POR LA PATRIA MURIERON ALEGREMENTE Y POR ELLA SE CONQUISTÓ LA VICTORIA...
Kilómetro 7 - Guerra del Chaco
...¡LLEGA LA HORA...! LA VOZ FIRME DE LOS COMANDANTES, AVIVA Y DESPIERTA A ESA
TROPA QUE OYE. . .
…¡AL ASALTO...!
ES LA ORDEN QUE SEÑALA LA MUERTE COMO UN CLARINAZO
...!!VIVA BOLIVIA...!!, RASGA EL AIRE TIBIO EN ESE GRAN CAÑADÓN…
—Por Oscar Córdova Ortega—
Las tropas inician la marcha por el ala izquierda a la hora señalada en la
orden, venciendo inauditas dificultades en lóbrega mañana, en un silencio
aterrador, mientras las unidades del centro y ala derecha están en apronte,
listas para saltar de la trinchera ....!
La tensión cerebral se traduce por el trágico silencio, los soldados y
oficiales están con los uniformes raídos, las frazadas terciadas a la espalda,
se ciñen los cinturones, el morral está con munición racionada, están con las
carrilleras aseguradas al mentón, la visera de la gorra levantada en desafío,
están los rostros crispados, pálidos y profundos, impacientes esperan la señal
de la muerte y el furioso empellón con el enemigo; que nos cree derrotados e
incapaces de reaccionar; se mojan las manos con la amarga saliva, para empuñar
mejor y más fuerte el arma, que ya está con la bayoneta armada y fuera, que
refleja rayos de luz, ante la linterna sorda.
... !Llega la hora...! La voz firme de los Comandantes, aviva y despierta a esa
tropa que oye. . .
! Al Asalto...!
es la orden que señala la muerte como un clarinazo...
...!!Viva Bolivia...!!, rasga el aire tibio en ese gran cañadón.
Saltan de la trinchera en veloz carrera, con las bayonetas mantenidas
horizontalmente, para atravesar a quien osara detener el furioso impulso. Y
encuentran a los 60, 80 y 100 mts., de los paraguayos que tendidos en el
pajonal, no atinan a tomar las armas, ante la violenta avalancha.
Es cuando comienza la lucha cuerpo a cuerpo, el cuchillo bayoneta entra y sale
de esos cuerpos también famélicos, que al oprimir la cola del disparador, se
oye el sordo tronar de cajas toráxicas. Están embriagados de venganza en la
acción, es mezcla de alegría en el torbellino del frenesí y de cólera a la vez,
es la firmeza de eliminar con ira. y rápidamente al enemigo.
La batalla canta en la fiebre de la sangre que mana. El olor de la pólvora
invade el ambiente y el borbollar de la roja sangre, aumenta la acción
emocional, están envueltos en el estallido de granadas de artillería, morteros,
ametralladoras y huyen bajo la espesa nube de polvo. Ametrallando el enemigo
por aviones que vuelan a ras del pajonal, bajo el sol opaco de la mañana: el
inmenso cañadón está lleno de cadáveres paraguayos.
La furia es tal, que el cansancio domina músculos y nervios: se ha ganado
terreno; 5 largos kilómetros hasta las 4 de la tarde.
Al frente de los contrarios, los nuestros cayeron tremolando el pendón de la
patria, la sangre derramada inflamó el valor de los compañeros de lucha, su
glorioso cuerpo sirvió de grada para saltar las trincheras de los paraguayos.
Ninguna batalla tiene paralelo como la del 10 de Noviembre, fue tan furiosa, a
pecho descubierto y en pleno pajonal, allí nos vimos cara a cara con el enemigo
y se combatió a la bayoneta, a golpes de culata, con pala, pico, machete, a
cuchillo, a puntapiés y a puñetazos, y tuvo la virtud de hacer
cambiar el curso de la guerra.
Por la Patria murieron alegremente y por ella se conquistó la Victoria.
Loor eterno a los bravos guerreros del "Kilómetro Siete"...
(Recopilación del relato histórico del Cap. S. Pol Barrenechea).
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