Paz Estenssoro junto a milicianos armados |
Por: Freddy Zárate Abogado / Este articulo originalmente fue
publicado el 7 de febrero de 2021, en Página Siete. Disponible en: https://www.paginasiete.bo/letrasiete/2021/2/7/redentores-de-la-politica-contemporanea-283628.html
Si algo caracterizó a los regímenes populistas de Argentina
y Bolivia de la década de los años cincuenta, fueron sus implicaciones
ideológicas y propagandísticas en la política y la cultura. El gobierno de Juan
Domingo Perón supo tocar las fibras más íntimas de varios segmentos de la
sociedad argentina. De ahí la importancia del líder y su forma especial de
relacionarse con las masas, basada en un tipo de retórica y un estilo de
movilización que apelaba sistemáticamente a “lo nacional popular”.
Todo el accionar político del partido justicialista –y
en especial la labor de Eva Perón–, fue registrado por la Subsecretaría de
Informaciones y el Servicio Internacional de Publicaciones Argentinas, la cual
se encargó de difundir profusamente los libros: Habla Perón; Eva Perón. Su
palabra… Su pensamiento… Su acción; Doctrina peronista; La razón de mi vida; El
Álbum Eva Perón, entre otros, así también, una variedad de documentales
institucionalistas.
El MNR del 52
En ese contexto sociopolítico, varios dirigentes del
Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) fueron exilados a suelo argentino
cuando el presidente Gualberto Villarroel fue derrocado y victimado en 1946.
Por ende, se puede inferir que los refugiados políticos vieron el proceso peronista,
y, por tanto, fue una gran escuela política para el uso instrumentalizado de
los medios masivos de comunicación.
El caso de Víctor Paz Estenssoro, a pesar de encontrarse
confinado siguió de cerca la política partidaria del MNR. En 1951, aunque ausente
de Bolivia, fue candidato y ganó las elecciones presidenciales que fueron
anuladas por el autogolpe del presidente Mamerto Urriolagoitia.
Tras la insurrección del 9 de abril de 1952, y toma del
poder del MNR, sucedieron varios acontecimientos que merecen cierta atención:
“Pocos días después de la revolución de 1952, el 15 de abril, cuando la
comisión especial destacada por nuestro país, regresaba de la Argentina
trayendo del exilio al nuevo presidente Dr. Víctor Paz Estenssoro, a bordo de
una aeronave especialmente destacada para el efecto. Waldo Cerruto, uno de los
más jóvenes miembros de la comitiva, traía también en aquella oportunidad una
gran sonrisa: junto a él estaban los camarógrafos argentinos Juan Carlos
Levaggi y Nicolás Emolij, contratados para la filmación –únicamente– de las
diferentes actuaciones de recepción popular al nuevo mandatario y de su
asunción al mando supremo del país”.
El investigador Alfonso Gumucio Dagron indica que en los
días siguientes, “los camarógrafos no pararon de filmar manifestaciones,
desfiles, discursos”. De estos archivos audiovisuales salió el documental
Bolivia se libera (1952), dirigida por Waldo Cerruto, hermano de la primera
esposa de Paz Estenssoro.
La estrategia peronista consistió en utilizar todos los
medios de comunicación en favor del partido, y esto fue replicado exitosamente
por el gobierno del MNR: a las pocas semanas fueron creados el Instituto
Cinematográfico Boliviano (ICB); la Subsecretaria de Prensa, Información y
Cultura (SPIC); la Dirección Nacional de Informaciones; y la Secretaria de
Prensa del Comité Político Nacional del MNR, cuyo fin era amplificar y ensalzar
la gestión administrativa del gobierno movimientista.
Además de resaltar la imagen de los líderes de la
revolución.
Todo ello se hizo patente en El Álbum de la revolución; El
libro blanco de la reforma agraria; El libro blanco de la independencia
económica de Bolivia; Boletín de Cultura; El pensamiento revolucionario de Paz
Estenssoro; Visita del presidente de la república doctor Víctor Paz Estenssoro
a Sucre, entre otros. A esto se suma los noticieros del ICB, películas,
documentales, afiches y folletería.
Un interesante episodio registrado en la revista partidaria
Resurgimiento (Año I - 15 de mayo de 1952 - Nº 1), revela que a las pocas
semanas de la revolución de abril de 1952, se dispuso el 9 de mayo como “El Día
de Fe Nacionalista”. Dicha conmemoración se llevó a cabo en el Teatro al Aire
Libre, donde el presidente Víctor Paz Estenssoro y el vicepresidente Hernán Siles
Zuazo expresaron lo siguiente: “El día de la Fe Nacionalista, obedece a un
imperativo del momento; pues, luego de seis años de lucha permanente en todo
orden, convirtiendo cada hogar en un baluarte de la rebelión contra la
oligarquía, se convirtió en el hito de la renovación que espera Bolivia del
sacrificio de sus hijos”.
El emotivo acontecimiento fue sustituido al año siguiente
por el “Primer Aniversario de la Revolución Boliviana”, celebrado el 9 de abril
de 1953, con emotivos discursos, desfiles, homenajes, música y danzas
autóctonas.
