Por: Daniel Buck y Anne Meadows* Traducción de inglés:
Stephen Light / * Los autores escriben con frecuencia sobre América del Sur y
la historia del bandolerismo. Residen en Washington D.C. Contacto: djbuckdc@cs.com // Fuentes, Revista de la Biblioteca y Archivo Histórico de la
Asamblea Legislativa Plurinacional.
INTRODUCCIÓN
El 3 de mayo de 1913, Francis M. Lowe fue arrestado en La
Paz como sospechoso de ser el bandido norteamericano George Parker. Lowe acudió
a la legación estadounidense en La Paz para pedir ayuda, y Charles E.
Strangeland, encargado de negocios provisional de la legación, telegrafió al
Departamento de Estado en Washington, DC, para pedir instrucciones:
"Francis Lowe,
quien se encuentra bajo arresto, solicita protección. Se sospecha que es George
Parker, de quien se notificó en la circular de Pinkerton de fecha 4-2-1907.
Dejó San Francisco en el barco KANSAS CITY, en noviembre de 1912. Nació en
Kirksville, Missouri, el 6-5-1869; se divorció en Bartlesville, Oklahoma, el
18-2-1908. No tiene documento de identidad. Se parece a la descripción
circulada por la Agencia Pinkerton, pero no hay otras pruebas. Las autoridades
policiales desean deportarlo inmediatamente. Sírvanse enviar instrucciones.
STRANGELAND."
El Departamento de Estado le respondió a Strangeland dos
días después: "El Departamento deja a su criterio determinar, con base en
los hechos y la legislación boliviana, si existe causa probable para la
deportación de Lowe".
Con carta de fecha 21 de mayo de 1913, Strangeland informó
al Departamento que él y el señor Ponte, funcionario de la legación, "nos
hemos ocupado de hacer todas las indagaciones posibles y he llegado a la
conclusión de que el señor Lowe no es el hombre buscado por la Agencia de
Detectives Pinkerton". Strangeland añadió: "Mi opinión fue confirmada
por las declaraciones de algunos ingleses y otras personas de esta localidad,
quienes informaron que un hombre conocido como George Parker (buscado por la
policía de La Paz) había sido abatido en una de las provincias hacía dos o tres
años por resistirse al arresto, y que los cargos contra el señor Lowe deben
haber sido el resultado de un caso de identidad equivocada. Luego, el señor
Ponte y yo discutimos el asunto con el jefe de la Policía y, finalmente, lo
convencimos de las probabilidades señaladas, tras lo cual conseguí la libertad
del señor Lowe"1.
Pocos años después, en 1919, Lowe apareció en Antofagasta,
Chile, donde se inscribió en el registro de extranjeros como Francis Marion
Lowe, mecánico, y se le tomó una fotografía en la Oficina de Identificación de
la Policía de Antofagasta2.
El arresto de Lowe en La Paz fue un caso de identidad
equivocada. El bandido estadounidense Butch Cassidy, nacido como Robert LeRoy
Parker, utilizaba varios alias, entre ellos George Parker, George Cassidy,
James Ryan, James Maxwell y James Lowe. Las autoridades de La Paz deben haber
pensado que Francis Lowe era James Lowe.
A inicios de 1907, la Agencia Nacional de Detectives
Pinkerton había difundido una circular entre los departamentos de policía de
Sudamérica solicitando que toda información sobre Cassidy, así como sobre sus
cómplices Sundance Kid, Ethel Place y Harvey Logan, sea telegrafiada
inmediatamente a la agencia3. Por extraño que parezca, el nombre James Lowe no
figuraba en la lista de Pinkerton entre los alias conocidos de Cassidy, a pesar
de que el bandido había utilizado ese nombre en Nuevo México en la década de
1890. Quizá las autoridades de La Paz tenían más información sobre Cassidy en
sus archivos, referente a los dos años que estuvo en Bolivia, cuando era
conocido como Santiago Maxwell y Santiago Lowe.
La circular, redactada en español, identificaba a los
detectives Pinkerton "como Agentes de Policía Secreta de la
Asociación de Banqueros Americanos", lo cual era bastante
extravagante. Si bien la agencia funcionaba a menudo como una entidad de
gobierno, en realidad era una agencia de detectives privados que ofrecía sus
servicios a bancos, compañías ferroviarias y otras entidades comerciales4.
La circular presentaba un resumen de las trayectorias de
Cassidy y de Sundance en EE. UU., así como en Argentina, donde junto con la
compañera de Sundance, Ethel Place, operaron durante varios años un pequeño
rancho en el territorio de Chubut. Huyeron del rancho en 1905, para evitar ser
interrogados sobre un reciente asalto a un banco en el sur de la Patagonia. La
agencia de detectives sospechaba que otro miembro de la banda, Harvey Logan,
alias Kid Curry, podría estar con el trío; sin embargo, este último se había
suicidado en 1904, tras haber sido herido y capturado por la policía después de
un fallido asalto a un tren en Colorado5.
Lo que los Pinkerton ignoraban cuando emitieron su circular
de 1907 era que Cassidy, Sundance y Ethel ya no estaban en Argentina. Se piensa
que Ethel había regresado a EE. UU. en 1905 o a inicios de 1906 (luego
desapareció y jamás se volvió a saber de ella). Por su parte, Cassidy y
Sundance se habían trasladado a Bolivia6.
Robert LeRoy Parker era el mayor de trece hermanos de una
familia mormona. Nació el 13 de abril de 1866 en Beaver, Utah. De adolescente,
cayó bajo la influencia de un joven abigeo llamado Mike Cassidy, de quien
posteriormente tomó su nombre. Se ganó el apodo de "Butch" por
trabajar en las carnicerías de Wyoming a comienzos de 1890 ("butcher"
= "carnicero"). Se desconoce cómo adoptó el nombre de George,
otro de sus alias, pero se llamaba George Cassidy cuando en 1894 fue
encarcelado en Wyoming por robar un caballo. Casi por la misma época, también
llegó a ser conocido como Butch Cassidy.
Sundance Kid nació como Harry Alonzo Longabaugh, el menor de
cinco hermanos de una familia bautista, en la primavera de 1867 en Mont Clare,
Pensilvania. A los 15 años, se fue al oeste para trabajar en el rancho de un
primo en Colorado y, luego, trabajó como vaquero en Wyoming y Montana, y
también en Alberta, Canadá. Su encarcelación en Sundance, Wyoming, por robar un
caballo, le valió el apodo de "Sundance Kid". En Estados Unidos,
"Kid" es un apodo empleado para designar a los jovencitos.
No se sabe exactamente cuándo se conocieron Cassidy y
Sundance; probablemente fue en 1897. Por entonces, ambos estaban vinculados a
una banda dispersa de forajidos o, para ser más preciso, un conglomerado de
varias bandas con miembros en común conocidos popularmente como el Wild
Bunch ("Grupo Salvaje"). Fue en 1902 que la agencia Pinkerton le
puso por primera vez el nombre Wild Bunch -argot para denominar a un grupo de
vaqueros de parranda o a una manada de caballos no desbravados- a este grupo de
forajidos, cuando la banda había dejado de existir en la práctica.
Anteriormente, la prensa había utilizado varios otros nombres, como la Hole-in-the-Wall
Gang ("La pandilla del agujero en la pared") o la Banda de
Robbers' Roost (el nombre de su escondite en Utah). Wild Bunch ["Grupo
Salvaje"] era más corto.
Sin embargo, el Wild Bunch no era para nada una
banda organizada. Eran salvajes, sí, pero de grupo no tenían nada. Eran, quizá,
hasta 30 bandoleros, pero en por lo menos tres distribuciones distintas en
varios estados del oeste, y de ellos solo unos cuantos individuos cometieron
más de un par de atracos. Sus delitos abarcaron el período entre 1889 y 1912,
pero la mayoría de ellos ocurrieron entre 1896 y 1901.
En diciembre de 1900, Cassidy y Sundance posaron para una
fotografía en Fort Worth, Texas, con tres cómplices: Will Carver, Harvey Logan
y Ben Kilpatrick. Apenas un año después, Carver había sido abatido por la
policía, y Logan y Kilpatrick habían sido encarcelados. Logan escapó, pero se
suicidó después de un asalto fallido a un tren, y Kilpatrick, luego de pasar un
tiempo en la cárcel, murió también durante otro asalto frustrado a un tren. Se
ha difundido mucho la noción de que el Wild Bunch era una banda
exitosa, cuando en realidad muchos de sus delitos terminaron siendo un fiasco y
casi todos sus integrantes fueron encarcelados, o terminaron abatidos por las
autoridades. El crimen es un oficio implacable7.
A finales del siglo XIX, Cassidy y Sundance debieron haber
sentido que su suerte se acababa. En febrero de 1901, Cassidy, alias James
Ryan, Sundance, alias H.A. Place, y la compañera de Sundance, conocida con el
nombre de Ethel Place, partieron para Argentina. ¿Por qué Argentina? En la
prensa estadounidense de la época figuraban artículos sobre las oportunidades
para rancheros, y varios ganaderos estadounidenses se habían reasentado. En
cuanto al clima y la geografía, la Patagonia era similar a las Montañas Rocosas
centrales del oeste de Estados Unidos, región que conocían muy bien. Para junio
de 1901, Cassidy, Sundance y Ethel se habían establecido en 625 hectáreas de
tierras del gobierno en el valle Cholila, en las estribaciones andinas del
territorio Chubut, en el límite norte de la Patagonia, donde empezaron a criar
ganado, caballos y ovejas. Sus vecinos eran galeses, ingleses, norteamericanos,
chilenos y argentinos. Cassidy y Sundance registraron sus marcas ante las
autoridades del territorio, y en más de una ocasión solicitaron más tierras, lo
cual indica que pensaban echar raíces. Pero la mala suerte les asechaba: los
Pinkerton habían averiguado dónde estaban y habían informado a la policía
argentina, para que los vigilara.
