SOF. 1RO. PEDRO IRUSTA MÉRIDA, HÉROE DE LA GUERRA DEL CHACO

Investigador J. Alberto Quiroz M. © - Archivo: Ricardo Arranz de la hoz. 

Perteneció al regimiento Lanza 5 de Caballería, fue ayudante de órdenes del entonces Capitán Germán Busch Becerra. 
Un 28 de agosto del año 1932, encontrándose a su mando una fracción del regimiento Lanza, haciendo labores de patrullaje por el sector de Huijay, es sorprendido por tropas enemigas, estas abrieron fuego. Inmediatamente Irusta ordena a sus soldados disparar a las tropas Paraguayas, no contaban con suficiente munición para poder hacer frente al ataque, solo contaban con la valentía que tenían, muchos de sus soldados fallecieron en esta acción, otros lograron escapar. Irusta y otros combatientes fueron capturados y hechos prisioneros. 
Tras ser capturado es golpeado y torturado, fue llevado hasta Asunción. Durante varios meses pasó el tiempo haciendo retratos y caricaturas para sus compatriotas Bolivianos que también habían caído prisioneros. 
Fue llevado a un taller de imprenta donde sus dibujos y caricaturas eran utilizados en afiches, según conto a sus descendientes. Compartió trabajo con distintas personas, entre ellos Hombres de nacionalidad Alemana y Portuguesa. Era vigilado por dos Alararifes (artesanos).
Un día que se encontraba en la imprenta, se le ocurrió la manera de poder escapar. Aquejando dolores pidió permiso para ser revisado por un médico, dos días siguientes nuevamente fue al médico. Esa día por la noche indico a sus custodios que tenía que ir nuevamente a ser examinado, sus custodios le dijeron que el ya había ido por la mañana, Irusta respondió, que se sentía mal y que tenía que ir para ser examinado. Ellos aceptaron la solicitud de Irusta, con la condición de que un Alararife lo acompañaría. Cuando llego al consultorio del doctor se percató que no traía consigo la receta médica que le habían extendido, hizo conocer esto a su custodio, insistiendo a su custodio le dejase ir a recoger dicha receta, el custodio cedió a su petición.
Él y cuatro prisioneros se dieron a la fuga, contratando a una persona que los llevo hasta la frontera Argentina en automóvil. Caminando con cautela para no ser descubiertos, llegaron a un pueblo, donde observaron una fogata. Acercándose a las personas que se encontraban allí, fueron recibidos y llevados hasta la ciudad de Oruro, donde con honores los acogieron.
Posterior a la guerra, durante la presidencia del Tgral. Germán Busch Becerra, lo invitó a palacio de Gobierno donde entablaron conversación, tres meses después, Busch moriría. 

Cuenta su nieto:
“Allá por los años 90 le dije: El alararife debe seguir buscándote no?" A lo cual su abuelo respondió simplemente con una sonrisa burlona.

Bibliografía Consultada:
Querejazu Calvo Roberto, "Masamaclay".
Marzana Oroza Manuel, "La gran batalla".


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