ROBERTO SUÁREZ GÓMEZ Y SU IMPERIO CONSTRUIDO CON EL NARCOTRAFICO

Por: Marcelo Cayú. / Foto: Roberto Suárez Gómez.

"EL rey de la cocaína: Mi vida con Roberto Suárez Gómez y el nacimiento del primer narcoestado", es el libro que por sus revelaciones puede afectar intereses de quienes gozaron del ostentoso imperio de Roberto Suárez.
A sus 76 años doña Ayda Levy, hurgó en su memoria para recordar los bellos y tormentosos pasajes de su vida al lado de Roberto Suárez Gómez, un "movima" quien fuera conocido como "el rey de la cocaína en Bolivia", que en la década de los 80, comandó su imperio enviando droga desde la selva beniana hasta el mismo Estados Unidos, pasando por Colombia… (…)
En el prólogo, la autora recuerda que estuvo separada desde 1981 de Roberto Suárez, luego un 20 de julio del 2000, su hijo Gary le comunicó que su padre acababa de fallecer víctima de un infarto cardiaco.
"Rompí a llorar y derramé todas las lágrimas que había guardado durante las dos últimas décadas por el único hombre que ame en mi vida y las pocas que me sobraron después de la inesperada muerte de mi amado hijo Robin", confesó durante la presentación de su libro.
Después de 12 años de la muerte de Roberto Suárez Gómez, su esposa tomó la decisión de sacar a luz pública los hermosos pasajes al lado de Roberto, desde sus 23 años, como también, los más duros recuerdos desde cuando se enteró de la actividad ilícita de su esposo.
La señora Levy recuerda la grandeza de corazón de Suárez Gómez, pero también lo ostentoso de su vida que le permitió conocer en uno de sus cumpleaños personalmente a Pablo Escobar, el capo del cartel de Medellín, como también a Luis García Mesa, Luis Arce Gómez, y una innumerable lista de personalidades del mundo judicial, policial y militar.

FAMILIA SUÁREZ - LEVY

Roberto Suárez Gómez nació en Santa Ana del Yacuma - Beni el 8 de enero del año 1932, hijo de Nicomedes Suárez Franco, descendiente directo del potentado de la goma Nicolás Suárez Callaú.
Ayda Levy nació en Riberalra Beni en 1934, hija de Shalon Levy y Clemencia Martinez, estudió en el colegio Irlandés de Cochabamba y sus planes de estudiar en Alemania se interrumpieron al casarse con Roberto Suárez Gómez el 1958, a quien conoció desde muy joven en Santa Ana del Yacuma.
Del matrimonio nacieron 4 hijos Robin, Heydi, Gary y Harold.

