LA COMUNIDAD ALEMANA EN BOLIVIA DURANTE LOS AÑOS 1880 Y 1930


Fuente: Bolivia y Alemania: Facetas de una relación secular / León E. Bieber. // Foto: forma de trasporte típico del oriente boliviano, principios de siglo XX. / José Orsini. // Para más historias: Historias de Bolivia.

En la media centuria transcurrida entre 1880 y 1930 el rasgo distintivo sobresaliente de las relaciones germano. Bolivianas fue su carácter marcadamente mercantil: el intercambio comercial y no la inversión de capitales definió aquellas relaciones. Gracias al rol hegemónico que los migrantes alemanes alcanzaron en la esfera mercantil el Imperio Alemán ya a comienzos del siglo XX logro convertirse en el primer suministrador de productos manufacturados de Bolivia y, después de Inglaterra, en el segundo consumidor de productos bolivianos; posición que mantuvo hasta la Primera Guerra Mundial, fase en la cual los Estados Unidos lo desplazaron.
El establecimiento de relaciones diplomáticas entre La Paz y Berlín en 1902 fue producto de ese ímpetu que gano y logro conservar Alemania en el comercio exterior de Bolivia. Seis años más tarde los dos países firmaron un Tratado de Amistad y Comercio, cuya clausula fundamental fue la de la nación más favorecida.
Aunque primordialmente vinculados a la esfera comercial no faltaron alemanes que incursionaron en actividades empresariales de la más diversa naturaleza. Ya a partir de la segunda mitad del siglo XIX algunos adquirieron minas, creando la Sociedad Minera de Oro del ingeniero Gedlmayr, o la empresa Böttiger, Trepp & Co., así como sobre todo la de Moritz Hochschild, quien se convirtió en uno de los tres grandes magnates de la minería boliviana. También Otto Philipp Braun termino dedicándose a esta labor en Corocoro.
En la década de los ochenta del siglo XIX existían casas comerciales alemanas que habían obtenido del gobierno concesiones para rescatar minerales de plata. Entre ellas las casas de Wbrique Rosenbluth y de Otto Richter. Estas, así como la casa de German Fricke & Co., jugaron un papel importante tanto en la comercialización de productos minerales como en el financiamiento de pequeñas y medianas empresas mineras. El que vendría ser el “Rey del estaño”, Simón I. Patiño, en la fase inicial de sus labores de cateo trabajo con créditos otorgados por G. Fricke. Durante el auge de la explotación de goma, entre finales del siglo XIX / inicios del XX, empresas comerciales alemanas poseían grandes concesiones de tierra en regiones donde se extraía el caucho, otras se instalaron en centros de rescate de la quina y algunas adquirieron extensas haciendas en los departamentos orientales de Beni y Santa Cruz para la cría de ganado; y, décadas más tarde, para la plantación de caña de azúcar. No faltaron aquellos que instalaron cervecerías, moliendas, fábricas de productos químicos, de carne y embutidos, de conservas, de licores, de papel y cueros, así como talleres de mecánica, dando con ello un decisivo impulso a la industria leve boliviana. También la hotelería y, sobre todo, la gastronomía cobraron importante impulso gracias al elemento germano.
Con aquella primera ola migratoria la alemanidad en Bolivia, caracterizada hasta entonces por la presencia de un reducido número de aventureros, clérigos, mineros, metalúrgicos, naturalistas, lingüistas, arquitectos, militares, artistas y representantes de otras ramas, pasó a quedar identificada con el comerciante y/o el empresario. En adelante descollarían como símbolo de la germanidad casas como la M. Brieger & Co. Y la Fed. Gerder & Co. en La Paz. Th. Bickenbach & Co. Y la mencionada German Fricke & Co. en Oruro; A. W. Barber &Co. y Guillermo Hellmann y Krüger & Co. en Cochabamba; Nicolas Jürgen Schütt en Potosí, así como la de Juan Elsner & Co., la Casa Providencia de Carlos Gasser y Felipe Schweitzer y, sobre todo, la Casa Zeller en Santa Cruz de la Sierra; para nombrar tan solo unas cuantas.
La indiscutible importancia comercial que había adquirido la colonia alemana no significa desconocer que, en la vieja tradición, también en el transcurso del periodo aquí en cuestión nuevamente sobresalieron personalidades venidas del Reich que forjo Otto von Bismarck en 1870-71. Asi, Max Uhle en la arqueología, Carl Troll en la geografía, Theodor Herzog en la fitología, Moritz Hochschild y Friedriech Ahlfeld en la minería (este último también en la geología), Paul Ehrenreich y Hans Grether en calidad de explotadores, al igual que el obispo Berthold Bühl y el cardenal Josef Clemens Maurer. En este contexto amerita mención especial el comerciante Wilhelm Kyllmann, a quien se debe la iniciativa de que la colonia alemana donase a la República de Bolivia, en el centenario de su independencia en 1925, un avión Junkers F-13 y fundase un comité de aviación; bases sobre las cuales surgió la empresa pionera de la aviación comercial boliviana, el Lloyd Aéreo Boliviano, que contó con capitales de casa comerciales germanas radicadas en aquella república y de la empresa Junkers de Alemania.

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