Foto: lancha "Presidente Frías" Los
soldados-constructores / Publicado en www.revistasbolivianas.org.bo en Febrero
de 2011.
Ubicada en el extremo noroccidental de Bolivia, sobre la
orilla derecha del río Acre, la ciudad de Cobija se encuentra más cerca de
Brasil que de Bolivia. No sólo desde el punto de vista geográfico,
económicamente esta ciudad vive del tráfico comercial con el poderoso vecino, e
incluso culturalmente la influencia brasileña es muy fuerte: los cobijeños
habitualmente comen la farinha y bailan el forró. Para muchos compatriotas poco
adeptos a recorrer el territorio nacional, la "perla del Acre" es,
hoy por hoy, desconocida. Podemos imaginar entonces lo lejana y remota que
parecía a los bolivianos de principios del siglo XX, incluso para las
autoridades del estado, concentradas en la zona andina, que en la época era el
centro neurálgico del país.
En este corto artículo intentaremos aproximar a los lectores
a los primeros pasos en la construcción del puerto de Cobija. En primer lugar
debemos hacer un breve repaso de la situación del norte amazónico en la época
colonial y el periodo republicano, cuando esta región era un espacio aún por
descubrir, ubicada en los confines del territorio nacional. Dado que Cobija,
desde su fundación, es un espacio de frontera, es necesario ver los
antecedentes del conflicto limítrofe que impulsó su creación. Más adelante
presentamos una breve descripción de cinco documentos visuales, previamente
manejamos breves consideraciones sobre la dificultad del trabajo con documentos
no escritos. Lamentablemente no podemos reproducir todas las fotografías(1),
pero el conjunto seleccionado permite imaginar algunos aspectos del pasado
cobijeño.
ANTECEDENTES
La posesión de la Amazonía: un viejo conflicto de límites
Desde fines del siglo XV, España y Portugal intentaron
definir los límites de sus respectivos imperios en América. Es famoso el
episodio en el cual el Papa Alejandro VI se convirtió en el árbitro del conflicto
y emitió una bula (1493) que señalaba el límite a cien leguas de las islas
Azores(2), quedando en poder de España las tierras ubicadas al oeste de ese
punto y en manos de Portugal las del este. Esta primera demarcación no
satisfizo a Lisboa, por lo que al año siguiente se firmó el Tratado de
Tordesillas, que recorría la línea limítrofe a 370 leguas al oeste de Cabo
Verde(3). A pesar de estos intentos de definir la "frontera" entre
ambos imperios, lo cierto es que los colonizadores lusitanos prosiguieron su
penetración en Sudamérica navegando por el río Amazonas, que les ofrecía una
inmejorable puerta de entrada al corazón del subcontinente. Se produjo entonces
una superposición de las zonas de penetración española y portuguesa, pero esta
situación anómala era insostenible para las pretensiones de ambas coronas
europeas(4).
Los principales tratados limítrofes fueron firmados durante
el siglo XVIII: Tratado de Madrid (1750), Tratado del Prado (1761) y el Tratado
de San Ildefonso (1777). Estos acuerdos, ampliamente favorables a las
pretensiones lusitanas, refrendaron los avances portugueses sobre la Amazonía.
Diez años antes, en 1767, se determinó la expulsión de las misiones jesuíticas
del imperio español, lo que tuvo una importante consecuencia en el aspecto
geopolítico. Las misiones de Moxos y Chiquitos, ubicadas frente al río Iténez y
el Mato Grosso respectivamente, fueron fundamentales en la "estabilización
de la frontera oriental española" y su desaparición provocó un vacío del
poder hispánico en la zona limítrofe (Roux, 1998:181). En ambos sectores las
misiones habían jugado un eficaz papel resguardando la frontera, a través del
"patrullaje" de milicias de indígenas y una red de pequeños fortines,
que habían logrado mantener a raya a los bandeirantes portugueses, quienes
continuamente realizaban incursiones para capturar mano de obra indígena(5). El
último tratado definió el límite, en la parte norte amazónica, en la línea
imaginaria que unía las nacientes del río Yavarí (punto desconocido en la
época) con las nacientes del río Madera.