EL PODER DEL REY EN EL BENI

Roberto Suárez apodado el "rey de la cocaína", se convirtió en un mito, no solo por ofrecer el pago de la deuda externa de Bolivia que por entonces ya llegaba a los 3000 millones de dólares, sino por su actividad vinculada al narcotráfico, que le redituó millones de dólares y le valió una triste celebridad en Bolivia, cuando esta nación atravezaba una de la más nefasta dictadura militar, en la década de los 80.
Algunos pasajes de la vida de Suárez Gómez fueron revelados por "Ramón", un humilde obrero que en el año 1983, fue contratado para aserrar (cortar) madera
y realizar trabajos de carpintería a la vez, en la hacienda "San Vicente" ubicada a 20 kilómetros de Santa Ana del Yacuma, de donde era oriundo el capo.
Según cuenta Ramón, esta era una hacienda como pocas en el Beni, en ella trabajaban 100 personas sin contar las mujeres y los niños, tenía servicio de energía eléctrica suministrada por un enorme generador que abastecía a toda la propiedad.
Albergaba grandes talleres de carpintería, mecánica, albañilería y otras actividades propias de la ganadería.
Todo marchaba sin contratiempos en la hacienda, hasta que un día del mes de octubre de 1985, Suárez llama a reunión de emergencia, estaba flanqueado por sus guardaespaldas además de sus hijos Gary y Roberto, muy sereno dió órdenes precisas a sus trabajadores, diciéndoles que debían abandonar de forma rápida la hacienda, y trasladarse hasta la propiedad denominada "Villa Ayda", otros a Santa Ana y San Borja.
Dijo a sus trabajadores que se aproximaba una comisión militar, que llegaría a tomar la propiedad y buscaba capturarlo, por lo que de forma inmediata se movilizó a la gente, utilizando avionetas y varios vehículos.
Solo quedaron 5 personas, incluidas Ramón y su mujer, quienes al día siguiente fueron sobresaltados por la llegada de un centenar de efectivos, más conocidos en esos tiempos como "leopardos" grupo de élite policial que desplegó un vasto operativo, para capturar al "rey de la cocaína", era el 22 de octubre de 1985.
El contingente estaba al mando del coronel Caballero, secundado por el Mayor Escobar y un Teniente de apellido Moor, además de una fiscal.
Desde esa fecha la tranquilidad que reinaba en San Vicente, fue alterada por el rugir de los motores de los helicópteros, aviones Focker y avionetas que se utilizaban para transportar la "tropa policial", que desde ese lugar desplegó un operativo de rastreo y búsqueda del capo de "la cocaína".
Despues de permanecer dos meses en esta estancia, la comisión se retiró del lugar el 22 de diciembre de 1985, utilizando como transporte 6 helicópteros, 2 aviones Focker, 2 "Aravas" y 6 avionetas.
Toda una logística de desplazamiento aéreo jamás vista por los trabajadores del capo, que habian llegado a familiarizarse con los oficiales de quienes Ramón afirmó haber tenido buen trato.
Desde esa fecha, comenzó la debacle del poderoso narcotraficante, pues nunca más esta hacienda y otras que Roberto Suárez tenía, volvieron a tener el esplendor y la comodidad que un día ostentaron, albergando a decenas de trabajadores y personajes que llegaban con frecuencia al lugar.
Suárez tenía varias propiedades en distintas partes del Beni, siendo las más conocidas: San Vicente, Villa Ayda, El Chaibo, Sapuná y el Carmen todas en cercanias de Santa Ana del Yacuma.
Mientras que en las proximidades de San Borja contaba con las estancias Quemalia y Villa Gata.
Como todo hombre ligado al negocio del narcotráfico, Roberto Suárez, contaba con una flota de avionetas con capacidad de carga de 500 kilogramos, destacándose la nave bautizada como la "lagarto" pues facilmente podía transportar 800 kilos de carga.
Con todo el dinero que tenía se daba algunos "lujos" alquilando pequeños aviones en SantaCruz.

LA CAPTURA

La incesante búsqueda del capo del narcotráfico pareció llegar a su fin a principios de 1988, en circunstancias cuando se desplazaba por distintas haciendas ganaderas del Beni, tratando de burlar a las Fuerzas de Seguridad que apoyados por la DEA norteamericana le seguían el rastro en una denodada persecusión.
Según nuestro entrevistado, estando en la estancia Quemalia ubicada en cercanias de San Borja, Suárez, fue anoticiado de que un contingente militar se aproximaba para capturarlo, por lo que ayudado por sus guardaespaldas y algunos lugareños logra huir hasta la hacienda "El Sujo" donde finalmente fue detenido.
Aunque se dice que se entregó a la justicia por voluntad propia, lo cierto es que tomó está decisión, asediado y presionado por una encarnizada persecusión militar, que Suárez Gómez sabía que al final lograría dar con su paradero.
La captura del narcotraficante más buscado por las Fuerzas de Seguridad del gobierno boliviano y la DEA norteamericana, fue todo un suceso que ocupó los primeros lugares en las páginas de los diarios más destacados de la época.
Según se conoció, Roberto Suárez se encontraba descansando plácidamente en su hamaca, cuando un grupo de efectivos de Umopar lo detiene, sin que los 2 guardaespaldas que lo cuidaban se resistieran a la captura del famoso narcotraficante.
De inmediato fue trasladado hasta la sede de gobierno La Paz, bajo fuertes medidas de seguridad, generando una inusitada expectativa en la ciudadanía paceña, que salía a las calles a conocer al renombrado "capo de la cocaína".
Tras su captura en 1988 Roberto Suárez fue juzgado por un Tribunal de La Paz y sentenciado a 15 años de prisión por tráfico de drogas, pero al acogerse a un beneficio carcelario, se le otorgó la libertad en el año 1996, murió 4 años después a la edad de 68 años el 20 de julio del 2000 victima de úlceras sangrantes y cirrósis.

