Por Diego Martínez Estévez.
TRANSCRIPCIÓN:
"9 DE SEPTIEMBRE DE 1932 (BOQUERÓN)
Silenciosos y unánimes los fusiles se alzaron en el aire en…. Juramento. El
instante, bajo el claror lírico del amanecer, era de una seca solemnidad
trágica".
¡Llegó el momento de portarse como hombres!
Los 105 enemigos, dio un silbido de serpiente en el aire.
Un centinela nuestro descubre una columna enemiga….suenan varios disparos.
Como una manada de lobos hambrientos, chillando, dando aullidos de triuno, las
tropas paraguayas se lanzan sobre nuestras posiciones, rechazándolos en forma
espectacular.
Las balas menudearon el aire en una lluvia de fuego… los paraguayos sorprendidos
corrían ciegos de furor hacia uno y otro lado sin conseguir ganar terreno.
Las descargas de ametralladoras pesadas y fusilería ensordecían el ambiente
enrojeciendo el aire de la tarde. Ante la impotencia de tomar nuestras
posiciones, las tropas paraguayas se retiran tronchadas por nuestro fuego y
huían hacia el monte…Otros en grupos, intentaban aún atacar. Nuestras
ametralladoras eran trombas segadoras de vidas. Pronto los disparos fueron
disminuyendo. De pronto, al ver coronados nuestros esfuerzos, se oyeron
enardecidos gritos:
¡Viva Bolivia!
¡Subordinación y constancia!
Fue un esfuerzo terrible y supremo.
Los rostros de nuestros soldados extenuados por el cansancio y el combate de 14
horas, se iluminaban con vivo resplandor, viendo huir al enemigo".
COMENTARIO:
Esta célebre fecha del 9 de septiembre de 1932, marca el primer día de la
batalla de Boquerón y el capitán Romero lo relata con su puño y letra como se
lo puede advertir en el escaneado adjunto y más abajo, en su transcripción
literal.
Como referencia a lo vertido por el capitán Romero, señalar que el ataque fue
precedido por el fuego de artillería que no atinó a identificar sus objetivos;
el asalto de la infantería se ejecutó en todo el frente defensivo. El enemigo
ataca en tres sectores bien definidos: A la derecha por la senda a Huijay
contra las posiciones del sector conducido por el capitán JULIO OCTAVIO ROMERO
LINARES; por el centro, por el camino nuevo a Isla Poi; a la izquierda, por el
camino viejo contra el sector comandando por el teniente Luís Cuenca.
Las unidades atacantes identificadas y que sufren muchísimos muertos hasta el
final del día, pertenecen a los regimientos 2, 3, y 4 “Itororó”, “Corrales” y
“Curupaity”, además del batallón “Palacios”, pertenecientes a la 1ra y 2da. Divisiones.
Para su asalto, el enemigo además de millares de soldados, utilizó 12 piezas de
artillería, entre obuses de 105 y 75 mmm, además de morteros conocidos como
“Stokes”. El gasto de munición fue exagerado, los artilleros paraguayos
dispararon día y noche; algunas granadas cayeron sobre sus propias unidades.
Ninguna de las posiciones defensivas fue dañada, ni siquiera las trincheras
fueron tocadas y mucho menos los nidos de ametralladoras. El cerebro de la
organización de la posición defensiva de Boquerón fue el subteniente Clemente
Inofuentes ¡Una verdadera obra de arte militar!! que no sería destruida ni
hasta el último día de combate, el 29 de septiembre.
El parte escrito de este día, elevado por el capitán ROMERO, dice:
“El día 9 de septiembre Hrs. 6 avanzan las primeras líneas de ataque enemigas,
entrando en combate el ala derecha de mmi sector. El enemigo, con toda
tenacidad, ataca intentando bloquear el fortín, pero nuestro fuego, superior y
vivo detiene su avance. Más tarde, el mismo día, se observa que numerosas
tropas de refuerzo, protegidas por el fuego de artillería, inician un violento
ataque al ala derecha de mi sector, ocupado por trolas del Regimiento 16 de
Infantería a cargo de los tenientes Daniel Aguilar, César Melazzini y
subteniente Ángel Aguirre. Nuevamente son rechazados. A hrs. 12, las tropas
atacantes avanzan con mayor ímpetu sobre todas las posiciones y nuestras
tropas, con admirable valor, rechazan sangrientamente varios asaltos. Continúa
en esta forma el combate durante todo el día, hasta Hrs. 20, soportando con
verdadero heroísmo el intenso cañoneo de la artillería enemiga, que hace
verdadero derroche de munición. En este día de combate no se produjo ni una
baja en mi sector”.
En el Fortín Boquerón sumaban 549 soldados, 3 jefes, 14 oficiales y 2 médicos
con sus ayudantes, como armas de apoyo contaban con ametralladoras pesadas y
livianas, un cañón de 105 milímetros y una pieza antiaérea Semarck; ambas
fueron empleadas para el tiro directo, en particular orientados hacia el sector
de tiro de la conocida como “Punta Brava”. Este día, los defensores sufrieron
tres muertos y doce heridos. De parte del enemigo, ha tenido 200 o más muertos
incluyendo a unos 400 heridos.
A las diez de la noche, el combate ha cesado.
A partir de este día y a lo largo de los 20 días de batalla, menos de un millar
de bolivianos hicieron frente a un promedio de 15 mil paraguayos. Durante este
periodo, Estigarribia con sus ataques ocasionó unos 4 mil muertos y una
cantidad mayor de heridos. Los hospitales de Asunción y los domicilios
particulares no dieron abasto para atender a tantos heridos, por lo que
tuvieron que ser trasladados a otras ciudades.
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