Por Juan Alberto Quiroz.
El Cap. Av. José Revollo Quiroga, afectuosamente llamado por sus camaradas “El
Viejo”, siguiendo su indeclinable vocación por el vuelo, en febrero de 1983 se
incorporó como Postulante a Caballero Cadete del Colegio Militar de Aviación
“Tgral. Germán Busch”, con sede en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
Después de cuatro años de estudios, el año 1986 ese graduó como Subteniente
Alumno Aviador conformando la promoción “Águilas de Fuego”. Al año siguiente,
siguiendo normas establecidas, realizó el curso de “Cóndores” en la afamada
Escuela de “Cóndores de Bolivia asentada en Sanandita. Posteriormente, realizó
el curso de paracaidismo en el Centro de Instrucción de Tropas Especiales
(CITE) de Cochabamba.
El año 1988, cumpliendo uno de sus más íntimos anhelos, realizó el curso de
vuelo primario en el Grupo Aéreo “21” volando los venerables T-23 “Uirapurú”.
Al siguiente año completó su formación realizando el curso básico de vuelo en
el Grupo Aéreo “22” de Puerto Suárez, donde después de pilotar suficientemente
los Cessna A-152 “Aerobat”, obtuvo su ansiado brevet de Aviador Militar.
El año 1989 realizó el exigente Curso Aerotáctico, para noveles aviadores
brevetados, en el Grupo Aéreo “34” de la ciudad de Cochabamba, volando los
versátiles aviones de entrenamiento avanzado y de empleo Pilatus PC-7.
Se desempeñó por varias gestiones como instructor de vuelo en el Grupo Aéreo
“21”; de esta manera, el año 2000 fue comisionado junto a otros aviadores a la
República Oriental del Uruguay, para habilitarse y traer en vuelo las aeronaves
Beechcraft T-34 “Mentor”, cedidas por ese país hermano por un convenio entre la
FAB y la FAU. Cuando retornó al país, en una rutinaria misión de entrenamiento,
el aciago 20 de octubre del año 2000, el “Mentor” matrícula FAB-903 que
tripulaba junto al Cap. Pedro Vargas Suárez, se precipitó a tierra en la ruta
Camiri –Santa Cruz, falleciendo ambos aviadores.
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