Ya en tiempos republicanos, el inmenso territorio amazónico
boliviano permanecía casi totalmente inexplorado y habitado únicamente por
grupos étnicos dispersos(6). Las únicas noticias que se tenían eran los datos
recogidos por exploradores, bolivianos y extranjeros, que recorrieron de forma
esporádica los bosques y ríos amazónicos, desde la segunda mitad del siglo
XIX(7). Podemos afirmar que el norte amazónico estaba totalmente desarticulado
de la zona andina, que en esos años era la base económica y política del estado
boliviano. Fue recién durante el gobierno de José Ballivián (1840-1844), que se
formularon las primeras políticas estatales para explorar el oriente. Estas
políticas, contenidas en un Plan General, pueden resumirse en tres:
a) Creación del nuevo departamento del Beni, separado de
Santa Cruz, para favorecer las exploraciones hacia el norte amazónico.
b) Intentar desarrollar planes de colonización con
sociedades europeas, para la efectiva ocupación y explotación de la Amazonía.
c) Impulsar la navegación fluvial y la apertura del comercio
con el Brasil y el Atlántico.
Pero los limitados recursos del Estado así como la
indiferencia de los gobiernos posteriores a Ballivián hacia el desarrollo del
oriente, determinaron que estas medidas quedaran en el papel y no pasaran de
buenas intenciones(8). La frialdad con que el gobierno boliviano manejaba los
asuntos de límites con el Brasil, quedó de manifiesto con el Tratado de
Ayacucho (1867), aceptado por el gobierno presidido por Mariano Melgarejo. Por
ese tratado, la frontera norte se recorría más al sur de lo que estipulaban los
acuerdos coloniales, significando una importante pérdida territorial para
Bolivia. Además, fueron cedidos a Brasil puntos estratégicos en la región de
Mato Grosso. Por si fuera poco, este tratado terminó complicando las relaciones
diplomáticas y las futuras negociaciones de límites con el Perú sobre el río
Purús (Roux, 1998:185). Nuevamente se postergaba el desarrollo de exploraciones
en el oriente. Esta situación cambió sin embargo después de la Guerra del
Pacífico (1880), cuando Bolivia perdió su costa marítima y su único puerto.
Desde La Paz, el gobierno alzó entonces la vista hacia la Amazonía, cuyos ríos
navegables que desembocaban sus aguas en el Atlántico, ofrecían un respiro al
enclaustramiento marítimo.
El auge del caucho y la Guerra del Acre
Por esos años comenzaba el ascenso del comercio del caucho,
en este aspecto Bolivia estaba retrasada respecto de Brasil, país que ya se
beneficiaba con la captación de impuestos sobre la exportación de goma desde
1874, mientras los caucheros brasileños avanzaban sobre el territorio del Acre
boliviano ya desde 1860. Los primeros establecimientos de empresarios
bolivianos para explotación de goma, aparecieron recién a fines de la década de
1880 y con mayor fuerza en la década siguiente(9), sin embargo la presencia
estatal era casi nula en la región. Casi diez años más tarde, el embajador
boliviano en Río de Janeiro, José Paravicini, viendo las grandes fortunas que
dejaba en Brasil la explotación y comercio de la goma, inició las gestiones
ante el gobierno de Severo Fernández Alonso y en la cancillería brasileña, para
crear un establecimiento aduanero.
Así se fundó Puerto Alonso sobre el río Acre, el 3 de enero
de 1899(10). Al año siguiente, el nuevo presidente José Manuel Pando, decretó
la creación del Territorio Nacional de Colonias del Noroeste, nueva
organización política con la que el estado finalmente alcanzaba las lejanas
tierras del noroeste (Gamarra, 2007: 36).
Al mismo tiempo que la nueva aduana generaba importantes
ingresos para el estado boliviano, germinó el descontento de los propietarios
de siringales y comerciantes brasileños establecidos en la región del Acre,
quienes veían como intrusos a los funcionarios bolivianos, llegados para cobrar
nuevos impuestos que recortaron sus ingresos. Las autoridades del Estado de
Amazonas los apoyaron de forma solapada, desde Manaos se maniobró para
soliviantar a los brasileños, intentando levantar a los habitantes del Acre
contra las autoridades de Puerto Alonso. Este episodio se lo conoce en Bolivia
como Guerra del Acre y en Brasil como "Revolución Acreana"(11).
