Su apostolado se encarnó en la sociedad cochabambina por la hondura de su palabra y su proverbial sencillez que se inició en el
acendrado amor por su familia, por su pueblo, por el deporte y por los soldados que asistió como sanitario durante la campaña del Chaco y como prisionero en el Paraguay. Nació en Tolata un 2 de enero y fue el menor de 5 hermanos. A los 13 años ingresó al Seminario San Luis y allí estudió la secundaria. En 1934 se alistó como enfermero del Hospilal Militar y en junio de ese año partió a la Guerra del Chaco como sargento de sanidad en el Regimiento Loa y en el Regimiento Campos.
El 16 de noviembre cayó prisionero en Cañada Carmen y fue residenciado al Cuartel Tacumbú, donde hizo trabajos forzados para construir caminos. Allí servía de peluquero y escribía cartas por encargo de los prisioneros bolivianos y los soldados paraguayos. Una oportuna intervención de Monseñor Tomás Aspe, Obispo de Cochabamba determinó que Monseñor Juan Sinforiano Bogarín, Arzobispo de Asunción, ordenara su paso al seminario de los padres lazaristas, donde ofició de telefonista, de sacristán y fabricante de velas antes de ser alumno. Repatriado a Cochabamba, se reintegró al Seminario San Luis a proseguir sus estudios de filosofía y teología. Se ordenó de diácono y recibió su ordenación sacerdotal en 1939 en La Paz, de manos de Monseñor Bogarín, su protector en Asunción.
Celebró su primera misa cantada en Cochabamba el 4 de junio de ese año; el periodista Arturo Zambrana publicó un artículo en El País, que recordaba las visitas del novicio Rosales al campo de concentración en estos términos: “Allí con alguna frecuencia se presentaba Walter Rosales Claros, estudiante de teología en Cochabamba. Amable, dicharachero y jovial, nos endulzaba la vida con unos instantes fugaces. Fue designado prefecto de disciplina y profesor de geografía e historia del Seminario San Luis (1940-1943). En el período fue capellán del Colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús y fue designado Vicerrector de dicho Seminario.
En el período 1941-1943 atendió las parroquias deTolata y San Benito y entre múltiples obras, abrió el caminoTolata-Cliza, que hoy lleva su nombre.
En el período 1943-1966 ejerció de canciller de la curia diocesana, fue asesor de la Junta Diocesana de Acción Católica e hizo trabajo pastoral en la ciudad de Cochabamba. En 1944 con 29 años de edad fue nombrado Canónigo Diaconal de la iglesia Catedral; en esa condición pronunció su célebre sermón de las tres horas el Viernes Santo de 1946, que impresionó al poeta Gregorio Reynolds a tal punto que lo invitó a integrarse a la Sociedad de Escritores y Artistas de Cochabamba.
En 1958 el Papa Pío XII lo nombró Prelado Doméstico de Su Santidad y desde entonces llevó con humildad el título de Monseñor. Un año después fundó el Colegio Pío XII, que dirigió hasta 1968. En 1964 el Papa Pablo VI lo nombró Deán del Cabildo Eclesiástico y en 1966 Monseñor Gutiérrez Granier lo designó Vicario General de la Diócesis. En 1971 el Papa lo nombró Protonotario Apostólico Supernumerario, con derecho a usar mitra y en 1980 el Cabildo Eclesiástico lo eligió Vicario Capitular hasta la llegada de Monseñor Genaro Prata, Arzobispo de Cochabamba. Las instituciones cochabambinas reclamaron que se lo designara Obispo Auxiliar y protestaron cuando esa dignidad le fue otorgada al sacerdote Abel Costas. Nunca fue designado Obispo. En 1975 la Alcaldía lo designó hijo predilecto de Cochabamba.
Como resume el Padre Javier Baptista... “muchos le dicen Tata Rosales. El término “tata” viene indudablemente del quechua y significa “padre”. (...) Al decir “Tata Rosales” el cochabambino quiere significar algo más que “Padre Rosales” o “Monseñor Rosales”. Usa el término dándole el sentido de cariño, familiaridad, confianza y respeto al mismo tiempo.”
Víctima de un ataque cardíaco falleció el 15 de marzo de 2009.
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