Testimonios de la Guerra del Chaco
Mey de recordar siempre de lo que nos han atacau los pilas, ese dia fuerte calor ha hecho , a nosotros, bien siempre nos ha recomendado el teñente: ¡que ningún pila pase! Van a disparar cuando ya no haya balas, piedras van a tirar, cuando ya no haya piedras, palos van a tirar, cuando no haya palos, ni nada que tirar, con sus puños y dientes han defender, no tienen que pasar. Asi siempre nos ha recomendaru el teñente; grave nos ha hecho asustar pues, ¿Por qué han de querer entrar los pilas? Nos hemos dicho, Quiere el petróleo nos decía el sargento Saice, universitario decía ser, Hugo se llamaba, Saice nomas le decíamos nomas pues porque siempre decía que le gustaba mucho el saice, asi por nombre le decíamos Saice, vera joven ese rato yo no sabia que era el petróleo, ni para que servia, solo sabía que no había dejar pasar a ningún pila, y cuando estos se han veniru contra nosotros, uhhhhhhhhh lo que ha pasado joven, si usted viera lo yo hey visto se orinaria encima, ahura como película me estoy viendo, todito me estoy acordando siempre, grandes, altos, parecían luchadores, eso pilas, ¡huijaaa! ¡huijaaa! Gritaban asi se avanzaban eso nos ha impresionado más, ¡caraju disparen pues! Ha gritado el cabo Tapia y el ha disparado primero, temblando hemos disparado, grave siempre era che, la fuerza de la bala me movia como muñeco pues, apuntaba a la derecha, y como temblando mey estado, disparaba y el rifle se iba a la izquierda, y los pilas se avanzaban como caballos se corrian, el Luisito Quispe se ha puesto a llorar, el Renato se puesto a temblar ¡no quiero morir! Se deica chocando diente con diente, el Huanca se rezaba nomas allí apretando sus manos en el rifle y sus ojos se apretaban fuerte, y seguíamos disparando, pero poquito era y parecía que nada les hacia a los pilas, se seguían avanzando; en eso ha aparecido mi teñente, con su pistola y en camisa, !carajo, que les hey dicho! ha gritau, ¡defiendan pues la posición! y a golpes le a levantado al Renato, ¡dispare mula, Mata para que no lo maten!, le ha dicho, pero ese rato cerquita ya estaban los pilas, viendo eso el teñente, con una voz ronca y fuerte, a gritau: ¡hijos a puño limpio! Y se ha salido asi con sus manos nomas a no dejar pasar a los pilas, le hemos seguiru pues, el Saice gritando se ha parado y allí un tiro limpito en su cara le ha llegaru y sin decir ¡ay! Se ha dado de cara al suelo, el Luisito como mono se ha abrazo a un pila gordo y lo ha botau al suelo golpeándolo , siempre llorando. y otros dos pilas lo han agarrado a golpes, El Choque como ern su pueblo, con tres pilas se han pegado, el se había aprendido del tinku de Chayanta y eso le ha serviu fuerte se han peleado, el Renato se habia caído al salir, temblaba como hoja seca y hay nomas lo han plantao un pila con un cuchillo chiquito en su pecho se lo ha clavau, y mientras el Renato se cai en el agujero el cabo Tapia se ha lanzau como si fuera gato sobre el pila del cuchillito y con el pila se han hecho una bola y han rodado hasta dentro del hueco, el Huanca gritando con bayonetas en sus dos manos se ha corrido metiéndose entre los pilas que nos estaban atacando, uhhhhh grave siempre che, polvareda densa se ha levantaru, gritos, insultos, disparos, rugidos, todo un caos joven, feo siempre pues, allí yo con mi fusil como garrote hey agarrado desde su boca y con su trasero a todo lo que tenia en frente los hey golpeado ya no veia, cerrado mis ojos estaba, con fuerza mey avanzado, allí rezando me pensaba, si hey de morir que sea rapidu mey dicho, pero cuando abro los ojos me veo salpicado de sangre y los pilas se han corriu al pajonal, biensito he notado algunos perderse allí con sus uniformes medio azulito era, veo a mis costados, todos como yo asustados, unos temblando, otros arrodillados llorando tapándose la cara con ambos manos y el teñente con una mancha roja grande en su frente, como borracho se caminaba agarrándose su ojo: ¡bien hijos asi se defiende la patria! nos ha dichu, algunos bolivianitos y unos cuantos pilitas desde el suelo se lamentaban, heridos estaban pues, allí los hemos cargau, cuando refuerzos han llegaru, se han asustado al vernos asi, al teñente un oficial gordo se lo ha llevaru riñéndole, no se de que; nosotros no hemos querido que los otros entierren a nuestros camaradas, allí atrasito de la línea nosotros mismos los hemos enterrau, con el Huanca con el Choque, allí hemos agujereado y hemos metido al Renato, al Tapia, al Luisito , al Saice, allí con crucecitas de ramitas los hemos dejau, no hemos dejau pasar a los pilas pero muchos se han muerto allí, triste ha sido ese día joven.
Soldado Octavio Colque Condori Regimiento de caballería 11 “Yacuma”.
Fotografía: soldados bolivianos.
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// Historias de Bolivia.
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