Por Francisco Villagrán. // Foto: nota periodística del matutino argentino El Clarín.
En el campo investigativo del fenómeno Ovni, uno de los hechos más destacados en cuanto hace a la presencia de pruebas irrefutables del choque de una nave extraterrestre contra la Tierra es el que sucedió en el sur del continente americano, en la zona fronteriza entre Bolivia y Argentina, en territorio boliviano, cerca de Tarija, cuando un extraño objeto volante se estrelló en la zona cercana al cerro El Zaire.
El hecho ocurrió el 6 de mayo de 1978 a las 4.30 p.m. cuando un gran fogonazo como un relámpago fue visto en una gran área de la región boliviana limítrofe con Argentina, por cientos de pobladores de la zona. En ese momento se produjo una gran explosión, que hizo temblar toda la zona, comparable a un terremoto. Las casas de los lugareños temblaron y en una zona de unos 50 o 60 kilómetros a la redonda los vidrios de las casas y de algunos automóviles, estallaron en pedazos.
También en las poblaciones argentinas de Orán, Tartagal, Aguas Blancas y Colonia Santa Rosa, en Salta, sintieron la gran explosión y el movimiento de la tierra por el impacto. Algunos testigos dijeron que vieron pasar a gran velocidad un objeto de apariencia metálica, que iba como silbando, cegando por momentos a los testigos, entre los cuales se encontraban profesionales, técnicos mineros y personas de todos los niveles sociales. Juan Hurtado, agente del Servicio de Inteligencia de la Frontera, uno de los testigos, declaró que “todos nos quedamos inmóviles y aterrorizados, ante la presencia de un artefacto desconocido, que parecía metálico, muy extraño, que pasó silbando sobre nuestras cabezas, a unos escasos 90 metros de altura. Tenía una conformación cilíndrica sumamente brillante y de unos cinco metros de diámetro, más alto que ancho y terminaba en una forma cónica. Siguió su trayectoria despidiendo un humo azulado por su parte posterior, se lo veía claramente hasta que chocó contra la ladera del monte Zaire. El fogonazo y la explosión fueron tan tremendos que nos arrojó al suelo, en ese momento tembló toda la tierra”. Otros testigos confirmaron lo declarado por Hurtado, como el gendarme Víctor Ortega, la maestra enfermera Teresa Ayerbe, el gendarme Walter Ruiz y el cabo de la Guardia Nacional Boliviana, Natalio Farfán Ruiz. Este último dijo “yo no sé qué habría pasado si este Ovni o lo que sea hubiera caído sobre las casas. Un cilindro lleno de fuego pasó sobre nuestras cabezas, segundos después se produjo una explosión que hizo temblar la tierra. Creí que se venía el fin del mundo”.
Detalles sorprendentes
La televisión boliviana pasó durante varios días la filmación del lugar del choque, tomada por aviones de la Fuerza Aérea Boliviana, donde se veía una gran marca en el suelo, de unos 500 metros de longitud, provocada por el objeto. También enseguida se hicieron presentes los canales de Buenos Aires como Crónica, Canal 13 y Canal 9 entre otros, con enviados especiales como José de Zer, que brindaron un pormenorizado informe sobre el hecho, aunque tuvieron algunos problemas en moverse, ya que había zonas “vedadas” a las que no pudieron acceder. Un alto jefe de la Fuerza Aérea Boliviana manifestó categóricamente que no se trataba de un satélite artificial, cosa que había sido sugerida por el embajador de los Estados Unidos. También se requirió la opinión de científicos, quienes dijeron abiertamente que no era un meteorito ni satélite y sí “algo dirigido inteligentemente”. El objeto estaba perdido entre la gran vegetación que existía en la zona.
El geólogo Américo Centeno, que investigó especialmente el caso, señaló que “volamos sobre el lugar una y otra vez y observamos un cilindro sumamente brillante y metálico en el fondo de la espesa vegetación selvática. Toda la zona presentaba un aspecto desolador y probablemente había radioactividad, por lo cual se decidió tomar medidas de seguridad.” Cabe señalar que aviones North American AT-6 y helicópteros modernos colaboraron con la búsqueda, enviados por el gobierno boliviano.
La zona del impacto fue localizada y se sacaron fotos, el hoyo era tremendo, tenía unos 500 metros de longitud o más, y la profundidad era de unos 300 metros. Las rocas que se encontraban alrededor se habían fundido prácticamente, por el intenso calor, lo mismo que la vegetación que rodeaba el sitio. El diario El Tribuno, de Salta, informó que el objeto era acerado y su estructura presentaba algunas deformaciones posiblemente por el choque. Cayó en una hondonada de espesa vegetación, pero desde arriba se lo puede ver.