Su mala suerte se agravó debido a su mal juicio: no podían
mantenerse alejados de los problemas. En 1904, Cassidy estuvo implicado en el
asalto a un inspector de almacenes de las estancias de la Compañía Tierras del
Sud. La policía de Chubut lo interrogó, pero finalmente fue liberado8. A
comienzos de 1905, dos de los amigos de Cassidy y Sundance en Cholila, Robert
Evans y Herbert Grice, fueron sospechosos del atraco de un banco en Río
Gallegos, en el extremo sur de la Patagonia. Si bien no existe evidencia de que
Cassidy y Sundance hayan estado involucrados directamente en el robo, es
probable que hayan participado en su planificación. La policía argentina, que
había sido alertada por los Pinkerton de que cualquier delito en su país
cometido por norteamericanos ciertamente involucraría al dúo del Wild
Bunch, inició las investigaciones. Alertados por un policía local de que
iban a ser arrestados, Cassidy y Sundance vendieron sus propiedades en Cholila
y huyeron con Ethel hacia Chile. En diciembre de 1905, retornaron brevemente a
Argentina: el dúo del Wild Bunch fue identificado como integrante de
un cuarteto de tres hombres y una mujer, que asaltaron un banco en Villa
Mercedes, en la zona centro-occidental de Argentina, y escaparon nuevamente a
Chile (el cuarto hombre podría haber sido Evans). Se piensa que Ethel Place
habría retornado después a EE.UU., mientras que Cassidy y Sundance continuaron
hacia el norte de Chile y, finalmente, hasta Bolivia9.
No se sabe qué hicieron Cassidy y Sundance en Chile, pero
aparentemente pasaron un tiempo en Antofagasta, que en aquel entonces era un
puerto floreciente ocupado por una población considerable de extranjeros, y la
estación terminal en la costa de la Antofagasta & Bolivia Railway
Company10. La Agencia Pinkerton había tomado conocimiento, a través de un
informante del servicio postal que vigilaba la correspondencia de la familia de
Sundance en Pensilvania, de que Frank Aller, el entonces vicecónsul de EE.UU.
en Antofagasta, había ayudado a Sundance con algún problema en el que se había
metido. Sundance, en ese entonces conocido como Frank Boyd, un alias que había
utilizado anteriormente en EE.UU., se había visto obligado a pagar una multa de
1,500 pesos o dólares11.
Existe evidencia anecdótica de que Cassidy y Sundance solían
frecuentar bares como el Palacio Cristal en Punta Rieles, cerca de
Chuquicamata, Chile12. Punta Rieles era un campamento minero, un villorrio, que
a inicios de 1900 albergaba una población de más de cinco mil y tenía fama de
ser
“un lugar maldito: borracheras, juegos, prostitutas, riñas y muertes.
Las tabernas, las casas de remolienda y las salas de juego no se daban abasto
para atender a los mineros sedientos de alcohol, mujeres y emociones fuertes.
Abundaban las hembras de toda categoría. Circulaban y hacían su negocio
rufianes, tahúres y aventureros. La sangre corría con frequencia"13.
No queda claro cómo Cassidy y Sundance llegaron a trabajar
en Bolivia, en la mina de estaño de Concordia. La realidad es que se puede
llegar a conocer con precisión muy poco sobre la vida de un forajido. Los
bandidos llevan vidas furtivas, usan múltiples alias y cubren sus huellas. La
prensa publicaba artículos sensacionalistas sobre el dúo, y se les atribuía un
crimen y otro, sin evidencia alguna. Los viejos hilaban sus relatos
idealizados. Los descendientes beatificaban a sus antepasados delincuentes,
convirtiendo a los forajidos más curtidos en nobles bandidos, y a los ladrones
comunes en una especie de Robin Hood14. A un siglo de distancia, no sería una
exageración decir que solo podemos tener conocimiento de una pequeña parte de
la vida de un forajido, que la mitad de lo que sabemos es falso y que nunca
podremos estar seguros de nada.
Cassidy, alias Santiago Maxwell, fue el primero en ser
contratado en Concordia, y luego le siguió Sundance, alias H.A. Brown. Un
estadounidense llamado Roy Letson dijo que conoció a Sundance y que lo contrató
como arriero en 1907, en el norte de Argentina, donde compraba mulas para los
proyectos de construcción de infraestructura ferroviaria de Bolivia15. Cassidy
ya estaba en Bolivia.
Concordia estaba ubicado a más de 5,000 metros de altura en
la cordillera Santa Vera Cruz de los andes centrales, en el cantón de Ichoa,
provincia de Inquisivi, departamento de La Paz. La mina era propiedad de la
compañía Andes Tin Co., de Boston, Massachusetts, y el personal administrativo
de la mina era estadounidense, hecho que a Cassidy y Sundance, quienes fueron
contratados entre 1906 y 1907, les habría resultado atractivo. El gerente que
los contrató, Clement Rolla Glass, quien posiblemente llegó a conocerlos mejor
que la mayoría, murió trágicamente en enero de 190916. En espera de saber si su
contrato iba a ser renovado, Glass había viajado a Buenos Aires, para explorar
otras oportunidades de negocio. Estando en su habitación de hotel, se disparó
accidentalmente mientras limpiaba un arma. Un médico y la policía acudieron al
lugar, pero se volvió a disparar y falleció. La policía determinó que la herida
del primer disparo lo había dejado agonizante y con un dolor tan intenso que
optó por acabar con su sufrimiento. Todo lo que Glass sabía sobre Cassidy y
Sundance murió con él.
Uno de los subgerentes de Glass, Percy A. Seibert, que había
conocido a Cassidy y Sundance durante una fiesta navideña en el Grand Hotel
Guibert de La Paz, en 1907, asumió la gerencia de la mina Concordia luego de la
muerte de Glass. Años después, contaba historias, algunas demasiado exageradas,
sobre el bandolerismo en Bolivia. Solía atribuir a Cassidy y a Sundance
prácticamente todos los delitos que se cometieron en los Andes durante los
primeros años del siglo XX. Afortunadamente para los investigadores futuros,
Seibert guardó y se llevó a casa un par de cartas que Cassidy había escrito,
una fotografía que Cassidy y Sundance se tomaron en la hacienda de Angelberto
Valdez en Capiñata, Inquisivi, y algunos recortes de prensa del atraco Aramayo
en 1908. Se desconoce la relación que pudieran tener los bandidos con
Angelberta Valdez.
Seibert afirmó que sabía que Cassidy y Sundance eran
forajidos, aunque también insinuó en una entrevista con el escritor James Horan
que tal vez recién se enteró de que eran bandidos después de su estadía en
Concordia. Seibert dijo que Sundance era taciturno, pero que se encariñó con Cassidy,
y que con frecuencia los invitaba a almorzar los domingos17.
Tampoco se sabe exactamente qué hacían Cassidy y Sundance en
Concordia y cuánto tiempo trabajaron allí. Seibert mencionó el trabajo con las
mulas y la custodia de las nóminas (salarios). A finales de 1907, Cassidy,
quizá en compañía de Sundance, viajó al pueblo fronterizo de Santa Cruz, y en
una carta a sus amigos de Concordia dijo que había encontrado "el lugar
perfecto que había estado buscando durante 20 años". A los 41 años, se
lamentaba diciendo: "Oh Dios, si pudiera retroceder veinte años. . . sería
feliz". Estaba maravillado por el bajo costo de las buenas tierras, con
abundante agua y pasto, y se atrevió a lanzar una premonición: "Si no
caigo, muy pronto vendré a vivir aquí"18. Al parecer, Cassidy estaba
planeando un nuevo comienzo: la compra de una hacienda en Santa Cruz.
En 1908, Cassidy y Sundance renunciaron a su trabajo en
Concordia, tras un incidente durante el cual Sundance, estando ebrio, había
alardeado públicamente sobre sus hazañas delincuenciales en EE. UU. Aunque la
evidencia parecía indicar que eran empleados modelo, posteriormente Seibert les
atribuyó varios atracos en Bolivia y Perú, basado en lo que había leído en los
periódicos.
Al final del siglo XIX y durante los primeros años del siglo
XX, los robos de las nóminas (salarios) eran bastante comunes en Bolivia. En
junio de 1892, un hombre que llevaba una remesa de 17,000 bolivianos fue
asaltado por un "extranjero" y su criado entre Suipacha y Tupiza.
Pocos días después, el criado fue arrestado y las autoridades buscaban a su
jefe19. En 1906, Arthur Scott y Harrison C. Yerkes, ambos empleados de la mina
Penny-Duncan Huanuni, cerca de Oruro, intentaron robar las nóminas de su
compañía, una suma de aproximadamente 40,000 bolivianos. Pronto fueron
aprehendidos, y Yerkes fue asesinado mientras estaba preso20.
En 1908 se desató una verdadera ola de crímenes. Dos
extrabajadores rencorosos, Jack McVey y Joe Muir, ambos descritos como yanquis,
robaron en dos ocasiones las nóminas de la South American
Construction Co., en abril y agosto21. En septiembre, un grupo de chilenos
que se hospedaban en el Hotel Americano, en Oruro, tramaron un plan para cavar
un túnel desde el sótano del hotel, por debajo de la calle, hasta el Banco
Francisco Argandoña. El ruido que provocaron las excavaciones alertó a los
empleados del banco, quienes llamaron a la policía. Hubo una balacera, siete de
los ladrones fueron arrestados, y se dijo que fallecieron otros cuando la
policía arrojó explosivos al interior del túnel22.
