El mayor Alfredo Peñaranda Esprella, en la fotografía tomada el año 1934 posa
con el teniente coronel Oscar Moscoso Sánchez. Es autor del libro titulado DON
CHACO, publicado el año 1964. En las páginas 230 y 2040, se lee:
“El Regimiento Lanza 5 de Caballería, a las órdenes del mayor Armando Pinto
según la orden del Primer Cuerpo, al que quedé incorporado con mi unidad, tenía
que ocupar la cima de la serranía de Aguarague a la altura de Camatindi, misión
que sin la ayuda de mis soldados hubiera sido imposible, ya que para su
cumplimiento era necesario levantar por medio de cuerdas el material pesado y
el persona por medio de malabares gimnásticos inconcebibles, hasta llegar a la
cima de los farallones de la abrupta montaña”.
“En ese sector fue donde encontré a un soldado solitario, que había sido
destinado por el Comando Superior al Regimiento Lanza; se trataba nada menos
que de Don Joaquín Espada, ex Ministro de Gobierno del Presidente Salamanca,
quien con abnegado patriotismo cargando su mochila y su fusil, caminaba con
parsimonia y sin titubeos con valentía espartana hacia el cumplimiento del
deber, señalado por el Comando en Jefe. Le hice acompañar por un “baquiano”
para que le ayudara a escalar su difícil recorrido, quedando absorto ante tan
grande ejemplo de abnegación, para todas las generaciones bolivianas. Después
supe que había ascendido a Sargento por méritos de guerra. Saludo emocionado en
estas páginas al benemérito patricio”.
En cuanto a la imagen del doctor Joaquín Espada, la flecha azul señala la
población de Camatindi. Más el oeste se encuentra parte de la Cordillera de
Aguarague a donde, junto con otros camaradas movilizados entre los meses de
noviembre y diciembre de 1934 ascendió llevando a brazo partes de las piezas de
artillería, probablemente todas ellas, cañones Krupp de 75 mm.
Aclarar que existen dos poblaciones con el mismo nombre de Camatindi. El
soldado Joaquín Espada asignado al Regimiento Lanza, ascendió las abruptas
elevaciones adyacentes a la población de Camatindi del sur, situado en el
Departamento de Chuquisaca. Camatindi del norte se encuentra en el Departamento
de Santa Cruz, un poco más al norte de Boyuibe, como se leerá en la primera
parte del siguiente párrafo.
Como ilustración del despliegue de la artillería en la última fase de la
guerra, se observa “La Muela del Diablo” donde fue emplazada una pieza de
artillería. Esta elevación se encuentra al norte de Boyuibe y muy próxima a la
Quebrada de Cuevo y no aparece en el mapa; era el límite sur del sector
defensivo de la 7ma. División Infantería; su límite norte abarcaba hasta el
margen derecho del Río Parapeti. En todo este frente y entre el 8 al 12 de
marzo de 1935 se desarrolló la Batalla de Camatindi. En diversas alturas y
desde los 200 kilómetros más al sur (desde Villamontes) se instalaron muchas
piezas de artillería, que junto a la Aviación, se constituyeron en factores
determinantes para ganar las batallas de Villamontes y Camatindi. En este
inmenso territorio fueron dados de baja alrededor de 12 mil paraguayos, sin contar
a las producidas en la última batalla de esta guerra, la del Parapeti.
Con el propósito de identificar puntos críticos a lo largo de tan anchísimo
frente montañoso, el teniente coronel Oscar Moscoso, oficial de amplísima
experiencia, apoyado por cartógrafos fue misionado para realizar un
reconocimiento monográfico. Basándose en este informe, el Comando del Ejército
montó el sistema defensivo a lo largo de la Cordillera del Aguarague, no sin
antes abrir caminos vecinales y desplegar abundantes cantidades de
abastecimiento, particularmente diseminados en el camino Tarija – Villamontes y
también almacenados en Choreti; este último, para atender los requerimientos
logísticos del sector defensivo central de Boyuibe. Con todas estas obras de
equipamiento de la zona del interior situada próxima a la zona de operaciones,
recién se podía pensar en elaborar planes operativos de envergadura que
permitieron trasladar tropas de un sector a otro.
Si algún lector viajara por la ruta Charagua – Boyuibe, a lo largo de su
derecha podrá apreciar las majestuosas cordilleras de Charagua y Aguarague,
conformadas por innumerables cerros cubiertos de vegetación, desde cuyas
alturas se llega a observar la vastedad de la llanura chaqueña. En muchas de
esas cumbres se dislocaron observadores de artillería y morteros y también
piezas de apoyo. Trasladándonos a ese pasado, nos percataremos de la gigantesca
tarea que acometieron millares de bolivianos para defender los yacimientos de
petróleo, sin saber que también contenía gas y en abundancia.
Muchos años más tarde – el año 1989 - diversos artículos de prensa, escritos
por el doctor Joaquín Espada, fueron compilados y publicados bajo el título de
SALAMANCA Y LAS RESPONSABILIDADES DEL CHACO. Como el abogado, periodista y
también ex combatiente de esta guerra, David Alvéstegui Laredo (autor de cuatro
voluminosos tomos titulados SALAMANCA), el abogado Espada hace esfuerzos por
defender al Presidente Salamanca, buscando minimizar su responsabilidad en la
conducción política y hasta militar de la Guerra del Chaco.
Sobre la defensa a Salamanca que realizan tan ilustres personajes y actores
importantes en la conducción política de esta guerra, para no extenderme en
muchas otras respuestas, basta decirles que “para mantener la integridad territorial”,
no son suficientes los meros deseos, tampoco los acendrados patriotismos
demostrados por el Presidente Salamanca y cientos de miles de bolivianos de
aquella época. En el caso de la Guerra del Chaco, antes de lanzarse a ella, era
imprescindible equipar el teatro de operaciones con obras como las que se leen
más arriba. Otro emblemático personaje de nuestra historia, en su caso
visionario y pragmático en su manera de analizar la problemática del Chaco – el
ex Presidente Bautista Saavedra – le aconsejó a Salamanca retrasar por algunos
años, la entrada en guerra, hasta contar con las condiciones mínimas como para
afrontarla; se refería a la apertura de caminos en diversas regiones, para
efectivamente recién “pisar fuerte en el Chaco”. Sin ser militar y apelando a
la simple lógica, en su gestión mandó a construir aunque precariamente, el
camino Tarija – Villamontes y dispuso la realización de estudios para la
construcción de una vía férrea en el tramo Cochabamba – Santa Cruz – Puerto
Suárez con la finalidad de aproximarse al Río Paraguay; fue el gestor para que
se llevara a cabo el estudio de construcción de la vía férrea Yacuiba - Santa
Cruz y mandó a construir el tramo Cotagaita – Villazón. Lo más que pudo hacer
en el territorio chaqueño, fue disponer la construcción de fortines jalonados
por caminos, desde Roboré en el norte, hasta Ballivian en el sur, que en un
trazado en forma de herradura, contuvieran los sostenidos avances paraguayos al
territorio nacional.
Finalmente aclarar que la carta militar de la imagen (extractada del libro
VILLAMONTES del general Juan Lechín Suárez), corresponde a uno de los gráficos
la Batalla de Villamontes. En otro artículo anterior y también gráficamente,
explico el tipo e idea de maniobra aplicada por el ejército invasor, para su
frustrada conquista de Villamontes.
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