El 12 de marzo Sucre y su ejército dejan La Paz con rumbo a Oruro.
El mariscal dejó la división colombiana en La Paz para permanecer en descanso, dada la pesada campaña en el Bajo Perú, solamente las unidades peruanas y las nuevas de Charcas fueron llevadas a avanzar sobre Olañeta, y el tenaz pero extravagante Burdett O’Connor fue puesto a cargo de este ejército peruano combinado.
El comandante irlandés inicio la marcha a Oruro en tanto que el mariscal acompañado por los dos “dos caras” Casimiro Olañeta y Mariano Calvimontes, seguían a distancia. En la villa altiplánica de Ayoayo, Sucre casi fue muerto, cuando su caballo tropezó y cayó, aplastando por poco a su jinete. Afortunadamente, el mariscal solamente se rompió su mano izquierda. Cuando O’Connor llegó a Oruro el 14 de marzo, un día antes que Sucre, se encontró con un hombre extraño, alto rubio, en una casaca militar, el cual no podía hablar español o inglés, pero quien dio a O’Connor una pequeña capsula y algunos documentos firmados por el general Olañeta. O’Connor, en su sorpresa, después de haber leído cuidadosamente las cartas, comprendió que ellas eran instrucciones para envenenar al mariscal Sucre y al general Lanza, mas cartas dirigidas a cuatro españoles en La Paz, para pagar l recompensa después de la muerte de Sucre, quien inmediatamente ordeno a Casimiro Olañeta y O’Connor sometieran a Ecles a un largo interrogatorio a fin de obtener más detalles, Ecles actuó confusamente; él podía hablar solo alemán, y sus interrogadores no pudieron localizar a nadie que hablara ese idioma. Sucre decidió hacer entender a Ecles que él debía abandonar los Perùs inmediatamente y regresar a su país. El mariscal le dio suficiente dinero para hacer el camino de regreso a Suiza. Al mismo tiempo escribió a La Paz, ordenando el arresto de los cuatro españoles. Pero Sucre quedo extremadamente perturbado por el asunto de Ecles y escrio una carta a Olañeta diciendo: “Es imposible creer que un hombre tal como usted que hace ostentación de principios morales y religiosos pueda siquiera pensar en tan horrible intento… Tal crimen solamente puede encontrarse en un corazón diabólico y corrompido y hablando francamente, yo nunca pensé que usted fuera capaz de esto”. Luego , sucre advirtió a Olañeta que él había dado órdenes estrictas de que si cualquier oficial del Ejercito Unido fuere asesinado o envenenado, tomaría rehenes españoles y los pondría frente a un pelotón de fusilamiento.
Fuente: La Dramática Insurgencia de Bolivia - Charles W. Arnade / Librería Editorial G.U.M.
Imágenes: O’Connor y Sucre.
1825, P. ANTONIO OLAÑETA INTENTA ASESINAR AL MARISCAL ANTONIO JOSÉ DE SUCRE El 12 de marzo Sucre y su ejército dejan...
Publicada por Historias de Bolivia en Domingo, 7 de febrero de 2021
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