En noviembre de ese mismo año, dos chilenos y un americano
intentaron robar las nóminas de la mina Monte Blanco, que ascendían a 10,000
bolivianos. El asalto fracasó y los tres hombres fueron arrestados23.
A comienzos de diciembre, dos presuntos chilenos asaltaron las nóminas de la
compañía Aramayo, camino a Chorolque24, las cuales ascendían a 25,000
bolivianos. Dos semanas después, fueron capturados en las inmediaciones de La
Quiaca, Argentina25.
El Diario Correo de Oruro atribuyó la ola de crímenes de
1908 a extranjeros: "Es el dominio público que la inmigración no
seleccionada, ha introducido en nuestras capas sociales elementos de peligro y
bandolerismo, que mantienen al vecindario presa de pánico". El diario
hizo un llamamiento al público, pidiendo la vigilancia exhaustiva de
extranjeros: "Desde luego, sería necesario tomar la filación de todos
los inmigrantes extranjeros, para saber su procedencia, objeto de su venida,
propósitos que persiguen, domicilio, condiciones personales, etc., etc."26. No
se sabe si se llevaron a cabo estas recomendaciones para una mayor vigilancia
de los inmigrantes, pero a comienzos de 1909 la compañía Aramayo pidió
ayuda a las autoridades locales y al ejército, para organizar una "fuerza
policiaria" que escoltara sus nóminas27.
Después de Cassidy y Sundance, en Bolivia los bandidos más
famosos fueron los de la banda Smith, conocida también como "Los
Smitis". Ellos no eran realmente una banda, sino tres mineros de
Huanchaca, dos americanos, John W. Smith y Adolf B. Ditmeyer, y un inglés, Fred
Hope. En 1922, asaltaron un tren cerca de Uyuni y escaparon con 100,000
bolivianos, pero fueron capturados poco después en el norte de Argentina.
Clamaron enérgicamente su inocencia, pero fueron declarados culpables y
sentenciados a ocho años de prisión. Continuaron clamando inocencia a las autoridades
bolivianas y estadounidenses. Durante varios años, la hermana de Ditmeyer en
Missouri envió un sinnúmero de cartas al Departamento de Estado de EE. UU., en
su nombre. Finalmente, fueron liberados en 192828.
El último de los asaltos a las nóminas de los primeros años
del siglo, perpetrado nuevamente por extranjeros y otra vez sin éxito, ocurrió
en febrero de 1938, cuando Mario Peña y Orlando Orguín, ambos chilenos,
tendieron una emboscada al courier de la Casa Hoshchild en Potosí y
escaparon a pie con 22,000 bolivianos. Casi inmediatamente, los bandidos fueron
acorralados en las periferias de la ciudad y "fueron acribillados por los uniformados que recuperaron el dinero"29.
A finales de 1908, Cassidy y Sundance aparecieron en
Tupiza, que por ese entonces era un próspero centro minero y comercial,
un entrepôt en la ruta comercial entre Argentina y Bolivia30. Parte
de lo que se sabe sobre las actividades de los bandidos en Tupiza proviene de
A.G. Francis, quien estaba a cargo de las dragas de la minería aurífera en el
río San Juan de Oro, y quien posteriormente escribiría un recuento de sus
aventuras con los bandidos para la publicación The Wide World Magazine31. Muchos
de los detalles en la historia de Francis están respaldados por lo que nos ha
llegado de otras fuentes, aunque algunos detalles podrían haber sido añadidos
por él o sus editores para darle más vida a la historia. Por ejemplo, no existe
nada en las versiones contemporáneas que apoye la versión de Francis, que habla
de cómo él fue secuestrado por los bandidos y forzado a guiarlos durante su
escape, después del asalto. Además, el nombre A.G. Francis parece ser un
seudónimo, pues no figura en ninguno de los artículos publicados por la prensa
de Tupiza sobre las actividades de la comunidad de expatriados, ni en la
investigación judicial sobre el asalto y tiroteo. Lo más probable es que haya
sido Edward Graydon, un operador de dragas de la Compañía Río San Juan de Oro,
cuyos movimientos coincidieron con los de Francis, aunque es posible que fuera
el asistente de Graydon, Harold Holsted.
Francis escribió que dos hombres, que usaban los nombres
George Low y Frank Smith, aparecieron en su campamento en Verdugo, 25
kilómetros al sur de Tupiza, en agosto de 1908, y le pidieron que les
permitiera descansar sus mulas por un tiempo. Su forma de ser le impresionó, y
se quedaron con él durante varias semanas. En el sur de Bolivia, el alias de
Cassidy era Santiago Lowe, y Sundance era conocido con los nombres H.A. Brown y
Frank Boyd. Francis dijo que "el tipo alto, según me enteré después, era
el famoso 'Kid' Curry" y que "Lowe" era Cassidy, y claro está
que él (o quizá su editor) insertó posteriormente esos nombres en la historia.
Logan nunca estuvo en Sudamérica y en todo caso falleció en 1904; sin embargo,
en esa época Logan era tan famoso como Cassidy y Sundance, y los periodistas,
sin mencionar a la policía, con frecuencia los confundían. Además, Sundance era
más alto que Cassidy; Logan era más bajo.
Francis dijo que el dúo habló de su plan para asaltar el
Banco Nacional en Tupiza -un detalle que parece poco probable, si recordamos
que apenas conocían a Francis- y que Sundance (el más alto de los dos), que
estaba enfermo, se quedó con Francis mientras que Cassidy (el más bajo)
visitaba Tupiza, para hacer un reconocimiento del banco y delinear sus planes.
Un misionero estadounidense que había conocido a Cassidy en el norte, como
Santiago Maxwell, se topó con él en Tupiza, y de manera abrupta Cassidy le dijo
que su nombre era Santiago Lowe32. Desafortunadamente para los
bandidos (y afortunadamente para el banco), un destacamento de soldados del
regimiento Abaroa apareció en Tupiza, y sus oficiales se alojaron en el Hotel
Internacional de la plaza principal, cerca del banco33.
Cassidy y Sundance dirigieron entonces su atención hacia las
nóminas de Aramayo, Francke y Compañía, la empresa minera más importante de la
región34. Las nóminas eran enviadas de La Paz a Tupiza, y de allí se las
enviaban a la oficina administrativa de la compañía en Quechisla, una distancia
de unos dos días a caballo. Los bandidos se habían enterado, probablemente
gracias al reconocimiento que hicieron en Tupiza y sus alrededores, que el
gerente de Aramayo, Peró, estaba por llevar una nómina de 80,000 bolivianos a
Quechisla, vía Salo. Pero el dúo se había equivocado: eran solo 15,000
bolivianos35. El monto mayor había sido programado para la siguiente semana.
Mientras tanto, Francis, que llevaba su draga de Verdugo a
Esmoraca, había trasladado su campamento a Tomahuaico, y cabe suponer
que Cassidy y Sundance se trasladaron también36. Temprano en la mañana del
3 de noviembre de 1908, Peró recogió el dinero, un paquete de billetes envuelto
en una tela, de la mansión estilo italiano de la familia Aramayo, en Villa
Oriental, conocida también como Chajrahuasi, en las afueras de Tupiza. Con su
joven hijo Mariano y su criado, Gil Gonzáles, emprendieron el viaje a
Quechisla. Mariano y Gonzáles iban montados en dos mulas, mientras Peró iba a
pie. El grupo pasó la noche en la hacienda Aramayo en Salo y reanudaron su
viaje al amanecer. Cassidy y Sundance se habían adelantado, y los vigilaban con
binoculares mientras el trío se dirigía hacia Huaca Huañusca.
A las 9:30 de la mañana, Peró y sus compañeros dieron vuelta
en una curva que les conducía al otro lado de una colina salpicada de cactus,
donde se encontraron con dos hombres que llevaban pañuelos que les cubrían la
parte inferior del rostro. Ambos portaban carabinas nuevas, y hablándoles en
inglés, ordenaron a Mariano y a Gonzáles que desmontaran, y a Peró que les
entregara el dinero.
Después de que los bandidos desaparecieron con el dinero y
una de las mulas, Peró y su grupo se dirigieron hacia el norte, a Guadalupe.
Alrededor de mediodía, en Abra Negra, encontraron a un arriero, Andrés
Gutiérrez. Peró escribió una nota con lápiz y le pidió a Gutiérrez que la
entregara al señor Rozo, de la hacienda Aramayo en Salo:
Sr. Rozo:
A las 9 V2 de la
mañana hemos encontrado dos yankes bien armados y con caras tapadas con pañuelos
que nos esperaban con los rifles preparados y nos hicieron desmontar y
resquizar el equipage del que solo han tomado el bulto de la remesa. Nos han
quitado también una mula parda (la Aramayo) que conocen los mozos de Tupiza,
con una soga de cáñamo nueva.
Los dos yankes son
altos, el uno delgado y el otro gordo que llevan un par de buenos binóculos
Hertz.
Se vé que han venido
de Tupiza, donde han de haber estado esperando mi salida para dar el golpe,
porque no me han exigido desde el principio otra cosa que la remesa.
Ruégole hacer volar un
propio a Don Manuel E. Aramayo mandándole estos papeles para que inmediatamente
tomen medidas para tomarlos.
