Por: Freddy Arancibia Andrade (*) // Foto: Llallagua de Antaño, Av. 10 de
Noviembre. // Historias
de Bolivia.
-Año 1908. Potosí-
Este texto corresponde al libro inédito, titulado “UNCÍA, LA SALVADORA Y PATIÑO”
(del autor Freddy Arancibia Andrade), que será editado y publicado en el
presente año, sin embargo el mismo autor ya publicó detalles sobre el tema en
su obra “Uncía y Llallagua: una historia ignorada” (Año 1998. Ediciones
FAA):
PERIODO LIBERAL: CONCESIONES A EMPRESAS EXTRANJERAS.- A principios del siglo
XX, para conservar el poder y unificar sus fuerzas, los liberales y
conservadores bolivianos, tuvieron que hacer serias concesiones a los capitales
extranjeros, caso Llallagua a manos del mayor empresariado chileno –después del
Tratado de 1904 con Chile-, que para el hecho incursionaron a la región
estañífera con reformas geopolíticas. Entonces, Uncía y Llallagua se hallaban
en jurisdicción territorial de la Provincia Charcas, con su capital el lejano pueblo
de San Pedro de Buena Vista.
INGERENCIA CHILENA EN GEOPOLITICA LOCAL.- La memoria oral local todavía en los
años 1960 1980 indicaba que habían sido políticos de Uncía los que frente a la
presencia chilena en Llallagua habían forjado la creación de una nueva
provincia para frenar, ante todo, la ambición expansionista de ese país sobre
Uncía y, además, sobre los yacimientos auriferos de Amaya Pampa, Capacirca y
Chuquihuta, ya que sus geólogos (chilenos) sabían, mediante sus prospecciones y
diagnósticos, de la existencia de promisorias vetas mineras (sobre ello
publicamos varios artículos, desde 1988).
El año 1907, las empresas de Uncía en franca producción fueron “La Salvadora”
de Patiño y “Uncía” del inglés John Minchin; mientras que en Llallagua comenzaba
a operar la Compañía chilena “Llallagua” después de haber sido adquirida (año
antes: 1906) del abogado sucrense Pastor Sainz.
CREACION DE LA NUEVA PROVINCIA.- Pero, como en todo proceso de creaciones o
distritaciones geopolíticas, con seguridad que existieron opiniones
confrontadas para la designación de la capital en caso de crearse una nueva
provincia y que, Chayanta, en su calidad de antiguo e importante centro urbano,
una verdadera ciudad para esa época, era el mayor indicado para elevarse a esa
categoría.
PUBLICACIONES ANTERIORES.- Sobre la presencia chilena en Llallagua, los años
1988 y 1989, en el semanario potosino “La Gaceta del Sur” hicimos amplia
descripción sobre las acciones del empresariado chileno en Llallagua. Del mismo
modo en el libro “Jaime Mendoza y la concepción geopolítica de la Ruta
Diagonal” (Arancibia 1992, UNSXX. Llallagua) indicamos que los “MÓVILES PARA LA
CREACIÓN DE LA PROVINCIA BUSTILLO habían sido: PRIMERO: Presencia chilena en
Llallagua y, SEGUNDO: Política internacional y Resistencia Regional patriótica
de Uncía” (Págs. 44-49)
JAIME MENDOZA A LA PALESTRA.- Sin embargo, a esa altura del tiempo (1992),
todavía los discursos locales no contemplaban la presencia chilena en
Llallagua, todas la sombras nefastas y la desgracia de Bolivia se las echaban a
las espaldas de Simón I. Patiño. Uno de los impulsores para la creación de la
nueva provincia había sido el médico Jaime Mendoza, quien denunció los abusos
chilenos en su libro “En las tierras del Potosí” (1911), sobre cuya obra
Guillermo Lora publicó su libro de crítica mordaz y lapidaria titulado
“Ausencia de la gran novela minera: la frustración del novelista Mendoza” (mayo
1971), cuyo contenido influyó en la opinión local hasta invalidando los
mensajes que el escritor Mendoza lanzaba como alerta sobre el abuso del
extranjerismo en Bolivia, hasta llegar a indicar sin reparos que la creación de
la Prov. Bustillo había sido “… por voluntad de Patiño, para saquear las
riquezas estañíferas de Uncía y Llallagua”, lógicamente obviando la presencia
saqueadora de Chile. Parecía que un cierto aire inconsciente de chilenofilia se
hubiera apoderado de la población local, regional y nacional contra
Patiño.