Sería demasiado largo incluir aquí los pormenores del
conflicto que duró de 1899 a 1903, basta decir que después de un arrollador
avance de las tropas irregulares armadas por los propietarios brasileños sobre
el Acre, poco pudieron hacer las expediciones militares enviadas por el
ejército boliviano(12). Debemos destacar sin embargo que una de las más
memorables batallas se produjo en la barraca gomera "Bahia", de
propiedad de Nicolás Suárez, entre el 10 y 11 de octubre de 1902, cuando peones
siringueros bolivianos se convirtieron en soldados y lograron resistir el
empuje brasileño, consolidando para Bolivia la posición en el Alto Acre. Allí
donde se produjo el lance, fue fundado el puerto de Cobija.
El informe del Delegado Nacional Adolfo Ballivián
La ciudad de Cobija fue fundada el 9 de febrero de 1906, por
disposición del Gral. José Manuel Pando, con el nombre original de "Puerto
Bahía", en el lugar donde se encontraba la barraca gomera del mismo
nombre. Al año siguiente, Adolfo Ballivián fue designado como Delegado Nacional
en el Territorio de Colonias del Noroeste, procediendo al cambio de nombre de
"Bahía" por el de Cobija, en recuerdo del perdido puerto sobre el
Pacífico, evitando además confusiones con la ciudad brasileña de Salvador
Bahía. En 1908, Ballivián presentó su segundo informe de gestión, teniendo el
acierto de preparar como anexo un álbum fotográfico donde se pueden observar
todas las obras públicas que hizo ejecutar, como parte del plan de establecimiento
del nuevo puesto aduanero sobre el río Acre.
Se trata un conjunto de 28 fotografías donde se descubren
los primeros pasos en la construcción del puerto, los cuarteles para la tropa y
oficiales de la guarnición militar; las oficinas y viviendas de los empleados
de la Aduana; el trazado de la plaza central y algunas calles adyacentes; así
como los primeros domicilios y establecimientos de comerciantes particulares.
Por otro lado se pueden apreciar los diferentes grupos humanos que poblaron el pequeño
puerto: indios enganchados para el trabajo de la goma, cambas, collas,
brasileros, soldados mestizos, que aunque de diferente origen étnico, todos
juntos pusieron los primeros cimientos del puesto aduanero que generaba enormes
ingresos al Estado, en medio de los peligros y riquezas que ofrecen el monte y
el río.
Aquí únicamente presentamos algunas de las imágenes del
conjunto fotográfico legado por Ballivián. Seleccionamos cinco documentos que
testimonian diferentes aspectos del desenvolvimiento del puerto aduanero de
Cobija. En primer lugar ofrecemos dos imágenes que demuestran la presencia
estatal en la región, parte de la política de nacionalización de la
"frontera oriental", adoptada por los gobiernos liberales de
principios del siglo XX. Posteriormente mostramos la construcción de la
infraestructura básica de la naciente ciudad y por último hacemos hincapié en
las casas comerciales que operaban en la región y su relación con el sistema de
reclutamiento de mano de obra.
El reto de trabajar con documentos visuales
Para cualquier investigador, el trabajo con documentos no
escritos supone un verdadero reto. Habitualmente se dice que una imagen dice
más que mil palabras, pero ¿qué es lo que dice y lo que calla una fotografía?
Conviene entonces recordar breves aspectos metodológicos. Uno de los intentos
pioneros de utilizar las imágenes como documento histórico, lo encontramos en
la labor del instituto de Warburg, que inició actividades a comienzos de los
años 30, en Hamburgo, siendo trasladado más tarde a Londres debido a la
instalación de la dictadura hitleriana. La técnica historiográfica de Warburg
consistía en "utilizar los documentos visuales como documentos
históricos"(13). A mediados de la década de 1960, el norteamericano
William Mitchell denominó "tendencia plástica", a la nueva corriente
seguida por estudiosos de habla inglesa que valoraba las fotografías como
fuentes para elaborar una "historia desde abajo", dedicada a observar
la vida cotidiana de la gente común. Posteriormente, durante los años 80, se ha
conferido mayor importancia a este tipo de investigaciones, sobre todo en las
escuelas anglófonas.
Uno de los mejores y más recientes aportes a la discusión en
torno al recurso de fuentes visuales para la investigación historiográfica, lo
encontramos en el libro "Visto y no visto", del británico Peter
Burke(14). La idea principal que sostiene este reconocido autor a lo largo de
su obra es que las imágenes son una forma importante de documento histórico,
tanto como los textos o los testimonios orales. Uno de los aspectos más
interesantes de los recursos visuales es que permiten formar una idea de las
circunstancias materiales en que actuaron las sociedades del pasado. En
definitiva, "las imágenes nos permiten imaginar el pasado de un modo más
vivo" (Burke: 17).