Deben haber dormido en
Salo porque de cierta parte de la cuesta al subir vimos en la abra, a la
distancia dos siluetas, que indudablemente eran ellos. Que Don Manuel no mande
ya remesas sino con fuerza armada porque está visto que los yankes que están en
Tupiza están allí a la expectativa de cualquier remesa que haga la casa para
asaltarla. Andrés Gutiérrez lleva estos papeles con encargo de entregárselos lo
más pronto posible.
Carlos Peró
El lugar en que nos esperaron los yankes ha sido al bajar a
este lado de las alturas de Salo, casi al pie de la cuesta, en Huaca Huañusca.
C.P.
En Salo, otro mensajero llevó la nota de Peró a la oficina
Aramayo en Tupiza, y se alertó a las autoridades en las comunidades cercanas,
así como a las autoridades argentinas y chilenas en los pueblos fronterizos. Se
destacaron patrullas de militares y mineros armados (quienes habían perdido sus
sueldos en el robo) en toda la zona suroeste de Bolivia, en busca de los
extranjeros armados. En la noche del 4 noviembre desde Tupiza a la oficina
Aramayo en Uyuni, envían dos telegramas ordenando eficiencia y coordinación a
las autoridades con resultados funestos para los bandoleros, porque lanzó el
Capitán Justo P. Concha y su patrulla en búsqueda de los bandoleros, una
búsqueda que terminó dos días después en su encuentro con los bandoleros en San
Vicente38.
Por su parte, Peró había continuado hasta Cotani, un
campamento minero Aramayo, donde inmediatamente escribió una carta más extensa
a sus superiores, la misma que fue enviada a la oficina Aramayo en Tupiza:
Srs. Aramayo, Francke
y Cía. Ltd.
Muy Señores mios
El
objeto de ésta es confirmar el contenido de cuatro páginas que escribí
rápidamente dirigidas al Sr. Rozo, Admin. de Salo, para que hiciera pasar sin
demora á Tupiza, avisando que á la bajada á Huaca-huañusca, en la última parte
fragosa de ella, se nos presentaron de improviso dos yankes con las caras
tapadas con pañuelos y rifles listos para hacer fuego al menor movimiento
sospechoso que hiciéramos y obligado de manera amenazante á que desmontar el
mozo Gil Gonzales y mi hijo Mariano, pues yo me encontraba á pié siguiéndolos,
inmediatemente nos exigieron entregar el dinero que llevábamos á lo que les
contesté que podian registrar nuestras personas y tomar lo que quisieran, pues
no estamos en situación de hacer resistencia alguna. Uno de ellos se puso á registrar
rapidamente nuestras alforjas y no encontrando en ellas lo que buscaban
exigieron el descargar las dos cargas que llevábamos para registrar el
equipage, manifestándome que no querian tomar dinero particular nuestro ni
artículo que nos perteneciera, sinó simplemente el dinero que llevábamos
perteneciente á la Empresa y que bien sabian que yó hablaba ingles, en cuyo
idioma me preguntaron si no eran ochenta mil Bolivianos los que estábamos
conduciendo, á lo que contesté que no era suma crecida; y cuando ví que ya no
habia objeto en ocultar nada pues principiaba yá el registro de las petacas les
maifesté que eran quince mil solamente, lo que noté les causó profundo
trastorno, quedando por un momento el bandido que se encontraba próximo á
nosotros silencioso. Tan pronto como vieron el paquete muy parecido lo tomó el
que se encargaba de la requisa y lo pasó á su compañero sin preocuparse del
otro paquete ni de requisar más el equipaje lo que demuestra que tenian
conocimiento pleno de dicho paquete. Después me exigieron que les diera la mula
del mozo, la mochina Aramayo, con la marca de Quechisla, y conocido por los
mozos en Tupiza, la que hubo que desensillar y entregarles con una soga nueva
de manila. Se fueron alejando llevando la mula, con la vista fija siempre en
nosotros y los rifles preparados. Como el registro yá se hizo al pié de la
cuesta, donde hay una especie de cuevas naturales, se internaron quebrada abajo
de donde indudablemente continuaron acechándonos mientras se cargaba nuevamente
el equipaje. Es muy posible que hayan habido mas bandidos ocultos, porque el
mozo al bajar la cuesta notó varios animales como ocultos en la quebrada, en
momento en que una de las mulas de carga se apartó del camino en la bajada.
Los
dos yankes estaban vestidos con trajes nuevos de viaje de diablo fuerte
colorado oscuro á rayas delegadas con sombreros de ala corta blandos, ala que
tenian bajada, de manera que como tenian la cara oculta por pañuelos amarrados
detrás de las orejas solo podia verseles los ojos. Uno de ellos el que se
aproximó más y hablaba conmigo es delgado de estatura regular, y el otro que se
mantenía siempre á una pequeña distancia es un poco gordo y más alto. Ambos
llevaban carabina flamante, parece sistema mauser de calibre pequeño y cañon
grueso, rifles parecidos y talvéz iguales á uno que tiene Don Schmidt, pero son
armas completamente nuevas es decir sin uso. Además llevaban revolvers Colt en
la cintura y creo tambien revolvers Browning de tamaño bien pequeño, fuera de
cananas nuevas de balas para los rifles.
Con
seguridad estos bandidos han estado en Tupiza una temporada, estudiando las
costumbres de la casa y preparando el golpe sobre seguro con toda calma é
inteligencia y contando con la cooperación de todos sus paisanos para adquirir datos.
Además es undudable que han de haber preparado su retirada segura, porque solo
así conocio que no nos hubieran quitado todos nuestros animales ó que no nos
hayan muerto para evitar delaciones o ganar tiempo.
En
cuanto quedamos libres pensé en tomar el camino de Oploca, para comunicarles de
allí lo sucedido, pero reflexioné que talvéz tenian por esa via gente apostada
para impedir que dieramos aviso, así fué que continue en dirección á Guadalupe
con la esperanza de encontrar alguno á quien mandar mensajero, teniendo la
suerte de encontrar en Abra negra, en la separación del comino á Almona á
Andrés Gutierrez vecino de dicho punto, arrendero de Salo, á quien entregué las
lineas con lápiz en dos hojas de mi cartera dirigidas al Admin. de Salo, comunicación
que menciono al principio de mi carta.
De
Salo salimos á las 6 de la mañana y de un punto de la subida de la cuesta nos
pareció ver un momento dos puntos negros que trastornaban al abra de la cuesta,
pero como estábamos á gran distancia no pudimos distinguir si eran personas á
pié é á caballo, es indudable que dichos puntos negros eran estos individuos
que deban haber estado espiandonos siempre de gran distancia con un antepjo
triedo de Goertz que tenia colgado el bandido mas alto y gordo. Anteojo que me
llamó atención por su clase y tamaño pequeño, y al parecer muy nuevo.
Es
inútil mandar remesas yá, sin tomar precauciones escepcionales, yá sea de algun
modo que no puedan apercibirse ó con suficiente gente armada que esté siempre
lista para cualquier sorpresa.
Es
muy posible tambien que, dado el número relativamente crecido de
norte-americanos sin ocupación que hay en Tupiza y Uyuni, esté entre ellos en
combinación para asaltar y apoderarse de las remesas de la casa por ambas vias.
Tal
vez convendria hacer venir un detective especial de Bs. Aires para vigile a
todos estos.
Al
llegar á Cotani he encontrado dos norte-americanos que llevan solamente unas
alforjas y una montura de mujer, pero tenien rifles y revolvers. Han dormido
anoche en Cotani y hoy iban á dormir á Guadalupe. Como segun habian dicho se
les habia perdido un revolver en Cotani y solamente un muchacho habia estado en
el cuarto de ellos, han llevado al muchacho, llamado Faustino Duran, á Tupiza
para que declare ante la Policia.
El
asalto ocurrió álas 9 y 1/4 de la manana de hoy.
Lamentando
lo ocurrido que no nos ha sido posible el evitar y esperando que las medidas
que se hayan podido tomar allí, con mi aviso de Abra-negra, dén algun resultado
para recuperar el dinero y tomar a los bandidos, quedo de Uds. muy att. S. S.
Carlos Peró
El propio que lleva
éste es Augustín Llave, quien sale á las 6 p.m. con encargo de viajar toda la
noche.
CP39
Al día siguiente, los dos hombres que Peró había conocido en
Cotani, Frank Harry Murray, un ingeniero inglés, y Ray A. Walters, un contador
estadounidense, fueron arrestados en Salo por una patrulla del regimiento
Abaroa, como sospechosos de ser los bandidos que robaron la nómina Aramayo;
básicamente porque eran dos extranjeros, andaban armados y viajaban por la zona
donde dos extranjeros armados habían cometido un crimen40. Murray y Walters
dijeron a las autoridades que estaban regresando a Panamá, donde habían
trabajado previamente, vía Argentina, y que no sabían nada del atraco41. El
hecho de que no tuvieran en su poder el dinero robado, tampoco la mula, fueron
detalles que les permitieron salir en libertad en pocos días, pero solo después
de que los verdaderos bandidos habían sido abatidos, y el dinero y la mula
habían sido recuperados.
En ese lapso, según Francis, los verdaderos bandidos se
habían dirigido hacia el sur, bordeando Tupiza después del anochecer, para
llegar a su campamento de Tomahuaico bien entrada la noche. A pesar de que
le hablaron sobre el atraco, su anfitrión decidió que no podía hacer nada al
respecto: "cualquier intento de delatar a los hombres sin duda me hubiera
costado la vida, y de una manera muy rápida"42.
