FOTOGRAFÍAS TOMADAS POR LOS GUERRILLEROS A SU ARRIBO A BOLIVIA



Estas y otras fotografías fueron tomadas el 7 de agosto de 1966, por los guerrilleros Pombo y Tuma, quienes arribaron a La Paz procedentes de Cuba, en julio de este año, con la misión de tomar contacto con miembros del PCB para reclutar combatientes. El campamento, cuya ubicación como centro de operaciones todavía no se había decidido, por el momento debía encontrarse próximo al Perú y para esto, Debray Monje habían anteriormente a la llegada de los arriba nombrados, efectuado un reconocimiento de la selva de Alto La Paz y así llegaron hasta las proximidades de la granja militar de Caranavi. A su turno, Chato Peredo y el Loro venían realizando la misma tarea en el sudeste de Bolivia, con miras a irradiar las acciones guerrilleras hacia territorio argentino .

A último momento, Fidel Castro decidió montarlo en el sudeste y los comisionados procedieron a adquirir la finca de Casa de Calamina muy cerca a Lagunilllas y el río Ñancahuazú, en cuyas proximidades instalaron su campamento al que lo denominaron "Central". A este punto llegó el Che sin realizar previamente y particularmente, un estudio político de su futura zona de operaciones. El Che arribó a La Paz el 7 de noviembre de 1966 e inmediatamente, junto a sus compañeros que venían arribando por otras rutas provenientes de Europa, se trasladó a la zona elegida en dos jeeps, por la ruta La Paz - Cochabamba - Santa Cruz - Río Grande - Gutierrez - Lagunillas - Ñancahuazú. Cargaron en los vehìculos muchos implementos, menos radios inalámbricas que tantísima falta les haría para contactarse con los miembros de la red urbana y la isla de Cuba.
En su zona de acción, el Che no encontró posibilidades de apoyo campesino y tampoco del Comité Central del PCB. Así, desde febrero de 1967, comenzó a arar en el desierto, alejado y desvinculado del mundo exterior.
En esta campaña, el ejército boliviano cometió errores de concepción táctica, junto con el empleo de armamento inadecuado para ser utilizado en una guerrilla, como fueron los morteros, lanzacohetes y hasta obuses. Cargar los dos primeros más sus granadas, lo único que ocasionaban en los soldados, era cansancio y dolor físico, pues, marchaban con ellos kilómetros y kilómetros. Los obuses fueron instalados para disparar sobre objetivos que no se podían ver, por lo que fueron retirados y devueltos a Cuevo.
En cuanto a la concepción táctica, se cometieron gruesos errores que el libro (La campaña militar contra la guerrilla del Che Guevara), los detalla. Una de ellas fueron los ataques virtualmente frontales a Campamento Central y que le provocó al ejército, sus mayores bajas en esta lucha.
Muchos años más tarde, siendo teniente, acompañado de mi estafeta recorrí por los alrededores de Campamento Central .Constatando mi teoría que este objetivo podía haber sido cercado en profundidad con elementos de nivel escuadra, dislocados en puntos críticos, a la espera paciente de la salida de los guerrilleros urgidos de abastecimiento. Y efectivamente así lo hicieron y casi sin ser molestados por algunas unidades militares de nivel compañía que patrullaban por algunos tramos, en lugar de dislocarse por escuadras, cavar posiciones y otear por turnos al horizonte y sin importar las horas y días, aguardar la aparición guerrillera en la zona de muerte. De haber procedido de este modo, esta lucha probablemente habría llegado a su fin en menos de dos semanas, a partir del 23 de marzo, fecha en que una compañía de la 4ta. División cayó emboscada. No fue así. Innecesariamente se alargó hasta el 14 de noviembre habiendo sufrido el ejército en todo este período, una treintena de muertos, sin contar a los heridos.

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