«…A ESO DE LAS 18 HRS. EL ENEMIGO DESISTE EN SUS ATAQUES Y
SE RETIRA DEJANDO EN EL CAMPO MUERTOS Y HERIDOS. LOS QUEJIDOS, AYES Y LAMENTOS
DE ÉSTOS ÚLTIMOS SE ESCUCHAN POR DOQUIER Y NOS ACOMPAÑAN DURANTE TODA LA
NOCHE…»
BOQUERÓN — Guerra del Chaco — 10 de septiembre de 1932
Al medio día las tropas paraguayas, ante el tremendo castigo recibido y ante la
imposibilidad de abrir alguna brecha en la defensa, comenzaron a retirarse,
dejando solamente pequeños grupos de combate con la misión de seguir haciendo
fuego y hostigar el fortín. Por otra parte, la artillería concentró sus fuegos
sobre éste y sus líneas, martillando sin cesar hasta el anochecer. Tuvimos que
lamentar por este hecho 7 muertos y 10 heridos entre la tropa.
A Hrs.16, comienza el combate en el ala izquierda del batallón Cuenca y el ala
derecha del sector Romero. El fuego en este sector es nutrido y los atacantes
hacen esfuerzos sobrehumanos para poder ganar nuestras líneas y aplastar a sus
defensores; pero éstos, haciendo gala de una calma absoluta, disparan con la
más correcta puntería y rechazan una y otra vez los embates paraguayos.
Finalmente, a eso de las 18 hrs. el enemigo desiste en sus ataques y se retira
dejando en el campo muertos y heridos. Los quejidos, ayes y lamentos de éstos
últimos se escuchan por doquier y nos acompañan durante toda la noche. A partir
de esta hora reina sobre Boquerón una relativa calma. A hrs. 20, sobre el campo
Sud Este del fortín, se distinguen señales luminosas. A hrs. 24, nuevamente
entra en acción la artillería enemiga; dispara por ráfagas sobre nuestras
posiciones. La nuestra contesta con unos pocos disparos; pero la superioridad
de fuegos de las baterías enemigas, que hacen un verdadero derroche de
munición, no permite comprometerse en un duelo que es lo que todos los soldados
ansían dentro del fortín... (La Gran Batalla, Memorias del Gral. Marzana.
Boqueron).
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