Francis recordó que Sundance había hablado de "haber
intentado en varias oportunidades llevar una vida sin conflictos con la
ley", y que "dichos intentos siempre habían sido frustrados" por
las autoridades y "que por ende lo forzaban a volver" a la
delincuencia. No obstante, dijo, "él nunca había matado a un hombre,
excepto en defensa propia, y nunca había robado a los pobres, sólo a grandes
compañías"43. Se sabía que Cassidy había expresado sentimientos similares,
pero la realidad era muy diferente. Tanto Cassidy como Sundance tuvieron muchas
oportunidades de enderezar su vida: recibieron indulto después de salir de la
cárcel en EE. UU., empezaron una nueva vida en Argentina como rancheros y se
volvieron a establecer en Bolivia, donde trabajaron en minería; sin embargo,
volvían una y otra vez a su vida delincuencial. Tampoco se les podía
calificar de Robin Hood a ninguno de los dos. Cuando eran jóvenes vaqueros en
el oeste norteamericano, robaban ganado y caballos de los ranchos vecinos,
grandes y pequeños. Y si bien no se puede calificar a Cassidy ni a Sundance
como asesinos, las diversas bandas que lideraron o con las que cometieron
atracos mataron a más de veinte personas44.
Aunque Francis desaprobaba las fechorías de sus visitantes,
los consideraba "compañeros agradables y divertidos" y no tenía
intención de denunciarlos a las autoridades. Asustados al enterarse de que una
patrulla armada se acercaba, Cassidy y Sundance empacaron rápidamente y, según
la versión de Francis, insistieron en que los acompañase. Francis esperaba que
huyeran hacia el sur, a Argentina, y se sorprendió cuando le dijeron que irían
a "Uyuni y al norte"45. Tal vez pensaban llegar a Oruro, una ciudad
que albergaba a miles de residentes extranjeros, entre los cuales los bandidos
hubieran levantado menos sospechas. Oruro fue también la última dirección de
correo de Sundance.
Francis llevó a Cassidy y a Sundance hacia el sur, y luego
al oeste, siguiendo el curso del río San Juan de Oro, para luego virarse hacia
el norte, a través de una quebrada serpentina y estrecha, hasta Estarca, donde
hizo arreglos para que ellos pudieran pasar la noche. Al día siguiente, muy
temprano, los bandidos agradecieron a Francis por su ayuda y lo dejaron ir,
indicándole que dijera a todo soldado que encontrara que los bandidos se habían
ido hacia la frontera con Argentina46. El relato de Francis es respaldado por
Juan Felix Erazo, quien manifestó a las autoridades que en la mañana del 6 de
noviembre, en Cucho, unos 20 kilómetros al norte de Estarca, se había
encontrado con dos extranjeros fuertemente armados quienes le preguntaron
cómo llegar a San Vicente. Recordó que había visto a uno de los extranjeros con
Edward Graydon aproximadamente un mes antes, lo cual respalda también la
posibilidad de que Graydon podría haber sido Francis47.
Desde Cucho, Cassidy y Sundance tomaron el largo y
accidentado camino hacia San Vicente, una aldea minera (con una población de
350 habitantes en 1900), ubicada en una hondonada árida de tonos rojizos, a una
altura de aproximadamente 4.500 metros, en la Cordillera Occidental. Al
atardecer del 6 de noviembre de 1908, entraron a lomo de mula en San Vicente, y
se detuvieron frente a la casa de Bonifacio Casasola. El corregidor del pueblo,
Cleto Bellot, se les acercó y les preguntó qué deseaban. "Una
posada", le respondieron. Bellot les dijo que no había ninguna, pero que
Casasola los podía acomodar en una habitación que estaba libre y les podía
vender forraje para sus mulas48.
Después de atender a sus animales, uno de los cuales era la
mula robada de la empresa Aramayo que llevaba la marca "Q", Cassidy y
Sundance conversaron con Bellot en su habitación, que daba al patio amurallado
de Casasola. Le preguntaron a Bellot sobre el camino a Uyuni, a unos 120
kilómetros al norte, y dónde podían conseguir sardinas y cerveza. Bellot envió
a Casasola a comprarlas con el dinero que le dio Sundance.
Bellot salió rápidamente y se fue directo a la casa de
Manuel Barran, donde estaba alojado un pelotón de cuatro hombres de Uyuni: el
capitán Justo P. Concha y dos soldados, Víctor Torres y otra persona no
identificada, de la guarnacion de Uyuni, y el comisario de Uyuni Timoteo Ríos.
Habían llegado esa misma tarde, y eran una de las varias patrullas que peinaban
el suroeste de Bolivia en busca de los dos bandidos yanquis y una mula robada.
El capitán Concha estaba durmiendo, por lo que Ríos y los dos soldados,
acompañados por Bellot, fueron a la casa de Casasola. Cuando entraron al patio
en la oscuridad, Cassidy apareció en la puerta de su habitación, descargó su
Colt e hirió a Torres en el cuello, quien a su vez respondió al fuego y se
refugió en una casa cercana, donde falleció poco después. Por su parte, el otro
soldado y Ríos dispararon hacia Cassidy, y luego salieron corriendo del patio
con Bellot.
Después de abastecerse rápidamente de municiones en la casa
de Barran, el soldado y Ríos se apostaron en la entrada del patio y empezaron a
disparar. Concha apareció de pronto y le pidió a Bellot que reuniera algunos
hombres para vigilar el techo y la parte posterior de la casa de adobe, a fin
de asegurarse de que los bandidos no hicieran un agujero y escaparan. Mientras
corría para cumplir la orden, Bellot escuchó tres gritos de desesperación
provenientes de la habitación de los bandidos. Cuando los vecinos llegaron para
rodear la casa, el fuego había cesado y todo estaba en silencio.
Los residentes de San Vicente mantuvieron sus posiciones
alrededor de la casa durante toda la noche, a pesar del frío y del viento. Al
amanecer del día 7 de noviembre, Concha ordenó a Casasola que entrara a la
habitación. Al regresar, informó que ambos yanquis estaban muertos. Concha y el
soldado sobreviviente ingresaron y encontraron a Cassidy (el más bajo de los
dos bandidos) tendido en el piso con una herida de bala en la sien y otra
en el brazo, y a Sundance (el más alto) sentado en un banco detrás de la
puerta, con una jarra grande de cerámica entre los brazos, una herida en la frente,
y otras en el brazo. De acuerdo con las posiciones de los cuerpos y la
ubicación de las heridas mortales, los testigos concluyeron que Cassidy había
decidido terminar con el sufrimiento de su socio herido y luego se disparó49.
Los bandidos fueron enterrados esa tarde, según Remigio
Sánchez, un vecino que fue testigo del tiroteo y que ayudó en el entierro, el
cual, según Francis, se realizó en un terreno no consagrado50. La nómina de la
compañía Aramayo, menos unos cuantos pesos, fue hallada en las alforjas de los
bandidos, y se recuperó también la mula robada. Se hizo un inventario completo
de los efectos personales de los bandidos y se los colocaron en una petaca con llave que fue entregada al capitán Concha"51. En
el inventario no figuraron todas las armas que Peró había visto el 4 de
noviembre; quizá algunas desaparecieron como recuerdos. Se esperaba que Concha
llevara todo a Tupiza, que tenía jurisdicción legal sobre San Vicente, pero a
la mañana siguiente retornó a Uyuni, y la compañía Aramayo tuvo que litigar en
los tribunales durante meses para recuperar su dinero.
Al día siguiente, el 9 de noviembre, Murray y Walters fueron
liberados52.
El asalto a Aramayo y el tiroteo subsiguiente en San Vicente
fueron ampliamente cubiertos por la prensa boliviana, aunque en algunas
versiones los detalles variaron. Se describió a los bandidos yanquis como
"dos norteamericanos", "dos extranjeros", y "un
chileno y un danés" y se decía que el asalto había ocurrido en varios
sitios, desde Uyuni hasta las afueras de Tupiza53.
Al nivel internacional, los hechos solo figuraron en una
serie de pequeños artículos en el diario La Prensa de Buenos Aires, el primero
de los cuales vinculó a los bandidos del atraco Aramayo con Cassidy y Sundance
en Argentina: "hay opiniones de que deben ser los norteamericanos que
asaltaron el Banco de la Nación, de Villa Mercedes (Argentina), y que después
se refugiaron en esta República, donde han llevado a cabo varios asaltos".54
El 9 de noviembre, el subprefecto de Uyuni envió un
telegrama al prefecto de Potosí con un resumen de los eventos en San
Vicente: "Como puse en su conocimiento, comosion [sic] marchó
en persecucion de asaltadores remesa, y habiendo arribado al mineral 'San
Vicente', fue recibido a bala por criminales que se hallavan en esa, por lo que
resultó muerto en la sorpresa el soldado Victor Torrez. En vista de este
atentado Capitan Concha jefe de la comision intimó a estos suspendieran el
fuego y se dieran por presos, a lo que contestaron con mas fuego haya que
tubieron un reñido combate por espacio de una hora en el que resultaron muertos
los dos asaltadores".
Este resumen, basado probablemente en una conversación con
Concha, difiere ligeramente de lo dicho por Bellot a Solares: Bellot había
dicho que Concha no se presentó en la casa de los bandidos después del
intercambio inicial de disparos, durante el cual Torres fue mortalmente herido,
y que los cuerpos de los bandidos no se encontraron hasta la mañana siguiente.
En una carta de fecha 12 de noviembre, que contenía el texto
del telegrama, el subprefecto adjuntó un informe de los eventos en San Vicente
preparado por Concha. Lamentablemente, el informe ha desaparecido55.