PRIMERA JUNTA MUNICIPAL DE UNCIA.- Del mismo modo, en el libro “Uncía y Llallagua:
una historia ignorada” (Arancibia, 1998) se publicó ya que la primera junta
municipal de Uncía, en 1907 (ante la presencia chilena), estuvo conformada por
DULFREDO CAMPOS, Jaime Mendoza, Juan A. Quiroga, Federico Avila y Juan
Mendívil; que además los primeros políticos citados, Campos y Mendoza, habían
sido los principales gestores para la creación de una nueva provincia ante la
amenaza expansiva chilena sobre Uncía y la REGIÓN AURIFERA de Chayanta.
Ahora, en nuestra mirada analítica, donde coinciden y discrepan la memoria oral
y las posibles conclusiones hasta ahora planteadas sobre la creación de esta
Provincia, aportamos con lo siguiente:
CREADORES DE LA PROVINCIA.- Los creadores, dejando de lado la posibilidad de
erigirse como Capital al pueblo de Chayanta, “como planteaban los personeros de
la Cía. Chilena Llallagua” (L. Oporto O. 2006), ¿habrían tenido intereses
contrarios a Bolivia?; pues:
DULFREDO CAMPOS CORTEZ, abogado, inicialmente residente en la propia Chayanta,
en su condición de excombatiente de la Guerra del Pacífico, en la que Bolivia
había perdido su territorio de salida al mar, y de donde salió reconocido como
Teniente Coronel del Ejército de Bolivia, ¿habría tenido razones patrióticas
para decidir junto a Jaime Mendoza para identificar a Uncía como capital de la
nueva provincia?, ¿se habría cerciorado de las tramas que se estaban tejiendo
en el seno del directorio de la compañía Llallagua en Santiago de Chile y
Valparaíso?
JAIME MENDOZA GONZALES, médico, de gran sensibilidad con los obreros y la
región minera, excombatiente de la Guerra del Acre contra Brasil, testigo fiel
del actuar y las intenciones extranjeras en las minas bolivianas (al igual que
Brasil sobre la goma), además de tener relaciones afectuosas en Chayanta con la
madre de sus hijos, ¿habría tenido razones de sentimiento patriótico, junto a
Dulfredo Campos, para designar a Uncía como capital?
SIMÓN I. PATIÑO, natural del valle alto cochabambino, con un pasado de miseria
económica (… antichileno… –R. Querejazu y C. Mesa G.), que tuvo altercados
desde el ingreso de la compañía chilena en reemplazo de Pastor Sainz, ¿será que
por no dejarse manejar por la voluntad chilena era considerado como enemigo de
Uncía, Llallagua y Bolivia?; y, sobre ello, ¿será que Patiño ya mostraba su
condición de serio rival contra los intereses chilenos?. Además, debemos
advertir que “el mayor patrimonio minero de Chile en el mundo fue el yacimiento
Llallagua, de donde las bolsas de estaño poseían como sello el Escudo de Armas
de Chile” (R. Querejazu y Ch. Geddes).
Dulfredo Campos, Jaime Mendoza y Simón I. Patiño, con relación única y
exclusivamente a la presencia chilena en Llallagua, ¿habrían tenido algún
sentido o interés contrario a la región y el país al designar a Uncía como
capital?
LA EMPRESA "UNCIA" A PODER DE PATIÑO.- En 1910 la empresa chilena
comprobó las condiciones temperamentales de su rival Patiño, el boliviano que
se atrevió a mirarles de frente, que se apoderó de la Empresa “Uncía” de inglés
Minchin, habiéndoles superado en habilidad, gestiones y oferta. A poco tiempo,
1924, el imperio chileno sería también expulsado de Llallagua y Bolivia por “el
boliviano que, nacido en un minúsculo villorio, se atrevió a ser empresario y
millonario” (J. Querejazu)
DÍA "8 DE OCTUBRE DE 1908".- Se constituyó la Provincia Bustillo
(Gob. I. Montes) y, a partir de ese momento, se tuvo la presencia del Estado
Boliviano en la nueva Capital, Uncía, con un Poder Judicial, Fiscalía de la
Nación y demás entidades que la convirtieron en centinela de la nacionalidad
boliviana para frenar la invasión pacífica del capitalismo chileno sobre los
recursos naturales del Norte Potosí. Se definió el nombre de “Rafael Bustillo”
en homenaje al Canciller de mediados del siglo XIX que alertó la intensión
chilena sobre el Litoral boliviano.
(*)-EL AUTOR –de Uncía Potosí- es antropólogo, MSc. Educ. Sup.; creador del
Museo histórico en el Palacio de S. I. Patiño en Miraflores-Uncía. Guía de
Turismo desde 1986 al 2018, incidiendo en la presencia chilena en Llallagua, el
himno chileno, la iza de la bandera chilena, técnicos chilenos pistola y látigo
en mano, las cuevas domicilios en el río seco de Cancañiri, las camorras
boliviano-chilenas con armas blancas en las calles y cantinas de Uncía, la
incursión chilena en la Masacre de Uncía de 1924, etc., etc...
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