Foto: Mario Antelo, publicado en Memorias de la Guerra del Chaco. |
El hogar de la familia Brooklyn recibió la carta del oficial
militar Abelardo Broggine, que combate actualmente en kilometro siete y dice:
“En este momento me hallo a 1000 metros de nuestras
posiciones avanzadas. Los “pilas” meten cañonazos, pero yo ya estoy
acostumbrado a no tenerle miedo, porque nunca consiguen acertar. Sin embargo,
ayer, un soldadito beníano me gritó: “mi teniente tírese nomás”, un extraño
impulso me impulsó a tierra y segundos después estalló una poderosa bomba a 2 metros
de distancia. En seguida me di cuenta de que no nos ocurrió nada a ninguno de
los que nos encontrábamos cerca, y de pura alegría seguimos operando sin perder
el buen humor. Es así que también cuenta un pequeño chiste, pero verídico: En
primera línea los soldados cambian insultos con los pilas cuando se acorta
demasiado la distancia que los separa, ayer durante uno de estos diálogos
picantes un oficial pila (aunque no estoy seguro de que haya sido oficial)
gritó con voz ronca, casi apagada por el ruido ensordecedor de los disparos: “bolivianos,
es preferible que ustedes rindan. levanten bandera blanca, que fuera de los dos
mil prisioneros encabezados por Marzana, tendremos 5000 más con los que están
acá”. Figúrate la inocencia de este pobre corderito, yo habría soltado una
carcajada sino hubiésemos estado pasando transes tán aflictivos. Bueno,
nuestros soldados apuntaron entonces con dirección a donde venía la voz que
hicieron fuego con resultados colosales, pues inmediatamente oímos un “ay” nada
más. Al rato no faltó un soldado que gritaba: “¿paraguayo se ha roto la cuerda
de tu pistola vieja?” instantes después los pilas se llevan en hombros el
cuerpo inanimado de un soldado guaraní.
Fuente: Oruro en la Guerra del Chaco, de: Elvira Cárdenas Román.
No hay comentarios:
Publicar un comentario