Siguiendo a Burke, intentaremos "imaginar" la vida
en la recién fundada Cobija, allá por 1908. Debemos recalcar que en lugar de
especular, nos apoyaremos en las investigaciones a nuestro alcance para conocer
las circunstancias materiales en las que actuaron los grupos humanos que
aparecen en las fotografías tomadas. Finalmente, debemos aclarar que por
comodidad hemos mantenido los pies de foto originales, tal como se encuentran
en el informe de Ballivián.
La presencia estatal en el territorio de frontera
Las primeras dos fotografías nos muestran lo que Pilar
García llama la bolivianización o nacionalización de los orientes(15), a través
de la fuerte presencia estatal. En la primera imagen aparecen los empleados de
la Aduana Nacional y los oficiales de la guarnición militar, con el Delegado
Nacional Adolfo Ballivián, al centro, aunque desconocemos los nombres de los
demás personajes. En la segunda imagen podemos observar a varios empleados de
la aduana a bordo de la lancha a vapor "Presidente Frías",
disponiéndose tal vez a controlar el tráfico comercial en el río Acre.
Las siguientes imágenes nos muestran algunas de las obras de
infraestructura básica desarrolladas por iniciativa de Ballivián. La primera se
trata de una grúa o "guindaste" que funcionaba gracias a una caldera
de vapor, muy útil para el transporte de cargas en el puerto. La caldera además
impulsaba una sierra que sirvió para producir el maderamen necesario para
emprender las edificaciones. En la segunda se aprecia la construcción de una
calle (posiblemente la actual calle Junín), en la que participan los soldados
de la guarnición. Se trata entonces de soldados-constructores, cuya mano de
obra fue indispensable en la cimentación de las obras civiles, alternando entre
el uniforme de campaña y la ropa de trabajo.
Las casas comerciales y los "enganchados"
Gracias al aporte de la historiadora Pilar Gamarra,
conocemos ampliamente el funcionamiento del sistema laboral vigente en el norte
amazónico durante los sucesivos auges de la goma. Como ya mencionamos, el
noroeste estaba escasamente poblado a principios del siglo XX, por eso el
desarrollo del frente extractivo cauchero se vio obstaculizado por una aguda
falta de mano de obra. Fue entonces que las casas comerciales cumplían la
función de financiar el "enganche de peones".
Por este sistema se proporcionaba adelantos monetarios y
mercaderías (conservas y enlatados, herramientas y víveres) a los
"capitanes enganchadores". Estos personajes recorrían las poblaciones
subtropicales del departamento de La Paz y los enclaves ganaderos del Beni y
Santa Cruz, reclutando peones para el trabajo de la extracción de la goma,
atrayéndolos con los productos mencionados (Gamarra, 2007: 123 y ss.).
Esta última fotografía nos muestra el establecimiento
comercial brasileño "Simas", cuyos posibles responsables aparecen en
primer plano, al fondo se encuentran varios empleados y un indígena peón.
Resalta un "maniquí" que muestra la indumentaria requerida por los
trabajadores siringueros: la ropa, el sombrero y la tichela.
NOTAS
1. Un total de 28 documentos que aún reposan en la
Biblioteca Central de la UMSA, esperando por su digitalización. Ver Bolivia,
Puerto Cobija. Territorio de Colonias, 1908 s/l, s/e.
2. Una legua es igual a 5 kilómetros.
3. Oscar Secco. Los tiempos modernos y contemporáneos.
Buenos Aires: Kapelusz, 1969.
4. Jean Claude Roux, "Bolivia-Brasil: una confrontación
histórica sobre la placa geopolítica amazónica", en: Pilar García y Núria
Sala i Vila (Coord.) La nacionalización de la Amazonía. Barcelona: Universitat
de Barcelona, 1998
5. Estas medidas formaban parte de las reformas borbónicas
implementadas en la segunda mitad del siglo XVIII. Ver Pilar García Jordán.
