Por: León Enrique Biéber / El Deber de Santa Cruz, 3 de Septiembre de 2017. / Foto:
Un grupo de judíos en la Alemania nazi. http://www.eldeber.com.bo/opinion/Exodo-judio-de-Bolivia-y-cambios-en-los-israelitas--20170901-0007.html
Si hacia 1940 residían en Bolivia entre 7.000 y 8.000 judíos, hoy su número
apenas es de aproximadamente 500; cifra que podría ser exagerada. Un primer
éxodo, casi siempre ilegal y básicamente a Argentina, se produjo entre 1940 y
1944. Considerando las condiciones de fuga, se trató de una cantidad nada
despreciable. Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, salieron del país
prácticamente todos los alemanes, austriacos, checoslovacos, húngaros y polacos
de filiación comunista y muchos socialdemócratas que nunca se concibieron como
fugitivos, sino como exiliados, con el deber de volver a sus países de origen
para construir una patria socialista una vez derrocados los regímenes
fascistas.
Entre 1945 y 1951 hubo judíos que se dirigieron a Palestina/Israel, sea para
participar en la guerra que enfrentó el Estado judío contra diversos países
árabes apenas creado en mayo de 1948, sea para contribuir a la construcción y
consolidación del mismo. Sumados a los entre 2.500 y 3.000 nuevos inmigrantes
que llegaron en el decenio posterior a 1945 (sobrevivientes del holocausto), el
número de residentes judíos a comienzos de la década del 50 pudo ascender a
4.300. Si desde entonces él quedó reducido a unos 500, fue resultado del masivo
éxodo acaecido en el periodo 1952-1975; con un ritmo mucho más pausado en años
posteriores.
La gran mayoría emigró a Estados Unidos, a países vecinos y, en escala más
reducida, a Europa occidental y a Israel. El historiador Alberto Crespo ha
resumido de forma escueta y muy acertada las razones del éxodo en los
siguientes términos: “No hay que olvidar que fue una migración obligada, ellos
no eligieron Bolivia. Tampoco habían elegido dejar sus respectivas patrias.
Vinieron a Bolivia porque este país les dio facilidades, nada más. En Europa no
estaba en su mente llegar a un país tan difícil, tan inaccesible, tan
recóndito, tan desconocido.
“Si esta puede considerarse la razón genérica para la emigración, cabe
mencionar algunas otras importantes: la apertura de fronteras una vez
finalizada la conflagración mundial, el mayor poder adquisitivo de muchos
judíos para costear sus viajes, el virulento antisemitismo en las dos
principales ciudades del país que solo amenguó notoriamente hacia fines del
siglo XX, así como un efecto dominó. A esto cabe agregar las fuertes
turbulencias políticas que vivió el país. Las mismas tuvieron su inicio con la
revolución que llevó al poder al Movimiento Nacionalista Revolucionario en
abril de 1952. En una tónica nacionalista revolucionaria con matices
socializantes, bajo ese Gobierno Bolivia conoció una profunda transformación
económica, social y política (estatización de la gran minería, reforma agraria,
reforma electoral que por primera vez dio carta de ciudadanía al campesinado
indígena).
Corolario de las reformas, fue un fuerte proceso inflacionario que se extendió
hasta 1956. Una década más tarde se instaló en el país un foco insurreccional
liderado por Ernesto Che Guevara, que tenía por meta crear varias nuevas cubas
socialistas en América Latina; y a inicios de los 70 del siglo XX un gobierno
militar, pero sobre todo una Asamblea Popular, volvió a crear un ambiente
próximo a una transformación socialista. Situaciones de esta naturaleza poco
podían agradar a una masa de inmigrantes de clases medias proclives a la
iniciativa privada y, de cualquier modo, más o menos predispuestas para
abandonar el país.
En el correr de las casi ocho décadas transcurridas desde 1940, la colectividad
judía de Bolivia ha sufrido notorias transformaciones. Si otrora La Paz y
Cochabamba fueron sus epicentros más importantes, hoy lo es Santa Cruz de la
Sierra; mientras que en otras ciudades donde vivían centenas, o al menos
decenas de judíos, como en Oruro, Potosí o Tarija, no queda uno solo.
Cochabamba cuenta con tan pocos miembros que tiende a desaparecer; si bien no
tan marcadamente, puede que La Paz corra el mismo destino. Si otrora la inmensa
mayoría eran judíos provenientes de Europa Central o sus descendientes, hoy lo
son, sobre todo en la crecida comunidad cruceña, inmigrantes venidos de Argentina
y, en menor escala, de Chile.
Si otrora matrimonios mixtos eran una rara excepción, hoy entre el 60 y el 80%
de esta ciudad lo son; siendo notoria la conversión de mujeres. Si existían
grupos juveniles dando vida a los clubes deportivos de Macabi, hoy la presencia
de jóvenes en cualquiera de las tres ciudades presenta un verdadero problema:
sea porque actividades fuera de la colectividad atraen más o porque muchos
emigran. Alguien que ha conocido el Colegio Boliviano-Israelita y el moderno
edificio del Círculo Israelita en La Paz; los hogares de ancianos, las
sinagogas con su masiva afluencia a los servicios religiosos y un club Macabi
de intensa actividad social y deportiva en aquella ciudad y en Cochabamba no
puede sino mirar con añoranza ese pasado y resignar.
------------------------ DERROCAMIENTO DE DANIEL SALAMANCA Y ASCENSIÓN DE JOSÉ LUIS TEJADA SORZANO
- ESTUVIMOS DESARMADOS?...GUERRA DEL CHACO
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