Por: Tomas Molina Céspedes.
AL JEFE TAMBIÉN LO ENGAÑAN.- “Era un viernes… (Paz Estenssoro) llamó a un alto funcionario de palacio y le dijo: “Mañana se casa la compañera XX, una de las más valerosas combatientes durante el sexenio y me ha designado su padrino. Lamentablemente, no podré asistir a la boda, pero deseo que usted me represente y que se le envíe un MAGNÍFICO regalo.
La casualidad hizo que siendo yo amigo personal de la novia asistiera invitado a la boda. Al recorrer el cuarto de regalos, con la madre de la recién desposada, una dama sin pelos en la lengua, me dijo: “Mire usted compañero cómo nos humilla y menosprecia el Presidente, mandarnos este miserable regalo y ni siquiera asiste a la boda ni manda a su representante”. En efecto, el regalo consistía en seis tacitas de café con dibujos chinescos, una cafetera y azucarera con el mismo estilo. Una de las tacitas desportillada y otra que presentaba asomo de un futura fisura. El lunes siguiente, a la misma hora, se presentó el alto funcionario palaciego y al preguntarle el Presidente que cómo había sido la boda y cuál el regalo le respondió mondo y lirondo: “La boda magnífica, todos preguntaron por Usted y el regalo digno del jefe: una vajilla completa de 148 piezas de porcelana europea y justamente aquí está la factura cuyo importe era, recuerdo, una suma astronómica…” (DEL LIBRO “TRIÁNGULO LETAL: PAZ, BANZER, LECHÍN”)
Foto: Paz Estenssoro. (Créditos: Getty Images)
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// Historias de Bolivia.
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