LA COLABORACIÓN DEL L.A.B. EN LA GUERRA DEL CHACO

Fuente: Nazis en el Sur – De: Carlos de Napoli. // Foto de Jorge Galindo López /En 1925 llegaron los primeros aviones Junkers alemanes a Bolivia.

Cuando se desato la Guerra del Chaco la flota comercial del LAB estaba compuesta por dos Junkers W-34, cuatro Junkers F-13, dos Junkers de Escuela A-50 y un avión Junkers W-34, cuatro Junkers de observación adaptado para trabajos de aerofotografía.
El Gobierno de Bolivia encomendó de inmediato al LAB el planeamiento de la ejecución de un servicio de transporte aéreo adecuado a las graves necesidades del país en esas circunstancias, sobre la base del equipo de aviones en operación y la rápida compra de otros de mayor capacidad. El conflicto significo que privados y el Estado se transformaran en accionistas del LAB, lo que explica la adquisición de aviones no alemanes. El gobierno compro un trimotor Ford y dos trimotores nacionales readecuados por el Centro de Propaganda y Defensa Nacional, y fueron entregados posteriormente al LAB. Otro Junkers, cuya compra había sido decidida por el LAB a fines de 1931, se terminó de pagar con esos capitales y quedo también a su cargo.
El Ford llegó  en septiembre de 1932, pero luego de volar poco más de un mes, se perdió en un extraño accidente en Villa Montes el 26 de octubre. Todo el pueblo de Villa Montes atestiguo como, en pleno día, el avión se desintegraba en el aire para caer en pedazos, hecho que permitió conjeturar que pudo tratarse de un atentado.  Al cabo de un mes de ese accidente, el primer trimotor Junkers Ju-52, llamado Chorolque, despachado por vía marítima desde Alemania, llegó  a Arica desde donde voló a La Paz a fines de noviembre . Los otros dos trimotores de esta clase, Juna del Valle y Huanuni, fueron adquiridos y donados por el gobierno de Bolivia el Centro de Propaganda y Defensa Nacional, y por el aporte millonario boliviano Simón I. Patiño, Llegaron a Bolivia, via Rio de Janeiro, en los últimos días de enero de 1933. El LAB pretendía que Alemania enviara además un lote de repuestos para esos trimotores, para lo cual acudió una vez más a la ayuda patriótica de Patiño, esta vez por quince mil dólares. Sin embargo, el millonario se negó, alegando que ya había aportado una suma mayor que la comprometida, respuesta seguramente inesperada en momentos en que el país afrontaba una guerra.
La construcción resistente del Ju-52, sus buenas características de vuelo y su capacidad de carga de tres toneladas lo hacían un avión ideal para las condiciones de vuelo en el altiplano. Por expreso pedido del LAB Bolivia adquirió la versión 3M –tres motores Hornet de 650 hp-, característica que brindaba mayor confiabilidad en vuelos de altura. Debían ser aptos para despegar desde pistas situadas a más de 4000 metros sobre el nivel del mar, como El Alto  de La Paz, o recorrer rutas volando por encima de los 6000 metros. Podían llevar hasta diecisiete pasajeros, y en algunos tramos transportaron hasta 2500 kilogramos de carga. Esa configuración trimotor seria adoptada por los alemanes en todos los modelos de _Junkers que equiparían a Lufthansa, a la Luftwaffe y a tantas otras fuerzas aéreas entre ellas las del dictador Franco.
S principios de 1934 se sumó a la flota del LAB el bimotor anfibio Sikorsky S-38, con la capacidad para seis pasajeros. El Nicolás Suarez atendía el servicio aéreo a Beni, ya que podía tanto aterrizar como acuatizar, y posteriormente probó sus excelentes cualidades desde su primer cuelo en la ruta Cochabamba- Todos los Santos- Trinidad, efectuado el 9 de marzo.
En enero de 1935 el LAB adquirió a la Compañía Bol-]Inca Mining Corporation otro avión anfibio semejante al Nicolás Suarez llamado Marihuí, y un trimotor Junkers J-52. El Bolívar, que alcanzaría una velocidad de hasta 300 kilómetros por hora. Llegó  en barco al Puerto de Arica y de allí voló hasta Cochabamba el 24 de abril. Estaba mejor equipado que los otros tres trimotores y fue considerado en su tiempo un avión de lujo. Resulto la maquina más caracterizada del LAB, en cuyas líneas voló hasta junio de 1943, cuando lo vendió a Aeroposta Argentina SA. Actualmente se encuentra en el museo Aeronáutico de Morón, en la provincia de Buenos Aires, aunque no luce ya su nombre Bolívar. Ese avión, piloteado por el Alemán Hermann Schroth, gerente del LAB , conduciría a la delegación boliviana hacia Paraguay para la firma del armisticio en junio de 1935.
Al finalizar la guerra del Chaco se tornó evidente la labor desempeñada por el LAB como parte integrante del Ejército boliviano en campaña, con todos sus recursos y su personal, para ocuparse del transporte aéreo requerido por las operaciones militares relegando a segundo plano su servicio comercial. Durante los tres años que duro el conflicto el LAB cumplió con eficiencia las instrucciones impartidas por el Comando Superior del Ejército.

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