DIMENSIÓN DEL “REY”

Roberto Suarez Gómez nació en Santa Ana del Yacuma provincia beniana en 1932.
En 1985 la boda de su hija Heydi Suárez con el cruceño Gerardo Caballero, realizada en San Vicente, fue todo un acontecimiento de ostentación y lujo.
Antes de caer en desgracia en 1988 en un polémico programa televisivo del sistema RTP de La Paz, con el que se contactó desde la selva amazónica, acusó a Washington y al entonces presidente Victor Paz Estenssoro de sostener vínculos con el narcotráfico internacional.
Cuando su poder había declinado, contrato alrededor de 50 hombres para realizar excavaciones en un área de su estancia Quemalia, extrayendo antiguas sepulturas enterradas en cántaros, las mismas que fueron llevadas por un estadounidense a su país, para realizar supuestos estudios sin que se haya sabido más de él.
Según el testimonio de Ramón, Roberto Suárez era un apasionado de las armas de fuego, tenía una pistola 9 milímetros enchapada en oro.
Tenía a su disposición varios pilotos civiles, como U. Téllez, F. Álvarez y G. Haieck, este último murió en un accidente aéreo cuando no pudo levantar vuelo en su avioneta que estaba cargado con un generador eléctrico, sobrevivió su acompañante, un obrero de Suárez.
En los últimos días de enfermo cuando ya no era ni la sombra de su esplendoroso pasado, fue atendido por su compañera Ana María Kenning.
Aunque se casó con Ayda Levy, en su hacienda San Vicente vivió con Leisy Guardia. Tambien tuvo estrecha relación con Ilse Guimbard con quien tuvo a Huáscar Suárez Guimbard.
Se dice que el capo había escrito su propia biografía, donde revelaba con lujo de detalles todo su pasado lleno de poder y gloria, el mismo que tras su encarcelamiento habría quedado en manos de su yerno Gerardo Caballero.

LA RELACIONES Y CONEXIONES DE SUAREZ GÓMEZ

A diferencia de su socio colombiano, Pablo Escobar, Suárez Gómez pudo vivir sus últimos años en libertad y manejando su enorme hacienda. Andaba con guardaespaldas, pero no se lo acusó de mandar sicarios. En el norte boliviano, donde empieza la Amazonia, eran pocos los que despreciaban su figura, señala el diario El Clarín.
 En una parte castigada y pobre, los negocios de la droga no fueron cuestionados porque cumplían la tarea que el Estado no llevaba adelante. Por eso en Beni, el departamento donde nació, también lo llamaban Robin Hood.
Entre la lista de figuras con los que estrechó relaciones, además del propio Escobar, aparecen Roberto Calvi, el titular del Banco Ambrosiano, la entidad financiera del Vaticano, y cuyo cadáver apareció colgado bajo el Puente Blackfriars de Londres en junio de 1982; el héroe de la Revolución Cubana Arnaldo Ochoa, fusilado por cargos de tráfico de drogas; el teniente coronel estadounidense Oliver North, exonerado por el escándalo Irán Contras en 1986; el oficial de las SS Klaus Altmann; o el presidente de Panamá, Manuel Noriega.
Los secretos guardados durante casi doce años, desde que Suárez  murió, salieron a la luz gracias al trabajo de recopilación de su mujer, Ayda Levy.
La viuda cuenta cómo fue descubrir que un destacado empresario ganadero se había transformado en una de las personas más buscadas por Interpol. 
"Yo lo amé, lo respeté, y cuando descubrí su relación con el narcotráfico, lo dejé”, relató Levy en su paso por Buenos Aires, según el reportaje argentino.
Levy se casó en 1958 con quien entonces era un exitoso empresario ganadero. No sospechaba entonces que 20 años después su marido se convertiría en uno de los narcotraficantes más importantes de Sudamérica.

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