Por: Mauricio Quiroz / La Paz / La Razón (Edición Impresa) 9 de julio de 2017 (http://www.la-razon.com/suplementos/animal_politico/infancia-Bolivia-reportes-nuevo-pais_0_2739926044.html)
Han pasado casi 200 años desde que fueran redactados los dos primeros reportes
sobre la Bolivia recién nacida. Ambas obras se publican ahora en un solo tomo a
instancias de la Biblioteca del Bicentenario (BBB). Se trata del Informe sobre
Bolivia (1827), presentado en su tiempo por el irlandés Joseph Pentland, y el
Bosquejo del estado en el que se halla la riqueza nacional de Bolivia con sus
resultados, presentado al examen de la nación por un aldeano hijo de ella
(1830) de autor anónimo.
Las obras, presentadas a un mes del 195 aniversario patrio, contienen un
estudio introductorio de la historiadora Ana María Lema, quien explica el
contexto en el que publican los reportes y valora la importancia de la
información para comprender mejor el presente.
“Estos dos textos escritos con pocos años de diferencia son a la vez
complementarios y antagónicos: ambos describen en detalle la vida de la nueva
república, enfatizando aspectos económicos. Pero, mientras Pentland lo hace
fríamente, aunque con optimismo, el aldeano expresa su desasosiego ante la
crisis de la que era testigo”, escribe Lema. El nuevo país enfrentaba problemas
económicos derivados de la larga guerra de la independencia que interrumpió las
actividades comerciales y productivas que controlaba la colonia.
Lema también hace notar que una sequía afectó la actividad minera, asentada
especialmente en Potosí, en las vísperas de la independencia, mientras se
elevaban los costos de producción por el encarecimiento de insumos como el
mercurio, que el país no producía y que eran imprescindibles para el desarrollo
del sector.
“Son pocos los libros de Bolivia en los albores de la república (...). Estas
dos obras nos permiten ver cómo era el país, qué problemas tenía y, además, en
el caso Pentland, es una mirada desde afuera”, explica Alfredo Ballerstaedt,
quien fue parte del equipo de expertos que tuvo a su cargo el cuidado de la
edición, en una conversación con Animal Político. ¿Pero, por qué un extranjero
es responsable de este primer informe?
En 1826, a solo un año del nacimiento de “la hija predilecta” del libertador
Simón Bolívar, Pentland recibió el encargo de elaborar un informe sobre la
nueva república por parte del consulado inglés en Lima para el Ministerio de
Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, un Estado que entonces experimentaba el
inicio de la Revolución Industrial a partir de la invención de máquinas a
vapor, la producción textil en masa y la construcción de ferrocarriles.
“Los ingleses querían ampliar su influencia en los países de la América que
recién había salido de la dominación española; por lo tanto, ahí se abrió un
mercado enorme donde ellos podían ver posibilidades de negocio para sus
empresas”, precisa Ballerstaedt.
El 12 de junio de 1826, Bolívar envía una carta al mariscal Antonio José de
Sucre —entonces ya presidente de Bolivia— en la que le pide todo el apoyo
necesario a Pentland, tras recordarle que se trataba de un científico formado
en París junto con el famoso naturalista francés Georges Cuvier (1769-1832).
“Por estas consideraciones yo espero, mi querido general, que Vmd. (vuestra
merced) tratará a este señor con toda aquella atención que él merece, y que Ud.
tomará el mayor interés en que el señor Pentland realice el objetivo de su
viaje, que es el de hacer descubrimientos en un país que aún no es conocido en
el mundo científico. Vmd. puede aprovechar esta favorable ocasión para obtener
del señor Pentland todos aquellos informes que desee con respecto a las minas y
otros objetos, seguro de que este caballero se complacerá en darlos siendo sus
miras puramente científicas”, escribió el Libertador desde Magdalena, Colombia.
Esta carta junto con otros documentos complementarios forman parte de esta
entrega de la BBB.
¿Cómo era el país en sus primeros años? En Bolivia, su historia. Tomo IV. Los cien
primeros años de la República (2015) de la Coordinadora de Historia se señala
que junto a Sucre estaban los ministros Facundo Infante (Interior y Relaciones
Exteriores), Agustín Jeraldino (Guerra y Marina) y Bernabé Maduro (Finanzas),
de los que solo el tercero había nacido en Bolivia. En tanto que para mayo de
1826 se instalaba el Congreso Constituyente.
“La población de Bolivia puede estimarse en 1.100.000 almas, sin incluir las
numerosas tribus nómadas de indios salvajes que habitan en las provincias del
norte y el oriente de la república. El Gobierno boliviano está actualmente
empeñado en levantar un censo de la república”, escribe Pentland en su Informe
sobre Bolivia con base en la recopilación de datos que Sucre hizo de acuerdo
con la información de bautizos y defunciones que tenían entonces las
Parroquias.
Los datos son un referente de esa época, pues recién en 1900 se hizo el primer
censo, cuyos resultados se pueden consultar en la web del Archivo y Biblioteca
Nacional de Bolivia:www.archivoybibliotecanacionales.org.bo.
El aldeano, cuya identidad sigue siendo un tema de discusión entre
historiadores, escribe en su Bosquejo (1830) con pesimismo sobre el futuro del
país. Se preocupa por el aniquilamiento de la producción textil, asentada
especialmente en Cochabamba, debido al “comercio libre extranjero”,
particularmente de productos ingleses, a menor precio y de mayor calidad.
Critica a los comerciantes, mientras reflexiona sobre la necesidad de encarar
la infancia boliviana con austeridad. “La felicidad de un pueblo depende no
solo de la libertad, seguridad y prosperidad, sino también de la abundancia.
Bolivia goza de recursos y riquezas suficientes para ello”, escribe.
“La situación que describe (el aldeano) se parece singularmente a la que se
vive en Bolivia en la actualidad, donde pequeños y medianos empresarios
bolivianos se quejan del contrabando y de las importaciones legales de
productos chinos”, anota Lema sobre el debate entre proteccionismo y apertura
que provocan ambos textos.
Ballerstaedt precisa que la primera edición en castellano del Informe (1827) de
Pentland se editó en 1975 a propósito del Sesquicentenario de la República,
luego de que el investigador inglés Lewis Hanke trajera el documento desde
Londres. Para esta edición, explica el editor, se hizo una compulsa con el
manuscrito original que está en los Archivos Nacionales del Reino Unido.
En el caso del texto del aldeano, éste fue hallado por Lema en la biblioteca de
la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) mientras realizaba una investigación
sobre la coca. La historiadora publicó por primera vez esta obra en 1994
acompañada por siete estudios. La BBB, este caso, se remitió al documento
original y realizó varios ajustes respecto al libro de 1994.
“¿Por qué leer estas fuentes ahora? Las razones no faltan, pues es apasionante,
tanto por los datos proporcionados por los autores y el testimonio que ofrecen
sobre su tiempo como por la posibilidad de penetrar en la intimidad del
pensamiento, en el caso del aldeano, de un boliviano testigo del cambio de régimen
(...). Ambos anhelan que Bolivia madure, que deje de ser ‘niña’, para
convertirse en una nación donde crezcan sus hijos, libres, sabios y justos.
¿Lo logrará?”, señala Lema en la parte final del estudio.
La tapa del texto es ilustrada por un dibujo de Melchor María Mercado (1840).
“Es un escudo en construcción (...) es Bolivia joven”, añade Ballerstaedt.
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