Por: Laura Escobari de Querejazu.
El camino de Peabirú: Alejo García, 1521
Desde la época prehispánica, los pueblos guaraníes se
sintieron atraídos por El Dorado, la Tierra sin Mal, de donde tenían noticia
que la gente no moría y reinaba «aquel que conoce las cosas».(1) El mito llegó
a pobladores aborígenes de la isla de Santa Catarina, donde Alejo García, el
conquistador portugués, se preparó para emprender una expedición hacia
occidente en 1521, en busca de lo que hasta ese entonces se había perpetuado
del mito, acrecentado por la noticia de que hacia occidente los españoles
habían encontrado una inmensa riqueza de plata. García, impresionado por los
relatos de los cariós (pobladores aborígenes de la isla de Santa Catarina),
decidió iniciar una expedición y migración hacia los Andes, llevando consigo a
varias centenas de indios cariós.(2) El camino fue el de Peabirú, donde todavía
existen restos arqueológicos del trajín de los guaraníes hacia los pueblos de
los Andes.
La expedición tenía dos opciones de puntos de partida: uno
era desde la isla de Santa Catarina y el otro desde San Vicente, en el litoral
del actual municipio de São Paulo. Alejo García partió desde la isla de Santa
Catarina. Su gesta no dejó ningún escrito, pero quedó en la memoria de algunos
compañeros de viaje y de quienes lo vieron, además de quedar plasmada en varias
crónicas andinas.(3) García salió de Meiembipe y se dirigió al norte, llegando
hasta la altura de la actual ciudad de San Francisco do Sul; de ahí entró al
camino de Peabirú por el río Itapocu. La expedición pasó por los actuales
municipios catarinenses de Jaraguá, Corupá y San Bento; cruzó el río Iguazú, o
Agua Grande, y el río Tibagi, cerca de Ponta Grossa, donde su cauce es
interrumpido por grandes pedrones. Los expedicionarios continuaron en dirección
oeste, atravesando las cabeceras de los ríos Ivaí y Cantu; luego cruzaron el
Alto Piquiri. Llegaron al río Paraná, tomaron el margen derecho, acompañando
parte del curso del río Iguateni, para después seguir rumbo al oeste. Luego
atravesaron el Gran Chaco paraguayo, hasta que se encontraron con el río
Paraguay. La expedición continuó subiendo el río Paraguay hasta llegar a una
región que antiguamente era llamada Itatim, y que está ubicada entre los ríos
Apa y Tacuarí (al sur y al norte, respectivamente), en la actual frontera de
Paraguay y Bolivia. Allí Alejo García y compañía engrosaron sus filas con
indios itatins y todos llegaron al cerro Santa Lucía, en las proximidades de
Corumbá. Entraron a Bolivia sorteando muchos pueblos de indios mbayaes, chanés,
payzunos y corocotoquis, y con algunos de ellos debieron entablar lucha armada.
Al cabo de muchas jornadas llegaron a Mizque y Tomina, donde encontraron
poblaciones dominadas por los incas. Luego llegaron hasta Presto y Tarabuco,
lugares donde salieron a su encuentro los indios charcas. Cronistas españoles
como Ruy Díaz de Guzmán, Pedro Sarmiento de Gamboa, Miguel Cabello de Balboa,
Santa Cruz Pachacuti, Cieza de León, Antonio de Herrera y Manuel Domínguez,
relatan la incursión de Alejo García como el portugués aventurero que se hizo
dar oro y plata antes de huir de los Andes.
Notas:
1) N. Dalto, Nanci História do caminho de Peabiru.
Descobertas e segados da rota indígena que ligaba o Atlántico ao Pacífico. Ed.
Amberê. Santa Catarina, Brasil 2009 y Bond Rosana ob. cit., p. 36.
2) R. Bond, 2009, p. 34.
3) R. Bond, 2009, p. 37.Como Luiz Ramirez, tripulante de
Sebastiao Caboto.
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