EL ATRACO AL COMANDANTE EN JEFE (MARISCAL DE KILÓMETRO 7)


“INTIMARON AL GENERAL SU RENDICIÓN, Y COMO ÉSTE SE RESISTIERA, LO ACOMETIERON, ACOGOTARON Y GOLPEARON A PUÑETAZOS Y PUNTAPIÉS, TRATANDO DE PRIVARLE DEL SENTIDO CON GOLPES PROVOCÁNDOLE LESIONES, ROTURAS Y CONTUSIONES...”

Recop. #CORTEGOSKY // Foto: Cordovaortega.

Fue en estas circunstancias que empezó a abrirse campo la figura ya prestigiosa por sus hazañas en el Chaco, del Gral Bernardino Bilbao, Rioja, a quien la poderosa legión de ex-combatientes le eligió nuevo líder como después de 1964 harían las centrales campesinas, con todos los, presidentes de la República o futuros presidentes militares.
En cualquier caso, aproximación táctica a esas fuerzas lo convirtió en un elemento poco confiable para la oligarquía y los mandos militares que ya se habían plegado a Quintanilla. Dueño de un poder con el que no tenía nada que hacer, Quintanilla llamó a elecciones generales para abril de 1940.
Tomó entonces, enorme fuerza, la candidatura de Bilbao Rioja, quien desde su puesto del Comando en Jefe y con su hermano Sinforiano de Director del Colegio Militar, aseguraba a sus amigos que le bastaba apretar el botón de un timbre colocado en su escritorio, para que el Ejército quitase a Quintanilla y lo llevara a él a la Presidencia, pero que prefería escalar a la suprema magistratura por la vía electoral. Estas expresiones llegaban a Palacio, recogidas por Ichazo y otros voluntarios que iban y venían con los cuentos.
Los periódicos grandes, adictos a la gran minería, y los partidos tradicionales hacían en tanto mofa, de la actividad proselitista de los ex-combatientes. Los viajes y declaraciones de Bilbao Rioja eran vistos con creciente recelo, por temor a una repetición del fenómeno buschista. Fue entonces que los periódicos dieron escueta noticia de que el Comandante en Jefe del Ejército, había aparecido en la ciudad de Arica. La referencia al origen de este viaje jamás previsto por el Gral. corresponde a Céspedes:
El 25 de octubre de 1939 a horas 19:30, el Gral. Bilbao fue llamado al Palacio de Gobierno en nombre del Presidente "para asuntos de servicio".
Llegado al Palacio paso ante la guardia que le rindió honores y subió al segundo piso donde lo esperaba el edecán Brito, quien le dijo que el Presidente le rogaba disculparlo, porque no había calculado bien el tiempo y se encontraba aún en consejo de gabinete el cual se prolongaría una hora más. Se retiraba el Gral. Bilbao y otro edecán, acompañándole, le manifestó que el ascensor no funcionaba, para conducirlo engañosamente hacia una estrecha escalera cubierta íntegramente, que se desarrolla en ángulo y que comunica el segundo piso con el primero. Allá, en el extremo inferior de la escalera aparecieron figuras siniestras de civiles y militares que cortaron al General el paso. Tratando de replegarse, volvió hacia arriba, y en el extremo superior, otras figuras igualmente siniestras le esperaban. Avanzando ambos grupos intimaron al General su rendición, y como éste se resistiera, lo acometieron, acogotaron y golpearon a puñetazos y puntapiés, tratando de privarle del sentido con golpes de la que, provocándole lesiones, roturas y contusiones antes de conseguir su objetivo.
El eco de los golpes inferidos al Comandante en Jefe del Ejército e ilustre visitante del Palacio, así como las voces que lanzaba, fueron escuchadas por los ministros que continuaron sesionando imperturbables. El General Comandante en Jefe del Ejército fue luego introducido en un sótano. Atado de pies y manos, en altas horas de la noche fue extraído por la puerta trasera del Palacio y desterrado en autocarril a Arica. El pasaporte estaba listo desde el día anterior, con conocimiento del Canciller Ostria Gutiérrez, cuya presencia en este turbio acontecimiento remata la selecta categoría de personajes que prepararon y cooperaron en el gansteril atraco. El día 27 el Gral. Antenor Ichazo, inmediato colaborador de Bilbao en el Estado Mayor, publicó un comunicado admitiendo su entera responsabilidad por la prisión y destierro de su jefe. No hizo mención a las contusiones y heridas, que fueron catalogadas por la víctima en un manifiesto que publicó a poco en Arica.
El periódico "El País" de Cochabamba publicó algunos días después, otros pormenores relatados por Anselmo Cusicanqui conductor del autocarril, que condujo al General y sus captores a Arica: El día jueves 26 del presente lo trajeron al señor General, a las nueve y veinte de la noche aproximadamente. Vi que llego un auto en el cual conducían al General varios sujetos entre los cuales pude distinguir la presencia de un oficial de uniforme los cuales extrajeron en hombros para pasarlo al carril donde constaté que el General se encontraba con la cara absolutamente vendada, al parecer desmayado...Faltando dos horas para llegar a Arica, le quitaron la venda habiéndole extraído anteriormente las esposas...Además debo agregar que al partir de Viacha se encontraba con uniforme y que en el trayecto sus conductores res le cambiaron la vestimenta con la de civil, esta operación se efectuó en la sección boliviana y mientras el autocarril se encontraba en marcha. El Gral. Antenor Ichazo, publicó en seguida, un manifiesto haciéndose responsable personal del atraco al héroe del Chaco, motivado decía, en la evidente conspiración en la que estaba envuelto Bilbao Rioja. La golpiza en Palacio y el traslado hasta Arica estuvieron a cargo de fornidos tarijenos adictos a Ichazo.
(BIOGRAFÍA DEL PALACIO QUEMADO - Mariano Baptista Gumucio).

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