José E. Pradel B. Publicado el 17 de octubre de 2025 en El
Diario de La Paz // Disponible en: https://www.eldiario.net/portal/2025/10/17/bolivia-no-abandono-al-peru/
Aunque han sido publicados numerosos libros y estudios sobre
la denominada Guerra del Pacífico, aún existen aspectos que no han sido
investigados ni esclarecidos, lo que ha dado lugar a que se mantengan ciertos
imaginarios sobre el conflicto, como la afirmación de que “Bolivia abandonó al
Perú”, tal hecho nunca ocurrió.
La documentación que encontramos nos permite sostener que después de la Batalla
de Tacna o Alto de la Alianza, acaecida el 26 de mayo de 1880, Bolivia cumplió
con su parte al enviar pertrechos, armas y vestimentas, entre otros recursos.
En palabras sencillas, sobre la citada acción en armas, Narciso Campero, señaló
en el documento titulado ‘Informe del General Narciso Campero ante la
Convención Nacional de Bolivia’ (1880): “Como se ve, señores, nuestro desastre
no podía ni puede atribuirse a faltas cometidas en la dirección de las
operaciones ni a imprevisión de especie alguna, sino únicamente a la
superioridad del enemigo en número, en elementos y recursos de todo género”.
Según un documento conservado en el Archivo Histórico y Biblioteca del
Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia, firmado en La Paz el 8 de julio
de 1882 por el coronel Zenón Ocampo, entonces jefe de Parque, se detalla que la
primera entrega de apoyo material se realizó el 26 de agosto de 1880. En esa
ocasión, el oficial peruano Cayetano Villamil recibió 900 varas de bayetón
blanco, 300 frazadas y 250 pares de zapatos, por un valor total de 1.040
bolivianos.
En 1881 se efectuaron tres nuevas entregas. La primera, el 27 de abril,
consistió en 800 pares de zapatos entregados a la Empresa Carretera; la
segunda, el 7 de mayo, en 70 rifles modelo Chassepot; y la tercera, el 14 de
junio, en 140 rifles modelo Comblain, otros 10 rifles Chassepot y 8.000 tiros
para Comblain, con un valor total de 4.960 bolivianos. Este año evidencia un
incremento en el envío de materiales, destacando especialmente la provisión de
armamento.
Al año siguiente se realizaron cuatro entregas adicionales. La primera, el 28
de abril, consistió en 50.000 cápsulas fulminantes destinadas al Ministro
plenipotenciario del Perú en Bolivia. La segunda, el 9 de mayo, comprendió
10.000 tiros para fusiles Remington, por un valor de 6.000 bolivianos. Un día
después, el 10 de mayo, se entregaron otras 50.000 cápsulas fulminantes.
Finalmente, el 24 de mayo se remitieron 2.000 frazadas, 500 camisas de tocuyo,
4.200 varas de bayetón amarillo, 1.200 de bayetón verde, 3.000 de bayetón gris,
1.600 de bayetón blanco y 600 cananas con cinturones, por un valor total de
10.420 bolivianos.
En síntesis, los documentos oficiales demuestran que Bolivia no abandonó al
Perú tras la Batalla de Tacna o del Alto de la Alianza. Por el contrario,
continuó apoyando a su aliado mediante el envío constante de armamento,
pertrechos, vestimenta y otros recursos durante los años 1880, 1881 y 1882.

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