LAS CONSPIRACIONES DE OVANDO Y BARRIENTOS. / SED Y AMBICIÓN POR EL PODER

Por: Tomas Molina Céspedes. 

“En 1969 el Gral. Barrientos cumplía el tercer año de su mandato como Presidente constitucional y al año siguiente, 1970, debían realizarse las elecciones para elegir a un nuevo Presidente. Desde mucho antes, prácticamente desde noviembre de 1964, el Gral. Ovando se consideraba el candidato INSUBSTITUIBLE para reemplazar a Barrientos en la Presidencia de la República. Al parecer, entre ambos caudillos militares, había un acuerdo expreso en tal sentido. A esto se debe que, desde inicios de 1969 y cuando faltaba más de un año para las elecciones presidenciales, Ovando comenzó una cínica campaña electoral, con verdadero abuso de poder, siendo Comandante en Jefe de las FF.AA. y, consiguientemente, el segundo hombre más poderoso del país.

El mes de agosto de 1969, luego de la muerte de Barrientos, para hacer más efectiva su candidatura y acceso a la Presidencia de la República, el Gral. Alfredo Ovando Candia formó su propio partido político bajo la denominación de ACCIÓN NACIONALISTA REVOLUCIONARIA, (ANR), cuyo inspirador y organizador fue el conocido tránsfuga MARIO ROLÓN ANAYA, eterno asesor militar, traficante político profesional y fabricante de presidentes militares.  

“La aparición de la candidatura del Gral. Armando Escobar –dice Gary Prado—obliga al General Ovando a acelerar el ritmo de sus proclamaciones a nivel nacional y a promover la organización de su fuerza política de sustentación, que con el nombre de “Acción Nacionalista Revolucionaria” –ANR—nace el 15 de agosto de 1969 bajo la jefatura de Mario Rolón Anaya (que se presume será su compañero de fórmula)”.

Sobre la formación y destino de este partido político nos ocuparemos más adelante, por ahora, volviendo a la campaña electoral del Gral. Ovando, diremos que éste a principios de 1969 no tuvo escrúpulo alguno en declararse candidato a la Presidencia y asistir, vistiendo su uniforme de general y con utilización escandalosa de bienes del Estado, a cuanta proclamación le organizaban sus astutos seguidores militares y civiles, diestros en el oficio de erigir y tumbar a presidentes, plaga que abunda en Bolivia.

La desesperación de Ovando por ser Presidente, con plenos poderes y no simplemente co-presidente o presidente interino, lo llevó más de una vez a intentar tumbar y hasta hacer matar a Barrientos y ocupar su lugar, pero la realidad y la también astucia de Barrientos frenaron repetidamente sus planes homicidas. Finalmente Ovando se conformó con ser el reemplazante de Barrientos vía elecciones presidenciales, para lo cual impuso su nombre como candidato oficial, título con el que se lanzó a la conquista de la Presidencia en plena presidencia de Barrientos.

Pero, Barrientos tampoco dormía y no estaba dispuesto a entregar tan preciado instrumento de poder y enriquecimiento a su ambicioso competidor.

Barrientos tenía sus propios planes para retener indefinidamente el poder, vía dictadura y eliminación de Ovando, para lo que incluso formó su propia milicia armada bajo su exclusivo mando, FURMOD, (FUERZAS UNIDAS REVOLUCIONARIAS MÓVILES PARA LA DEFENSA DEL ORDEN Y DEL DESARROLLO), conformada por ex combatientes antiguerrilleros del 67, unos 600 en total, que luego de ser desmovilizados, fueron invitados a integrar este cuerpo armado. La justificación que dio Barrientos a las FF.AA. es que el país necesitaba contar con un cuerpo especializado en la lucha antiguerrillera.

Barrientos se preparaba para declararse dictador el 1 de mayo de 1969, luego de un baño de sangre a sus opositores entre los que se contaba a Ovando. Mientras tanto, para encubrir sus planes, dejaba a Ovando realizar su campaña presidencial. A mediados del mes de abril de 1969, Barrientos confió a su amigo y aliado político Víctor Andrade Uzquiano, que no permitiría bajo ninguna circunstancia que Ovando lo reemplace en la Presidencia de la República acusándolo de traidor y estar ligado a extremistas que iban a causar “los daños más grandes al país” (“HOY”, 21 de marzo de 1971).

Pero, Ovando tampoco dormía, conocía de los planes de Barrientos de declararse dictador lo que anulaba totalmente sus pretensiones de llegar a la Presidencia vía elecciones, por lo que también se puso a conspirar contra Barrientos, buscando su eliminación, para lo que astutamente se ausentó del país dejando a sus ayudantes militares la orden de ejecución de su odiado competidor.

El 27 de abril de 1969, tres días antes de convertirse en dictador, Barrientos murió en un extraño “accidente”, cuando el helicóptero en el que se trasladaba de Arque a Tacopaya, poblaciones campesinas de Cochabamba, estalló en el aire y se precipitó al fondo de una quebrada, muriendo carbonizados todos sus ocupantes…” (Págs. 59-60)

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