BOLETÍN DEL ARCHIVO HISTÓRICO del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.
Revista Nuevos Horizontes, 23 de Mayo de 2017.
En el prólogo del libro, el ex Ministro de Educación peruano Grover Pango
Vildoso, afirma que “con absoluta justicia, se rinde homenaje a la memoria del
eximio poeta Ricardo Jaimes Freyre, nacido en tierra tacneña aunque de
nacionalidad boliviana, hijo de una escritora finísima como Carolina Freyre de
Jaimes, rama florida del tronco tacneño, antiguo y noble, de los Freyre
Fernández.
En el primer capítulo, Gambeta reconstruye con referencias pormenorizadas, el
entorno histórico de Tacna por esos años, incluyendo una descripción del
terremoto que se produjo el año en que naciera el vate y sobre el cual su padre
Julio Lucas Jaimes escribiría un libro. En el segundo, da un repaso a los
acontecimientos acaecidos en escenario boliviano, ensombrecido entonces por el
paso de la satrapía de Melgarejo, con un retrato certero de la época en que
naciera Jaimes Freyre y referencias a sus ascendientes peruano-bolivianos. El
tercero, es una semblanza de la infancia y adolescencia, el nacimiento de su
poesía al calor del primer amor, además de referencias a la vida literaria de
esos años.
Por su interés, realizamos un rápido recuento de los hechos anotados en la
obra, comenzando por el 12 de mayo de 1868, mañana clara de otoño en que nace
en aquella “ciudad blanca y luminosa”, como él la llama. Su padre, escritor
potosino conocido en el país por su pseudónimo de Brocha Gorda, desempeñaba
funciones de Cónsul de Bolivia en Tacna; su madre tacneña, Carolina Freyre,
distinguida periodista, poeta y feminista.
Fredy Gambeta, acota que “En la partida de nacimiento aparecen como testigos:
Mariano Baptista, años después Presidente de Bolivia, Melchor y Mariano Ricardo
Terrazas, todos ellos exiliados bolivianos”.
Durante los primeros años de la ocupación chilena en Tacna, que se prolongaría
por el lapso de 50 años, una antología histórica señala que “a la edad de 16
años, Ricardo Jaimes Freyre personificaba la quinta esencia del orgullo
provinciano, y su sentir nacionalista era de raigambre peruana”, a los cual
añade Gambeta: “no otra cosa se podía esperar de un inteligente joven que
nacido en Tacna, de madre tacneña, pasaba los mejores años de su infancia y
adolescencia, y descubría el amor en su ciudad natal”. El autor cuenta que “la
relación de la familia Jaimes Freyre con los peruanos que trabajaban por la
causa de su Patria, fue muy estrecha”, tal es así que en 1886, se funda la
Bohemia Tacneña, organización de jóvenes intelectuales para el mantenimiento de
los valores peruanos en las provincias cautivas, y las revistas “Letras” y “El
Progresista” dirigida por Carolina Freyre y su talentoso hijo. Al año
siguiente, el jefe de familia Julio Lucas Jaimes era incorporado a la Sociedad
Progreso de Tacna, junto a destacados intelectuales.
Cuando Ricardo contaba con 18 años, la familia se traslada a radicar en la
ciudad de Sucre, capital de Bolivia. Allí, al poco tiempo, Jaimes Freyre
contraería matrimonio con Felicidad Soruco, de 16 años de edad, quien sería la
compañera de toda su vida. Pese a su alejamiento de Tacna, continuaría su
vinculación con el terruño en el que naciera, remitiendo sus composiciones
literarias para su publicación en revistas Tacneñas. Entre esos trabajos
Gambeta destaca los cuentos “Al volver”, “La hora obligada” y “Páginas
íntimas”; así como los poemas “El poeta celebra el goce de la vida” y “Aeternun
Vale’’ (que más tarde formaría parte de su famosa “Castalia Bárbara”),
publicado por primera vez en 1896, en la revista tacneña “Letras”.
La última sección del libro registra su mejor producción, incluyendo una serie
de trabajos nuevos, que lógicamente no figuran en las obras completas editadas
en el país. Leamos unos versos de “La ciudad natal”, que Gambeta califica “como
uno de los poemas más hermosos que se hayan escrito dedicados a la ciudad de
Tacna”.
Nací en un claro día, cuando mediaba otoño,
en una ciudad blanca, luminosa y feliz;
flotaba un estandarte sinople, gualas y gules-
Sobre el hogar paterno, dichoso y juvenil.
Era un valle, oasis de verdor y frescura.
Entre las dos tristezas de su inmenso arenal;
Lo acarician lo hálitos de las cimas nevadas
Y oye en la lejanía los retumbos del mar.
Se desliza el Caplina sobre un lecho de arenas.
Y alegre y fugitivo penetra en la ciudad;
en arroyo de ondas claras y luminosas,
que lleva los mensajes de la montaña al mar.
Esta obra, es resultado de una ardua y acuciosa tarea de investigación en los
archivos de Tacna, entrevistas con ancianos del lugar sobre el tránsito del
poeta, así como producto de un viaje al país, para seguir más de cerca las
huellas del escritor boliviano. Su publicación motivó al Gobierno peruano a
bautizar la carretera Tacna-Bolivia con el nombre del poeta boliviano e invitar
al autor a dictar una conferencia en la ciudad de La Paz. Desde estas páginas
expresamos nuestras congratulaciones a quienes –como es el caso de Fredy
Gambeta- vienen trabajando de manera constante, desinteresada y silenciosa en
aras de la hermandad entre ambos pueblos.
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