GUERRA DEL CHACO - PARCIALIDAD DE CHILE / LA CANCILLERÍA CHILENA AL SERVICIO DEL PARAGUAY

 


Otro de los países que formó parte de la confabulación contra Bolivia, desde antes de la guerra del Chaco fue Chile, más propiamente su gobierno o determinados componentes de él, pero que jugaron papel preponderante en la política de hostilidad contra Bolivia. Entre éstos, el más virulento y enconado, el Canciller chileno Ríos Gallardo, cuyo odio para Bolivia no tiene una explicación visible. Como director de la política exterior de Chile, en el primer gobierno del general Ibáñez del Campo, cooperó abiertamente en la defensa de la causa paraguaya, en cuanto pudo beneficiar a éste, como lesionar a Bolivia. El paraguayo Vicente Rivarola fue Ministro Plenipotenciario de su país ante el gobierno de Chile, en el período a que hacemos referencia, es decir, antes del año 1932. Fue él que en sus memorias hizo conocer al continente, documentos sensacionales sobre la conducta del gobierno chileno, antes y durante la contienda del Chaco. Afirma el citado diplomático que, en los círculos allegados a la Cancillería chilena, gozó de especial preeminencia, por encima de los demás miembros del cuerpo diplomático, acreditado allí. Desde esa situación privilegiada, le fue posible conseguir cuantos informes y documentos relacionados con Bolivia, que en su concepto fueran útiles a su país. Así, la obsecuencia ilimitada del Canciller Ríos Gallardo, entregó a Rivarola toda la correspondencia reservada, relativa a Bolivia, procedente de las legaciones chilenas en Wáshington y en todos los países vecinos al nuestro. Todo lo cual expone ufano en sus memorias. "Conocía, pues, entonces, perfectamente -dice- como las palmas de mis manos y pude hacer conocer al Gobierno de mi país los materiales bélicos en cantidad y calidad de que disponía Bolivia, así como la capacidad y preparación de su ejército, su efectivo y su distribución y no corría peligro alguno de que se me escapara cualquier modificación que sufriese, desde que las antenas felizmente a mi alcance estaban tendidas y listas para captarlas" Con más claridad no podía expresarse el diplomático guaraní. Las antenas felizmente tendidas a su alcance, eran las legaciones chilenas diseminadas en el mundo, sin que a él ni a su país costara un céntimo. El señor Rivarola continúa en sus memorias, haciendo la relación de otros acuerdos adoptados con el Canciller Ríos Gallardo, entre ellos un plan de acción diplomática consistente:
1 ° - Que Paraguay busque un motivo para dirigirse a Chile.
2°- Chile contestaría diciendo que tiene confianza en el amor a la paz demostrado por el Paraguay.
3° - Chile se dirigiría a Estados Unidos, Argentina y Brasil notificándoles de la actitud del Paraguay y solicitando presionar a Bolivia". El diplomático paraguayo presenta en esta relación minuciosa, la urdimbre del complot fraguado en la Cancillería chilena, convertida por voluntad del señor Ríos Gallardo, en centro del espionaje paraguayo, donde llegaba, como se ha visto, toda la información relacionada con Bolivia y luego de ser seleccionada y depurada, salía camino a su doble destino: Buenos Aires y Asunción, hecho que llegó a conocimiento de nuestros representantes diplomáticos, del que informaban a la Cancillería de La Paz. En dos partes principales se puede resumir el resultado de esta labor de la Cancillería chilena al servicio del Paraguay.
1º- Conocimiento de la capacidad y preparación del ejército boliviano, sus efectivos y su distribución, cantidad y calidad de materiales bélicos disponibles.
2º- Desarrollo de un plan diplomático "para presionar a Bolivia", que equivale a decir, obligar a la rendición. "Está demás manifestar que el Presidente Ibáñez autorizó estas actitudes a su Canciller", decía el señor Rivarola a su gobierno. Ante tanta obsecuencia ¿qué más podía pedirse? Sin embargo, el gobierno chileno siguiendo el camino trazado por el señor Ríos Gallardo, hizo mucho más en su decisión de "apoyar firmemente al Paraguay".
Así en 1933, en los momentos más críticos de la campaña, nos prohibió la descarga de una partida de material bélico llegada a Arica, exigiendo se tramite previamente ante el gobierno de Chile, permiso especial para ese desembarque, olvidando que ya recibimos otros lotes sin observación. El objeto era dificultar la llegada oportuna de ese material al teatro de operaciones. Así se realizaba una de las formas de "presión a Bolivia", ofrecidas por Ríos Gallardo a Rivarola. Si el Perú, que en esos momentos tenía entre manos el problema candente de Leticia, no nos hubiera brindado el puerto de Moliendo para esa descarga, Chile nos habría podido cerrar definitivamente sus puertos mientras durase la guerra, pues tenían acordado con la Argentina "la neutralidad cerrada que paralizara a Bolivia". Con los datos y documentos expuestos en este capítulo nadie quedará en duda, sobre la siniestra confabulación que inflamó la guerra del Chaco, donde la víctima fue nuevamente Bolivia. Con la guerra del Pacífico Bolivia fue despojada de su costa marítima, con las funestas consecuencias de su enclaustramiento en el corazón de América. La guerra del Chaco completó el cerco, sin enumerar otras desmembraciones igualmente condenables y dolorosas. Pero se podría creer que el odio del verdugo desaparece con el sacrificio de la víctima, empero en el caso nuestro no sucede así. La explicación de este estado psico­patológico encontramos en un informe enviado, allí por los años anteriores a 1932, por el representante diplomático de Chile en La Paz a su gobierno, cuya parte relativa a Bolivia pone a nuestro alcance el libro del señor Rivarola (pág. 75.- T. I.) que dice: "ASPECTOS DE LAS RELACIONES BOLIVIANAS CON CHILE Y PERU.- Si (Bolivia) alcanzara más tarde un crecimiento y un poder proporcional a su extensión territorial, sería el foco de incalculables amenazas y perturbaciones para la paz continental de América. Porque es un país que vive atormentado por el delirio de persecuciones de parte de todos sus vecinos, a quienes culpa de haberlo hecho víctima de continuas y enormes desmembraciones territoriales que tendría que cobrar sucesiva o simultáneamente de Chile, del Perú, del Brasil, del Paraguay y de la Argentina, pero de nosotros en menor extensión que de los demás". He aquí el origen y fundamento de la fobia de Chile contra Bolivia: temor al porvenir, temor de quién no ha recorrido limpiamente su camino y sabe que la historia y el poder material de los pueblos, son factores sujetos a mutaciones inevitables. Esa política tortuosa ya dió sus frutos en los llanos chaqueños, donde fueron arrastrados Bolivia y Paraguay a la tremenda encrucijada de la guerra. A seguir esa acción desleal y desquiciadora de la armonía continental, no sabemos las desgracias que el porvenir nos traerá todavía, así como al Perú de parte de sus vecinos del lado norte. Y después seguimos hablando de la confraternidad americana. ¡Basta de hipocresía y simulaciones...!

(CNEL. ROGELIO AYALA MOREIRA - POR QUE NO GANAMOS LA GUERRA DEL CHACO)

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