El impacto político de la insurrección del 52 fue
incorporado en el Estatuto Orgánico del MNR, que en su Artículo 103 reconoce el
9 de abril de cada año como el “Día de la Revolución Nacional”.
Durante todo el período del MNR se celebró de manera
ininterrumpida el día de la revolución hasta el golpe militar de 1964. De ahí
en adelante entró en un lento declive la fecha festiva por considerarse una
conmemoración partidaria. Y sin embargo, la propaganda estatal del 52 fue un
catalizador de creencias, aversiones y obsesiones ideológicas del nacionalismo
revolucionario que con el paso de los años llegó a dogmatizar la historia
contemporánea de Bolivia.
El MAS del siglo XXI
El siglo XXI es un escenario político donde irradiaron
nuevos actores y partidos políticos. Tal es el caso del Movimiento Al
Socialismo (MAS), una vez establecido en el poder (22 de enero de 2006), fue
acentuando un discurso neopopulista sumergido en el papel preponderante de los
movimientos sociales, la ideologización de la base de identidad racial
indígena, la descolonización, la nacionalización de los hidrocarburos, la
reivindicación histórica del sector aymara y quechua con el denominado:
“Pachakuti: retorno al espacio y tiempo del equilibrio”.
Las reivindicaciones políticas fueron consagradas en la
Constitución Política del Estado Plurinacional, promulgada el 2009, acto que
fue celebrado con emotividad discursiva y aparatosos desfiles que dieron la bienvenida
al nuevo Estado.
Al año siguiente de la promulgación constitucional, el
gobierno del MAS mediante Decreto Supremo Nº 0405, del 20 de enero de 2010,
decretó que cada 22 de enero se rememoré el “Día de la Fundación del Estado
Plurinacional”.
Otra razón para celebrar el feriado nacional se
atribuye a la posesión de Evo Morales como presidente de Bolivia (2006), siendo
conductor del Estado en representación de las naciones y pueblos indígena
originario campesinos. También esta fecha representa el triunfo democrático
histórico dando inicio a la Revolución Democrática y Cultural en Bolivia.
La propaganda gubernamental destacó –a través del canal
estatal, la prensa y el Ministerio de Comunicación– los mensajes del Jefe;
transmitieron en vivo los partidos de balompié del presidente del Estado;
resaltaron la entrega de diversas obras públicas en municipios y departamentos;
mostraron la “diversidad” cultural por medio de desfiles, bailes y
ceremonias.
En términos generales, el proceso de cambio se fue acentuando
al culto a la personalidad hacia Evo Morales, que fue promovido en todos sus
niveles por la cúpula masista. Se tiene por ejemplo los textos: Evo Morales de
Tiwanaku al mundo; Mi vida, de Orinoca al Palacio Quemado; Proceso de Cambio en
Bolivia: cómo un dirigente indígena campesino logró conquistar el poder y
refundar el Estado; Jefazo. Retrato íntimo de Evo Morales, entre otros.
Después de 13 años de gobierno, el MAS atravesó una profunda
crisis política al forzar contra viento y marea la repostulación
inconstitucional de Evo Morales a la presidencia: generando una convulsión
social y política que llevó a la renuncia de varios integrantes del Poder
Ejecutivo y Legislativo. Tras el vacío de poder, el orden constitucional fue
violentado, dando pasó a nuevos actores políticos, tanto de la oposición como
del oficialismo.
Haciendo un paralelismo entre el MNR y el MAS, se puede
deducir que las sucesivas generaciones –de finales del siglo XX y principios
del XXI–, se fueron distanciando del entusiasmo revolucionario del 52, es así,
que en la actualidad se tiene escuetas notas de prensa que recuerdan los logros
de revolución: la nacionalización de las minas, la reforma agraria, el voto
universal y la reforma educativa.
Episodios que perdieron relevancia, ya que no reflejan en su
cabalidad los festejos gloriosos de las jornadas del 9 de abril, en donde, era
obligatorio e incluso patriótico rendir homenaje a sus libertadores, es decir,
a la dirigencia del MNR.
En el caso del MAS, tras la renuncia de Morales y posterior
exilio en México y Argentina, se reconfiguró internamente el partido para
participar de la contienda electoral del 18 de octubre de 2020, donde salieron
vencedores Luis Arce y David Choquehuanca. En los pocos meses de gobierno, se
fue diluyendo la mística de la “década dorada” por la actual crisis económica y
la frágil lucha contra la pandemia de la Covid-19.
Esto también se manifestó en el reciente festejo del día del
Estado Plurinacional. Suceso que fue apaciguado por un breve mensaje
presidencial acompañado de un modesto ritual andino. De esta efeméride surgen
las siguientes preguntas: ¿Será que en años sucesivos vaya perdiendo relevancia
social y política la conmemoración del día de la fundación del Estado Plurinacional
por estar entrañablemente ligado con el partido del MAS? ¿La trayectoria
política y simbólica del MAS es una repetición matizada del MNR del 52?
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