SUBLEVACIÓN DEL BATALLON VOLTIJEROS EN LA PAZ. 24 DE DICIEMBRE DE 1827


Fuente: Las Revoluciones de Bolivia. De: Nicanor Aranzaes. / Casa editora Talleres Gráficos “La Prensa” La Paz – Bolivia 1918.

La noche del 24 de diciembre de 1827, sucedió una de las más peligrosas sublevaciones llevada a cabo por un experimentado y poderoso batallón, el Voltijeros, que había combatido en  Pichincha, Junín y Ayacucho. La inmediata reacción de los generales José María Pérez de Urdininea, Miguel Ángel Figueredo y del entonces coronel Otto Felipe Braun, y junto a otros jefes y oficiales evitaron un desastre mayor, sus cabecillas fueron fusilados. Se afirmaba que la sublevación había sido instigada desde el Perú por Gamarra. Bolivia era gobernada por el venezolano Antonio Jose de Sucre.
Para conocer con más detalle este histórico acontecimiento, transcribimos un fragmento de Las Revoluciones de Bolivia. De: Nicanor Aranzaes. 1918.
El sargento José Guerra (alias grados) del batallón Voltijeros, de acuerdo con el sargento Gonzales (negro colombiano) del regimiento Granaderos de Colombia, apoyados por los de igual clase Galauza y Boyero, en la noche del 24 de diciembre, aprisionaron a los jefes y oficiales, lo mismo que al Prefecto General Gregorio Fernández y a los generales Urdininea y Figueredo, los que fueron conducidos a la Merced, y al amanecer llevados al Palacio de Gobierno.
Al día siguiente apenas amaneció, los cuerpos sublevados y algunos de Bogotá, salieron en formación a la plaza. Un capitán colombiano de Voltijeros llamado Valero, aparentando tomar parte de los rebeldes fue nombrado coronel del cuerpo, este con su buen porte consiguió que los oficiales fueran puestos en libertad y dio tiempo a que los generales y el coronel Braun se fugasen de prisión. Como habían exigido el pago de sus haberes, y robado en la noche todo lo existente en las cajas, el Prefecto consiguió del vecindario 20 mil pesos que entrego a los rebeldes.
El valiente Braun monto a caballo, seguido de su ayudante se presentó en la plaza, disparo un pistoletazo al jefe de los rebeldes; mas viendo que no había tenido la fortuna de asestarle, se puso a la cabeza del escuadrón Granaderos y después de arengarles los mando desfilar a presencia del batallón sublevado, y a los gritos de viva Colombia, viva Bolivia, viva el Libertador, y se dirigió Braun con su tropa fuera de la ciudad. Aturdidos las facciones y casi maquinalmente abandonaron la ciudad a las cuatro de la tarde, tomando el camino del Perú.
En el momento de estallar el motín, un mulato, sirviente de Braun se había dirigido a Viacha donde se hallaba acantonado el batallón 2°, a comunicar al coronel del cuerpo Ancelmo Rivas lo ocurrido. A poco llegó el segundo jefe José Ballivian, que confirmó la noticia. El batallón se puso en marcha, y a poca distancia de Viacha les dio alcance el jefe de Estado Mayor coronel Arévalo con el regimiento Húsares de Colombia, que lo había sacado del pueblo de Achocalla donde estaba acantonado, todo el, con las monturas al hombro, por hallarse la caballada forrajeando en Luribay. Llegando al Alto, el General Urdininea se puso a la cabeza de las fuerzas y emprendió la persecución de los sublevados.
Según los rebeldes su marcha con dirección a Tiahuanacu, cuando el coronel Braun logro alcanzarlos cerca de la noche; aquellos al verse perseguidos de cerca, desplegaron un guerrilla, lo que les obligo a hacer un pequeño alto y dio lugar a que el General Urdininea con los Húsares y el 2° llegasen; el 2° entonces desplego en batalla é hizo una descarga casia  quema ropa a la que contestaron los amotinados con otra. No obstante ser ya de noche, Braun dio a estos una carga de flanco, mas advertido el movimiento por los rebeldes, formaron un cuadro, en cuyo orden siguieron la retirada, hasta que obligados  por los fuegos del 2°, volvieron a desplegar en batalla en una posición ventajosa. La noche era obscura y lluviosa, no daba lugar a que se distinguiesen bien los objetos  y por lo mismo no podía el General Urdininea uniformar los ataques; mas al fin y después de mucho fuego, consiguieron las facciones cerca de las diez de la noche ocupar la capilla de San Roque (a las 5 leguas de La Paz) de cuyo atrio hicieron tenaz resistencia, hasta que los soldados  del 2° y los Húsares a bayonetazos obligaron a los rebeldes a rendirse. La mortalidad fue considerable de los rebeldes, sucumbieron de 90 a 100, se encontraron cadáveres dentro de la capilla, los había hasta sobre el altar. De los leales murieron 50, entre ellos el ayudante Pacheco, el teniente Salcedo (limeño), el teniente Montes (paceño). Salió contuso Braun.
Al día siguiente regreso a La Paz conduciendo a los prisioneros en número de 700. Galauza y Gonzalez tomados en la ciudad, fueron fusilados  el 24 de marzo de 1825. Boyero colombiano, joven de interesante presencia y fisonomía, capturado en Tiahuanacu por unos lanceros nacionales, fue lanceado por orden de su amigo y paisano Ravelo.
El general Gonzalo Lanza, subteniente del batallón 2°, y actor en los sucesos, dice: “se dijo siempre que la sublevación había sido instigada y fraguada desde el Perú por el General Gamarra”.
José Guerra, Grados o Graos, como lo llaman las publicaciones de la época, era español, capitán en el ejército realista y capturado en Ayacucho; por algunos incidentes de su mala conducta, se le dio de alta en el batallón de soldado y ascendió a sargento. El malvado en un caballo robado y con los caudales tomados fugó al Perú. Así que el 26 se hallaban en Pomata. Sus comunicaciones con Gamarra, a quien pedía auxilio, y las ordenes de las autoridades peruanas, para facilitar a los facciosos el paso del Desaguadero, son pruebas inexcusables de la participación de aquel General, en el movimiento de diciembre.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Con la tecnología de Blogger.