EN LA GUERRA DE LAS MALVINAS, EL EJÉRCITO ARGENTINO DESPACHÓ A SU PAR BOLIVIANO, CIEN CAÑONES CZEKALSKI DE 105 MM.


(Por Diego Martínez Estévez) 

Durante la Guerra de las Malvinas (1982), el Comando del Ejército de Bolivia planificó emplear dos Divisiones bolivianas en las proximidades de la frontera sur del territorio nacional, para atacar desde un flanco, al esfuerzo principal del ejército chileno.

El plan contemplaba distribuir a este centenar de cañones, en posiciones de emboscada, para desencadenar el infierno entre los tanques invasores. Posiblemente, viejas cuentas se irían a saldar en esa memorable batalla a librarse contra el grueso del ejército chileno que a su turno, se disponía a atacar la retaguardia profunda del ejército argentino, utilizando para este propósito, territorio boliviano.

Esta intención fue informada al Estado Mayor Boliviano por una monja de Oruro, cuyo protegido había emigrado a Chile y prestaba su servicio militar en el ejército chileno y destinado como estafeta al Estado Mayor. En un papel de pared copió la idea de maniobra graficada para atacar la retaguardia profunda del ejército argentino. El dibujo remitido por el estafeta llegó a manos de la monja, quien, de inmediato viajó a La Paz y se lo entregó a un militar conocido suyo. Al otro día, un oficial de operaciones emprendió viaje a Buenos Aires para coordinar una acción combinada con el objeto de destruir la maniobra chilena.

Ese año, una de las hipótesis de guerra que sustentaban las FF.AA. argentinas era la de ampliarse la Guerra de las Malvinas hacia su vecino Chile, de quien se esperaba que aprovechando el conflicto con Inglaterra, atacaría la retaguardia argentina. Lo que los estrategas militares no podían determinar, QUÉ TIPO DE MANIOBRA ELIGIRIAN Y POR DÓNDE serían atacados, un soldado chileno de origen boliviano lo develó y sin olvidar sus raíces patrióticas, actuó en consecuencia.

A su turno, el Comandante del Colegio Militar del Ejército de Bolivia, coronel Faustino Rico Toro, por iniciativa propia, haciendo formar a su batallón, pidió voluntarios para integrarse al Ejército Argentino. Los cadetes, emulando a los cadetes del año 1933 que marcharon a la Guerra del Chaco, dieron TRES PASOS AL FRENTE.

En esa situación de conflicto internacional entre países vecinos a Bolivia, el mando militar boliviano, lo que hizo fue únicamente prever con planes, la posibilidad de verse obligado a defender su territorio ante una eventual invasión chilena. A su turno, el gobierno inglés, para asegurarse que Bolivia no se sumaría a esta guerra, destacó a nuestro país, a oficiales, con el objeto de observar in situ, la actividad de sus FF.AA. Uno de esos militares, armado con una pistola en la cintura y calada su boina negra, se hizo presente en la Escuela de Armas de la ciudad de Cochabamba; ingresó a una de las aulas y en silencio, escuchó la materia que ese día se abordaba.

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