EL INTRIGANTE, TURBULENTO, AMBICIOSO CASIMIRO OLAÑETA Y SU RELACIÓN CON BOLIVIA


Por: José Alberto Diez de Medina / El Diario, 30 de Marzo de 2015 // Disponible en: http://www.eldiario.net/noticias/2015/2015_03/nt150330/opinion.php?n=21&-casimiro-olanieta-y-la-creacion-de-bolivia

La no aceptación del Libertador a la creación de Bolivia, lo manifiesta en sus cartas al Mariscal de Ayacucho, rechazando sus sugerencias y pedidos.
“El Alto Perù es una dependencia del Virreinato de Buenos Aires; dependencia inmediata, como la de Quito, de Santa Fe, según dice Ud. piensa convocar una asamblea de dichas provincias; esa convocación misma es un acto de soberanía...”.
“Ya le he dicho a Ud. De oficio lo que debe hacer, y ahora lo repito. Sencillamente se reduce a ocupar el país militarmente, y esperar órdenes del gobierno”.
Claramente, el Libertador no estaba de acuerdo con que las provincias ejerzan su soberanía, y menos la creación de una república. Pero el Mariscal Sucre se encontraba bajo la influencia del doctor Casimiro Olañeta.

Existía en el Alto Perú una fracción americanista, que conociendo que nada se podría hacer, en pro de la Independencia, sin el apoyo de un fuerte ejército, rodeó al general realista Pedro Antonio Olañeta, quien con ideas disidentes ante el alto mando español, contrario al liberalismo del virrey La Serna, halagándolo en su vanidad, como única autoridad que podía representar al rey, y quien debía haber sido el sucesor de Pezuela, lo impulsaron a un rompimiento definitivo con el virrey La Serna.
Este séquito del general Pedro Antonio Olañeta estaba conformado por el doctor Manuel María Urcullu, el doctor Juan de Dios Antequera, el doctor Leonardo Usín, y en especial el doctor Casimiro Olañeta, sobrino del General y su Secretario Privado.
Casimiro Olañeta era un joven intrigante, turbulento, ambicioso, de carácter revolucionario y de ideas liberales que ocultaba al tío; todos estos patriotas trabajaban para separar al general Olañeta de la obediencia al Virrey, y formar un núcleo de resistencia en las provincias altoperuanas.
El doctor Casimiro Olañeta era el maestro de la intriga política, obró como independentista fanático e inescrupuloso, al provocar la profunda ruptura de relaciones, entre su tío, el general Pedro Antonio Olañeta y el virrey José de La Serna. Esa ruptura, favoreció a las fuerzas patriotas, y debilitó a las fuerzas realistas. Esta intriga posibilitó el triunfo de Ayacucho, debido a la no concurrencia del general Pedro Antonio Olañeta, con un ejército fuerte de 6.000 hombres, y más aún, se efectuó el rompimiento realista, en momentos en que el general Simón Bolívar avanzaba hacia Lima, y el general José de San Martín igualmente, facilitando los triunfos patriotas, frente a la no presencia de Pedro Antonio Olañeta, que más ya por tozudez, se encerraba en El Alto Perú, y las provincias bajas, esperando su nombramiento como Virrey y Capitán General del Alto Perú. Era una guerra civil entre españoles, con algunos combates esporádicos, entre ambos.
La maniobra de Casimiro Olañeta había dado resultado, hombre inteligente y de gran vanidad y aspiraciones, sabía que indirectamente era uno de los artífices del triunfo de Ayacucho.
Con esos antecedentes, se dirigió al Mariscal Sucre, primeramente mediante cartas, y finalmente con visitas en las que ponderaba la actitud del Mariscal de Ayacucho, en pro de la idea de reunir las provincias alto peruanas a fin de que se pronuncien sobre su destino.
Tanto insistió Casimiro Olañeta, que más parecía que se encontraba únicamente pensando en la Independencia del Alto Perú, instando a los comisionados de Chuquisaca y La Paz, a que en sus discursos no dejen de insistir sobre la creación de la República, amén de los elogios, loas y aplausos al Mariscal.
Finalmente, al arribar el Mariscal Sucre a la ciudad de La Paz, después de un viaje triunfal, donde fue recibido con bombos y platillos, y una innumerable muestra de afecto y de agradecimiento, de caballeros, damas y pueblo en general, decidió tomar la resolución definitiva de emitir el Decreto del 9 de Febrero de 1825.
Dicho decreto significó el nacimiento de la República de Bolivia.

Sociedad Bolivariana de Bolivia. Fundada en 1936.

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