio Jiménez, de Cochabamba: "La venta la he realizado por £ 350.000 (150.000 libras más que El Litoral')... La primera armada del precio ya me ha sido entregada y la última será el 25 de agosto venidero. Con este capital fundaré un banco. Tengo, pues, querido amigo, el gran gusto de poner a su disposición y de la familia toda de ésa, por su autorizado intermedio, mi nueva situación económica". Al mismo tiempo escribió a su hermano Luis Sainz, residente en La Paz: "Con este capital he decidido fundar un banco que asegure el porvenir de tus hijos, que yo siempre he querido como si fueran míos, y consiguientemente, la tranquilidad de tus últimos años". A su amigo Joaquín Lemoine, a la sazón cumpliendo una función diplomática en Bruselas, le manifestó: "Espero que este negocio me pondrá en condiciones de viajar cómodamente por esos mundos encantados. Ahora me tienes abrumado con las solicitaciones políticas. Necesito de toda la fuerza de mi voluntad y de toda la fuerza de mis convicciones en este orden para no dejarme arrastrar por las turbias aguas de la política electoral. Del sur y del centro me insisten en que acepte la candidatura presidencial ofreciéndome unanimidad de acción con la deplorable situación del país, abrumado por el "paceñismo", que es el cáncer de la administración nacional, esa unanimidad del sur y del centro no sería imposible, pero con toda seguridad sobrevendría otra vez, con todos sus horrores, la guerra civil, el gran fratricidio, y esta idea me aterroriza. Deseo escapar de esta situación como de una cárcel y si no fuera por el negocio que estoy concluyendo ya me habría ido con la música a otra parte". 
La fiel esposa Josefa Guzmán de Sainz murió ese año. Esta nueva pena acabó con la ya minada resistencia de Pastor Sainz. Falleció al año siguiente sin haber podido fundar el banco ni viajar a los "mundos encantados" donde estaba su amigo Joaquín Lemoine.

Fuente: Llallagua: historia de una montaña. de Roberto Querejazu Calvo. / Capitulo: Chile en Llallagua.

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