Ese mismo día, el 12, el juez de partido de Uyuni notificó
al juez instructor de Tupiza que estaba iniciando un juicio penal: "He
asumido conocimiento del juicio criminal con motivo de los sucesos de San
Vicente - Debo juzgar a comisario de Policia y demás comisionados en caso de
Corte por hallarse los delincuentes en esta y no haber Juez de partido en
esa"56.
No queda del todo claro qué estaba investigando exactamente
el juez de partido sobre los eventos ocurridos en San Vicente; quizá se trataba
de la conducta de la comisión de Concha durante el encuentro con los bandidos y
el hecho de que Concha llevara la nómina de la empresa Aramayo a Uyuni en
lugar de llevarla a Tupiza. Es posible que se requiriese automáticamente una
investigación, debido a que un soldado y los dos sospechosos fueron abatidos.
En cualquier caso, si bien el expediente contiene otros telegramas del juez de
partido sobre el tema, no existe información de cómo se resolvió la
investigación ni de que Concha haya sufrido alguna consecuencia.
Posteriormente, Concha fue transferido a Santa Cruz, se retiró del ejército en
1919 y falleció alrededor de 193357.
Dos semanas después del tiroteo, los dos bandidos fueron
desenterrados, y Peró, su hijo y su criado Gonzáles los identificaron como los
dos hombres que los habían asaltado58. Los bandidos habían sido enterrados con
sus sombreros, lo cual ayudó en la identificación, dado que durante el asalto
ambos hombres llevaban pañuelos que cubrían la parte inferior de sus rostros.
Se programó una autopsia, pero fue cancelada. Los oficiales de Tupiza
realizaron una investigación sobre el asalto y el tiroteo, entrevistaron a
Peró, a Bellot, y a otros residentes, pero no lograron determinar los nombres
de los bandidos fallecidos.
En julio de 1909, Frank D. Aller, ex vicecónsul de EE.UU. en
Antofagasta, quien en 1905 había ayudado a Sundance cuando se metió en problemas
con las autoridades locales, escribió a la legación de EE.UU. en La Paz para
solicitar "confirmación y un certificado de defunción" delos dos
estadounidenses, uno conocido como Frank Boyd o H.A. Brown y el otro como
Maxwell. "He sido informado por el señor William Gray de Oruro, el señor
Thomas Mason de Uyuni y muchas otras personas", escribió Aller, "de
que Boyd y su compañero Maxwell [..] fueron asesinados en San Vicente cerca de
Tupiza por los lugareños y la policía, y fueron enterrados como 'desconocidos'"
(William Gray, vicecónsul británico en Oruro, trabajaba con la compañía minera
Penny-Duncan. En una entrevista sin fecha realizada por James D. Horan, Seibert
dijo que Cassidy frustró en una ocasión un plan para secuestrar al propietario
de la compañía, Andrew Penny. Thomas Mason, el vicecónsul británico en Uyuni,
estaba a cargo de Abaroa, Mason y Compañía, un estudio contable y agencia de
aduanas con sede en Uyuni)59. Aller dijo que un tribunal chileno necesitaba un
certificado de defunción para liquidar el patrimonio de Boyd, lo cual indicaría
que Sundance tenía propiedades en Chile, y que la noticia de su muerte, y la de
Cassidy, había llegado hasta allí. La legación reenvió la solicitud al
Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia y señaló que los dos
estadounidenses habían "asaltado varios trenes de la Compañía Ferroviaria
de Bolivia y también las diligencias de varias mineras", lo cual era una
tremenda exageración. El único delito que cometieron Cassidy y Sundance en
Bolivia fue el robo de la nómina [remesa] Aramayo.
En diciembre de 1910, después de un considerable retraso
causado por la indecisión de ciertos oficiales locales, quienes (por motivos
que no quedan claros) se rehusaban a responder las interrogantes que llegaron
de La Paz, la Prefectura de Potosí envió al Ministro de Relaciones Exteriores y
Culto un certificado de defunción de
los ciudadanos americanos que fueron muertos por la Policía de Uyuni en el
Cantón de San Vicente y cuyos nombres se ignora; además remito un oficio original
del señor Fiscal de Partido de Tupiza sobre este mismo asunto y un testimonio
enfs. 10 relativo a las diligencias de identificación de las víctimas y
declaraciones sobre las circunstancias del hecho". El ministro
reenvió los documentos a la legación de EE. UU. y el 21 de enero de 1911 la
legación los envió a Aller.
Desgraciadamente, en los archivos de los ministerios de
Relaciones Exteriores de Bolivia y de EE. UU. sólo quedan las cartas
introductorias. Además, nunca aparecieron indicaciones en Chile de las medidas
ulteriores tomadas por Aller, o del tema de las propiedades de Sundance60.
En las semanas siguientes al robo y a la muerte de los
bandidos, la empresa Aramayo Francke estuvo muy ocupada. El 10 de noviembre, la
compañía solicitó al Ministro de Guerra que el comandante del regimiento Abaroa
"nos facilite un oficial y cuatro hombres armados para custodiar las
remesas de la compañía"61. Es probable que las patrullas armadas no
hayan sido enviadas inmediatamente, ya que en diciembre la compañía sufrió otro
robo de sus nóminas, 27,000 bolivianos, entre Quechisla y Santa Barbara. Los
bandidos, dos chilenos, fueron capturados un par de semanas después en
Argentina, cerca de La Quiaca62. Unos meses más tarde, los ejecutivos de la
compañía seguían en discusiones con el ejército sobre cómo organizar la fuerza policiaria"63.
Además, la compañía tuvo que iniciar procedimientos
judiciales en los tribunales de Uyuni para la devolución de su nómina,
procedimientos que no estuvieron exentos de dificultades: "para
recuperar la remesa, tenemos que luchar con los jueces, obra mas difícil que la
emprendida contra los asaltantes".64 También hizo arreglos para pagar
un "montepío o gratificación" a los padres de Víctor
Torres, el soldado que falleció en San Vicente. Por motivos que no quedan
totalmente claros, quizá porque estaba durmiendo cuando se inició el encuentro
con los bandidos (sin mencionar que era el causante de que la empresa tuviese
tantos problemas por llevar la nómina a Uyuni en lugar de Tupiza), la compañía
opuso cualquier recompensa para el capitán Concha: "sabemos que
el capitán de la fuerza no se portó a la altura que habíamos creído en la
captura de los asaltores, no mereciendo la gratificación que habíamos pensando
darle como ordenamos" .65
En cuanto a Cassidy y Sundance, ellos siguen en algún lugar
del cementerio de San Vicente. En diciembre de 1991, se intentó localizar su
tumba y realizar pruebas de ADN, pero los huesos desenterrados resultaron ser
los de un minero alemán llamado Gustav Zimmer y de indígenas no identificados66.
No obstante, los huesos se exhiben hoy en el museo de San Vicente como los
huesos de Cassidy y Sundance67.
Uno de los vecinos de los bandidos en la Patagonia, John
Commodore Perry, dijo a un amigo mutuo que ellos habían fallecido en Bolivia68.
"Olvídese de todos los informes que afirman que Butch Cassidy está
vivo", escribió Matt Warner, uno de los primeros socios forajidos de
Cassidy, a un historiador en 1937. Fue "asesinado en Sudamérica, él y un
hombre llamado Longbow [sic] fueron abatidos [...] en un tiroteo. Esa es la
verdad".69 En 1928, Charles Siringo, un agente de Pinkerton que había
perseguido a Cassidy y Sundance a lo largo de varios estados del oeste, dijo en
la publicación Frontier Times que Cassidy y Sundance habían muerto
después de su "captura por la policía local" en Sudamérica70. Donna
Ernst, la esposa del sobrino nieto de Sundance, Paul Ernst, dijo que la familia
de Sundance "jamás se enteró oficialmente de su muerte, pero creían que
había muerto en alguna parte de Sudamérica" 71. Fue entre los
descendientes de Cassidy que existió cierto desacuerdo. Su hermana menor, Lula
Parker Betenson, quien era una bebé cuando él abandonó la casa, escribió un
libro, Butch Cassidy, My Brother (1974), en el cual afirmaba que él
había vuelto para visitarla en 1925. Pero la mayoría de los miembros de la
familia no están de acuerdo, y dicen que falleció en Sudamérica o, en cualquier
caso, que desapareció y que nunca volvió a casa72. El hermano más cercano de
Cassidy, Daniel Parker, según los informes, dijo que había fallecido en
Bolivia.
No obstante, continúa el debate respecto a si Cassidy y
Sundance fallecieron en Bolivia. La controversia se debe en parte al hecho de
que fueron enterrados de manera anónima, como NN ("Ningún Nombre"); y
en parte a los elaborados engaños que perpetraron ciertos imitadores y
timadores del oeste de EE. UU., quienes entre los años 1920 y 1930 fingieron
ser Cassidy o Sundance, de vuelta de Sudamérica; y en parte porque algunos de
sus seguidores más apasionados se niegan a aceptar que sus héroes bandidos
fallecieron, solos y perdidos, en los andes bolivianos73. Sin embargo, la
muerte es el destino de la mayoría de los bandidos, y Cassidy y Sundance no
fueron la excepción.
NOTAS.
1. Charles E. Strangeland, Encargado de
Negocios provisional, Legación Estadounidense, La Paz, Bolivia, carta al
Secretario del Estado, Washington DC, con fecha del 7 mayo 1913; Strangeland,
telegrama al Secretario del Estado, con fecha del 8 mayo 1913; Departamento de
Estado, telegrama a Strangeland, 10 de mayo de 1913; Strangeland, carta al
Secretario del Estado, 21 de mayo de 1913; Departamento de Estado, carta a
Strangeland, 6 junio 1913. Archivos Nacionales, Washington DC.