Testimonios
Mientras que varios integrantes de la Gendarmería NacionalArgentina, apostados en puestos fronterizos, declararon haber escuchado una fuerte explosión, un muy buen número de pobladores de la zona, así como diferentes trabajadores especializados, presentes aquel día en Tarija, describieron, cada uno a su manera, lo que vivieron en el momento del incidente.
Tomás de la Torre, director de la Escuela Nº 7 de Candadito Chico: ”El sábado, alrededor de las 17, cuando los chicos se aprestaban a abandonar la escuela, se sintió la fuerte explosión, y se observó en dirección noroeste una extensa estela de humo que permaneció en el espacio por varios minutos, lo vimos todos”.
Jesús Ordóñez Carrique: criador de ovejas de La Mármora, narró “vi en el cielo un enorme objeto ovoidal acerado, brillante, que despedía una gruesa estela de humo, y luego se escuchó la gran explosión que ocasionó que se desbandaran los animales para no volver a encontrarlo".
Celestino Guayra Fernández, vecino de La Mármora indicó que, tras ver el paso de un “plato volador” (así lo definió él), "tuve la impresión de que uno de los cerros de la cadena montañosa que surca La Mámora entraría en erupción debido a la violencia de la explosión".
Matías Saravia, intendente de Los Toldos: ”Yo no ví nada, pero gente de allí me contó que vio pasar algo del tamaño de una pelota de fútbol que poco después explotó dejando escapar una alta columna de humo grisáceo...”.
David Abay, jefe de mantenimiento del aserradero Treserres, en Orán, dijo que escuchó la explosión y luego los empleados del aserradero, situado a 2 km de allí, contaron que cerca de las 17.30 vieron pasar un artefacto volando en forma horizontal en dirección SE-NO, hacia Los Toldos, dejando una estela de luces rojizoazuladas. Poco después escucharon la explosión.
Encarnación Chanque, pastora de un caserío llamado Tierra Floja relató que en el momento de ocurrir la explosión, había sentido una sensación como de corriente eléctrica que le atravesaba el cuerpo de abajo hacia arriba y que había sentido gran temor.
María Guayra, vecina de La Mámora: declaró que su esposo recibió algo como una descarga eléctrica que lo inmovilizó por un tiempo.
Nasa
A los dos días aterrizó un gran avión identificado como un C-130 Hércules, que entró a la base de la Fuerza Aérea Boliviana y se estacionó ahí, bajó un grupo de científicos pertenecientes presumiblemente a la Nasa, que fueron recibidos por el coronel Jorge Molina, jefe de la base, quien les brindó detalles del hecho del cerro El Zaire. La comisión estuvo un día en el lugar del accidente y tras examinar y juntar restos en el lugar, regresaron con varias cajas y un enorme bulto envuelto y pesado, que debió ser levantado por seis hombres. Todo el material fue trasladado al interior del avión norteamericano que posteriormente despegó con rumbo desconocido.
El día 20 de mayo de 1978 se dio por terminada oficialmente la búsqueda del extraño objeto caído en la ladera sur del cerro El Zaire, en el departamento de Tarija, Bolivia. Las autoridades informaron a la prensa la localización de la zona del impacto, la llegada de los científicos de la Nasa, así como la recuperación del supuesto Ovni estrellado, que fue enviado a los Estados Unidos para su estudio, con el consentimiento del gobierno boliviano. Por supuesto que nunca se dieron a conocer los resultados del estudio que se practicó sobre los restos caídos. En ningún otro caso que se conozca, se informó oficialmente del choque de un Ovni contra nuestro planeta. Además, se manejaron muchos nombres importantes de científicos y autoridades de los gobiernos implicados en la búsqueda. El Ovni recuperado, como así también los posibles cadáveres de tripulantes del mismo, seguramente permanecen en alguna de las bases norteamericanas para su estudio, engrosando así la numerosa colección de Ovnis y alienígenas en poder de una de las potencias militares más poderosas del mundo.
Así se escribe la historia, nos seguirán mintiendo en nuestras narices, ocultando la verdad sobre estos extraños objetos voladores que nos visitan desde hace mucho, como en este caso, con evidencias y testimonios irrefutables, que poco a poco se fueron quedando en el olvido.
Artículo publicado en sitio periodistico argentino, El Litoral, en noviembre de 2019.
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// Historias de Bolivia.
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