2. "Prontuario de Francis Marion
Lowe", N° 4739A, 29 de abril de 1919, Oficina de Identificación, Policía
de Antofagasta. Registro Civil, Antofagasta, Chile. Cortesía de José Antonio
González Pizarro, Universidad Católica del Norte, Antofagasta, Chile.
3. "Pinkerton's National Detective
Agency", Anuncio, Robert A. Pinkerton, Nueva York, 4 febrero 1907. Archivo
de la "Pinkerton's National Detective Agency", División de
Manuscritos, Biblioteca del Congreso, Washington, D.C.
4. Para una excelente historia de la Agencia
Pinkerton de inicios del siglo XX, enfocada en la vida del detective James
McParland, véase Riffenburgh, 2013. Quizá el detective más ilustre de la
agencia fue el escritor Dashiell Hammett, quien incorporó sus experiencias de
varios años como agente en novelas como el Halcón Maltés (1930).
5. Pinkerton's (4 de febrero de 1907). Para la
vida de Harvey Logan, véase Smokov (2012) y Wilson (2016); y para la
controversia sobre su muerte, véase Buck (1997).
6. Para mayor información sobre Butch Cassidy y
el Sundance Kid, véase Bell (2013), Burton (2012), Ernst (2009) y Patterson
(1998). Para la historia de su vida en Argentina, véase Aguirre (2004),
Gavirati (2011) y Meadows (2003).
7. Buck y Meadows (noviembre-diciembre 2002).
8. Gavirati (2011), pp. 84, 95.
9. Gavirati (2011), pp. 101-139; Meadows
(2003), pp. 63-86.
10. Blakemore (1990).
11. "New York Criminal History N° 7111.
Harry Longbaugh [sic] . . . alias Frank Boyd. Hold-Up Robber." 26 enero
1906. Pinkertons; Meadows (2003), pp. 79-80.
12. Ted Worthington, correo electrónico a Anne
Meadows, 13 de enero de 2002; Buck y Meadows (abril 2003).
13. Alvear Urrutia (1974), p. 65.
14. Para un análisis del fenómeno del bandolero
noble, véase Hobsbawm (2000).
15. Meadows (2003), pp. 93-94.
16. Meadows (2003), pp. 93-95, 132-33.
17. Horan y Sann (1954), pp. 231-33; Horan
(1962), pp.338-53; Percy Seibert, entrevista por James Horan (sin fecha);
Colección de Robert McCubbin.
18. Meadows (2009), pp. 97-99.
19. "Captura de un sospechoso". La
Estrella de Tarija, Tarija, 25 de junio de 1892, y "El robo de los
17,000 Bs.". El Imparcial, La Paz, 28 de julio de 1892.
20. "Oruro: un asalto a mano
armada". El Diario, La Paz, 11 de septiembre de 1906; "Asalto
de una remesa". El Comercio, Oruro, 11 de septiembre de 1906;
"Oruro, detalles del asalto". El Comercio, La Paz, 12 de
septiembre de 1906; "El sumario del asalto de Huanuni". El
Diario La Paz, 13 de septiembre de 1906; "Oruro: Confesión de
Scott". El Diario, La Paz, 15 de septiembre de 1906; Oswego
Daily Palladium (Oswego, Nueva York), 12 de julio de 1912. Para detalles del
asalto a Hununi, el arresto de Scott y Yerkes, y el asesinato de Yerkes, véase
"Varios funcionarios y particulares, 1908, Libro ED-1-92" y
"Legaciones Extranjeras en Bolivia, 1908, Libro LE-3-R-01", Archivo
del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto (La Paz); M862, Roll 568, File
7498, Record Group 59, Registros Generales, Departamento de Estado, Archivos
Nacionales (Washington, D.C.).
21. "Orden de captura". El
Diario, La Paz, 27 de mayo de 1908; "Robo de quince mil
Bs". La Prensa, Oruro, 28 de mayo de 1908;
"Asalto". El Diario, La Paz, 31 de mayo de 1908;
"Asalto en Eucaliptos", El Diario, La Paz, 4 de junio de
1908; "Asalto de 20,000 Bs.". La Prensa , Cochabamba, 9 de
junio de 1908; "Asalto en Bolivia". El Mercurio, Antofagasta,
Chile, 10 de junio de 1908; "En la línea a Oruro". El
Diario, La Paz, 20 de agosto de 1908; "Los asaltos en la nueva
línea". La Prensa, Oruro, 25 de agosto de 1908; "En la
línea a Oruro". La Prensa, Cochabamba, 28 de agosto de 1908.
Véase tambien, Redwood (1995) y "Papers of Rankin Johnson,
1895-1910", Universidad de Pittsburgh (Pittsburgh, Pensilvania, EE.UU.).
22. "El atentado al Banco
Agandoña", La Prensa, Oruro, 25 de septiembre de 1908;
"Attempted Bank Robbery in Bolivia". Buenos Aires Herald, Buenos
Aires, 3 de noviembre de 1908; "El asalto a los bancos". La
Prensa, Oruro, 19 de noviembre de 1908.
23. "Asalto". La Prensa, Cochabamba,
13 de noviembre de 1908; "Siguen los asaltos". La Prensa, Oruro,
13 de noviembre de 1908.
24. Telegrama N° 198, C. Navarro, Aramayo
Francke, Tupiza, al subprefecto, Cotagaita, 8 de diciembre de 1908,
"Telegramas, 22 de junio - 6 de julio 1909", Archivo Aramayo Francke
y Cía., Archivo Histórico de Tupiza, Alcaldía Municipal de Tupiza. Con respecto
a los sucesos de noviembre de 1908, el archivo Aramayo Francke no está
completo. Se ha llevado por lo menos un volumen, "Libro de cartas,
noviembre de 1908," según cuenta un oficial de COMIBOL, el mismo que fue
vendido en junio de 2003 por Bonhams & Butterfields, una casa de subasta en
California. Localizado: 13 de junio 2016, en: http://www.bonhams.com/auctions/12931/lot/3450/
25. Telegrama N° 245 (sin fecha),
"Telegramas, 22 de junio - 6 de julio 1909," Archivo Aramayo Francke.
26. "Acción policiaria". El
Correo, Oruro, 25 de noviembre de 1908.
27. Carta, M. E. Aramayo, Gerente, Aramayo
Francke, Tupiza, al Admo. Gen., Quechisla, 1 de abril de 1909, y carta, M.E.
Aramayo a D. Arturo Flores, Capitán del Ejército, La Paz, 12 de abril de 1909,
"Copiador de Correspondencia, 5 marzo 1909-18 mayo 1909", Archivo
Aramayo Francke.
28. "Asalto al tren de
Pulacayo". La Razón, La Paz, 12 de abril de 1922; "Los
asaltadores del tren a Pulacayo". El Liberal, La Paz, 21 de
abril de 1922; "Los asaltadores del tren Uyuni-Pulacayo". La
Razón, La Paz, 23 de abril de 1922; "Los asaltadores del tren
Uyuni-Pulacayo". La Reforma, La Paz, 23 de abril de 1922; y
"335.1121 John W. Smith and A.B. Ditmeyer, 1922-1925," Carpeta,
Departamento de Estado, Archivos Nacionales (Washington, D.C.). A.B. Ditmeyer
se quedó en Bolivia después de salir de la cárcel en 1928; se casó con una
potosiña, y murió en La Paz en 1972: "Ditmeyer," Javier Badani Ruiz,
La Razón (La Paz), 5 de marzo 2007.
29. Giorgetta, "De Tupiza a Uyuni: tierra
de bandoleros."
30. Buck (febrero 2001); Mitru T. de Sánchez
(2012); y Reynaga Farfán, (septiembre 2008), (noviembre 2008) y (noviembre
2011).
31. Francis (mayo 1913).
32. La historia del reverendo Joseph Hugo
Wenberg, que conoció a Santiago Lowe en Tupiza, se relata en Horan y Sann
(1954), p. 239. Horan y Sann refieren a Wenberg como un misionero noruego, pero
en realidad era estadounidense: "Local Churches to Hold Thankoffering
Service", Waukesha (Illinois, EE.UU.) Daily Freeman, 17 de noviembre de
1951.
33. El Chorolque, un periódico de Tupiza
que se publicaba dos o tres veces a la semana, tenía a Santiago Lowe registrado
en el Hotel Terminus a fines de octubre y principios de noviembre de 1908, y
hace mención del hecho de que un grupo de oficiales del regimiento Abaroa se
alojaron en el Hotel Internacional a inicios de noviembre: El
Chorolque, 29 de octubre y 4 de noviembre de 1908.
34. Crespo (1981).
35. Hiram Bingham, que viajó por Bolivia en
1908, informó que un boliviano valía entonces 40 centavos de dólar americano,
lo que significa que la nómina de 15,000 bolivianos ascendía a US$ 6,000. Véase
Bingham (1911), p. 88. ¿Cuánto valdría al tipo de cambio de hoy? Calcular el
valor relativo de una moneda entre un año y otro es complicado, dado que
existen varias fórmulas, las cuales arrojan resultados muy variables. Según la
fórmula del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que utilizan los periodistas
para calcular el valor relativo de la moneda, los US$ 6,000 de 1908
equivaldrían hoy a unos US$ 159,000. Para mayores detalles, véase: https://www.measuringworth.
com/
36. Francis (mayo 1913); Revista Nacional
de Jurisprudencia, Legislación y Administración, año II, N° 44, 31 de
octubre de 1908, "Correspondencia" "Minas," p. 445.
37. "Libro 101, Cartas recibidas
Quechisla", Archivo de la empresa Aramayo Francke. Lo más probable es que
los binoculares que vio Peró fueran de la marca Goertz, y no Hertz. La empresa
alemana Goertz, fundada en la década de 1880, fabricaba equipos ópticos que
fueron exportados a todas partes del mundo.
38. Telegrama, Aramaiza, Aramayo Francke, Tupiza
al Aramayuni, Aramayo Francke, Uyuni, 4 de noviembre de 1908, y Telegrama,
Aramayo, Aramayo Francke, Tupiza, al Manuel Barran, (Aramayo
Francke) Uyuni, 4 de noviembre de 1908, "Libro de Cartas, noviembre de
1908", Archivo Aramayo Francke y Cía, Archivo Histórico de Tupiza,
Alcaldía Municipal de Tupiza.
39. Carta de Peró a Aramayo Francke, 4 de
noviembre de 1908, "Libro 101, Cartas Recibidas a Quechisla", Archivo
de la empresa Aramayo Francke.
40. El arresto y la liberación de Murray y Walters
se analiza en un expediente compilado por el Dr. Héctor Solares, Juez
Instructor, Juzgado de Instrucciones, Tupiza, en las semanas siguientes al
tiroteo en San Vicente. El informe, que comprende 38 documentos diferentes, fue
encontrado por el escritor estadounidense Roger McCord en 1972, en el archivo
de la cárcel de Tupiza. McCord dijo que un juez de Tupiza le permitió retirar
el informe, el cual se lo llevó a EE.UU. (Daniel Buck y Anne Meadows se
entrevistaron con Roger McCord el 14 de agosto de 1993.) McCord falleció en
febrero de 2016, y se desconoce el paradero del expediente; sin embargo,
existen fotocopias y copias escaneadas que circulan entre los investigadores en
EE.UU. y Bolivia.
41. Ray A. Walter y Frank Harry Murray,
entrevista por el Dr. Héctor Solares, 6 de noviembre de 1908, expediente
(1908-1909).
42. Francis (mayo de 1913).
43. Francis (mayo de 1913).
44. Buck y Meadows (noviembre-diciembre 2002).
45. Francis (mayo de 1913).
46. Francis (mayo de 1913).
47. Juan Félix Erazo, entrevista por el Dr. Héctor
Solares, 27 de noviembre de 1908, Expediente (1908-1909).
48. Cleto Bellot, entrevista por el Dr. Héctor
Solares, 20 de noviembre de 1908, Expediente (1908-1909).
49. Remigio Sánchez, entrevista por el Dr.
Héctor Solares y el Dr. Néstor E. Jordán, 9 de noviembre de 1908, y Arístides
Daza A., entrevista por el Dr. Héctor Solares, 20 de noviembre de 1908,
Expediente (1908-1909).
50. Francis (mayo de 1913). Sánchez, Expediente
(1908-1909).
51. Memorandum de inventario, firmado por Cleto
Bellot, el capitán Justo R Concha, et al., 7 de noviembre de 1908, y Cleto
Bellot, entrevista por el Dr. Héctor Solares, 20 de noviembre de 1908,
Expediente (1908-1909).
52. Pedido al Juez Instructor, 9 de noviembre de
1908, y mandato judicial, Dr. Héctor Solares, 9 de noviembre de 1908,
Expediente (1908-1909).
53. Por ejemplo: "Asalto
escandoloso". El Chorolque,Tupiza, 7 de noviembre de 1908; "Ecos
del día: Los asaltos a la orden del día". La Prensa, Oruro, 10
de noviembre de 1908; "Captura y muerte". El Chorolque, Tupiza,
11 de noviembre de 1908; "Extranjeros que asaltan". La
Prensa, La Paz, 11 de noviembre de 1908; "Un asalto
notable". La Prensa, Cochabamba, 16 de noviembre de 1908;
"Juicio criminal". El Chorolque, Tupiza, 19 de noviembre de
1909; "Captura y muerte". La Capital, Sucre, 21 de
noviembre de 1908; "Asalto de la remesa de la casa Aramayo
Francke". La Mañana, Sucre, 25 de noviembre de 1908; y
"Acción policiaria". El Correo, Oruro, 25 de noviembre de
1908. El artículo "Accion policiaria" habló del problema de "la
inmigración no seleccionada, [que] ha introducido en nuestras capas
sociales elementos de peligro y bandolerismo, que mantienen al vecindario presa
de pánico". Los editores recomendaron "la filiación de
todos los inmigrantes extranjeros" para "remediar esta
anómala situación del pueblo de Oruro, que vive con zozobras".
54. "Asalto al Señor Peró: Los bandoleros
norteamericanos", La Prensa (Buenos Aires), 6 de noviembre de
1908. Tres artículos adicionales, del 8, 9 y 10 de noviembre, reportaron el
tiroteo en San Vicente y el detenido y puesto en libertad de Walters y Murray.
55. Carta, subprefecto de Uyuni al prefecto de
Potosí, 12 de noviembre de 1908, N° 306, Archivo Histórico de Potosí. Nos
gustaría dar las gracias a Limbert Jerez López, un investigador boliviano y
especialista en la historia de Cassidy y Sundance en Bolivia, por haber llevado
este documento a nuestra atención.
56. Telegrama, Juez de Partido de Uyuni al Juez
Instructor de Tupiza, 12 de noviembre de 1908, Expediente (1908-1909).
57. Anuario de leyes y disposiciones supremas de
1919 (La Paz) 1920, p. 168; Anuario administrativo de 1933 (La
Paz), 1933, p. 780.
58. Declaración de Peró, Mariano Peró y Gil
Gonzales al Dr. Héctor Solares, 20 de noviembre 1908, Expediente (1908-1909).
59. Varios directorios diplomáticos de los
primeros años del siglo XX nombran a Thomas Mason como el vicecónsul británico
en Uyuni y William Gray como el vicecónsul británico en Oruro; por ejemplo, The
Foreign Office List and Diplomatic and Consular Year Book (London, 1917).
60. Véase las comunicaciones entre Frank Aller,
la Legacion Estadounidense y el Ministro de Relaciones Exteriores, 1909 a 1910,
en: Correspondencia Miscelánea, 1910, Volumenes 54 y 88 (C8.3 y C8.10), "Record
Group 84, Foreign Post Files", Archivos Nacionales, Washington, D.C.;
Archivo, Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, La Paz; y Archivo
Histórico de Potosí, Museo Histórico, Casa Nacional de Moneda, Potosí.
61. Carta, M.E. Aramayo, Tupiza, al Ministro de
la Guerra, 10 de noviembre de 1908, "Libro de Cartas, noviembre de
1908", Archivo Aramayo Francke.
62. Telegrama N° 198, C. Navarro, Aramayo
Francke, Tupiza, al subprefecto, Cotagaita, 8 de diciembre de 1908, y telegrama
N° 245
(sin fecha), "Telegramas, 22 de junio - 6 de julio
1908," Archivo Aramayo Francke.
63. Telegrama N° 323, M.E. Aramayo, gerente,
Aramayo Francke, Tupiza, a D. Arturo Flores, Capitán de Ejército, La Paz, 12 de
abril de 1909, "Telegramas, 22 de junio - 6 de julio 1908," Archivo
Aramayo Francke.
64. Carta, M.E. Aramayo, Tupiza, a C.V. Aramayo,
Antofagasta, 19 de noviembre de 1908, "Libro de Cartas, noviembre de
1908", Archivo Aramayo Francke.
65. Carta, M.E. Aramayo, Tupiza, a Aramayo
Francke, Uyuni, 24 de noviembre de 1908, "Libro de Cartas, noviembre
1908", Archivo Aramayo Francke.
66. Meadows (2003), capítulos 12 a 15.
67. Buck y Meadows (agosto 2015).
68. Gavirati(2011).
69. Buck y Meadows (primavera 1998).
70. Charles Siringo, Frontier Times, vol. 6, N°
2, noviembre 1928.
71. Ernst (2009), p. 173.
72. Buck y Meadows (primavera 1998), (invierno
2006) y (abril-junio 2006); y Buck (enero 2014).
73. Buck y Meadows (primavera 1998), (invierno
2006) y (abril-junio 2006); y Buck (enero 2014).
FUENTES
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Municipal de Tupiza. ARAMAYO, Francke y Cía. Archivo Histórico de Tupiza,
Alcaldía Municipal de Tupiza.
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Division, Library of Congress,
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sobre: Butch Cassidy y Sundance Kid", Gaceta del Sur Suplemento, Potosí,
4 de junio de 1993.
------Butch Cassidy y Sundance Kid: Un hecho hístorico, un
atractivo turístico", Revista Municipal (Tupiza, enero 2003).
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Magazine (Chicago) (abr. 1930).
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personal view of Hollywood and screenwriting. EE.UU.: Warner Books, 1984.
GUMUCIO DRAGON, Alfonso. Historia del cine en
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MESA GISBERT, D. La aventura del cine boliviano,
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REYNAGA FARFÁN, Max. Minería en los Chichas: época
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-----100 años wanted, 1908-2008. Bolivia: auto-publicado,
nov. 2008
-----Huellas chicheños, Tupiza 1880-1908. Bolivia:
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SMOKOV, Mark T. He rode with Butch and Sundance: the
story of Harvey "Kid Curry" Logan. EE.UU.: University of North
Texas Press, 2012.
WILSON, Gary A. The Life and Death of Harvey Logan:
Tiger ofthe Wild Bunch. EE.UU. TwoDot, 2016.
como puedo tener acceso al afiche de la fiesta del hotel guibert _
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