Cruz y arado, fusiles y discursos. La construcción de los Orientes en el Perú y
Bolivia. 1820 y 1940. Lima: IFEA - IEP, 2001, pág. 30
6. Ver la obra del sacerdote explorador Nicolás Armentia,
Navegación por el río Madre de Dios, 1887.
7. Agustín Palacios en 1846, Francisco Cárdenas en 1866, el
cruceño Antonio Vaca Díez en la década de 1870, los científicos norteamericanos
James Orthon y Edwin Heath entre las décadas 1870 y 1880, entre muchos otros.
8. En la década de 1840 y más adelante, se presentaron
muchas propuestas de colonización y desarrollo del comercio en la Amazonía,
elaboradas tanto por bolivianos como por compañías extranjeras. Ver Pilar
Gamarra, Amazonía Norte de Bolivia Economía gomera. 1870-1940. La Paz. Colegio
Nacional de Historiadores - Producciones Cima, 2007, págs. 22 y ss.
9. Antonio Vaca Díez se estableció en el río Orthon en 1888;
Timoteo Mariaca fundó las barracas "Palestina", "Victoria"
y "San Roque" sobre el Tahuamanu en 1890; los hermanos Miguel y Ángel
Roca establecieron "Santa Cruz" sobre el Alto Acre, en 1896.
10. Antes de eso, en 1882, se estableció la aduana de Villa
Bella, en la confluencia de los ríos Beni y Mamoré. (Gamarra, 2007: 32)
11. Aquí no presentamos una revisión completa sobre el largo
conflicto del Acre, para ese fin véase el libro de Hernán Messuti, La dramática
desmembración del Acre. Sucre: Corte Suprema de Justicia, 1997; también Chelio
Luna-Pizarro, La capital de Pando, La Paz: Don Bosco, 1952. Una bibliografía
brasileña básica sobre el conflicto se encuentra en Víctor Hugo Limpias,
"La 'Columna Porvenir' hace un siglo. El Acre y la Batalla de Bahía".
En: Fundación Cultural Banco Central de Bolivia, Revista de la FCBCB, N° 20, La
Paz, 2002.
12. El conflicto terminó con la firma del Tratado de
Petrópolis (17.11.1903), por el cual Bolivia cedió a Brasil aproximadamente
191.000 km2 (García, 2001: 383).
13. Frances Yates. Ideas and Ideals in the North European
Renaissance. Londres, 1948. p.14.
14. P. Burke. Visto y no visto. El uso de la imagen como
documento histórico. Barcelona: Crítica, 2005.
15. Sobre este tema, ver Pilar García y Núria Sala i Vila
(coords.). La nacionalización de la Amazonía. Barcelona: Universitat de
Barcelona, 1998; Pilar García, Cruz y arado...; Pilar Gamarra, Ob. Cit.,
capítulo I.
BIBLIOGRAFÍA
BOLIVIA
Puerto Cobija. Territorio de Colonias, 1908 s/l, s/e.
BURKE, Peter
Visto y no visto. El uso de la imagen como documento
histórico. Barcelona: Crítica, 2005.
GAMARRA, Pilar
Amazonía Norte de Bolivia. Economía Gomera 1870 1940. La
Paz: Ediciones Cima, 2007.
GARCIA Pilar y Núria Sala i Vila (coords.)
La nacionalización de la Amazonía. Barcelona: Universitat de
Barcelona, 1998.
GARCÍA, Pilar
Cruz y arado, fusiles y discursos. La construcción de los
Orientes en el Perú y Bolivia. 1820 y 1940. Lima: IFEA-IEP, 2001.
LIMPIAS, Victor H.
"La 'Columna Porvenir' hace un siglo. Al Acre y la
Batalla de Bahía". Revista Fundación Cultural Banco Central de Bolivia,
año 6, N° 20. La Paz, 2002, págs. 28-36.
LUNA-PIZARRO, Chelio
La capital de Pando. La Paz: Don Bosco, 1952
MESSUTI, Hernán
La dramática desmembración del Acre. Sucre: Corte Suprema de
Justicia, 1997.
ROUX, Jean Claude
"Bolivia-Brasil: una confrontación histórica sobre la
placa geopolítica amazónica", en: Pilar García y Núria Sala i Vila
(coords.) La nacionalización de la Amazonía. Barcelona: Universitat de
Barcelona, 1998.
SECCO, Oscar
Los tiempos modernos y contemporáneos. Buenos Aires:
Kapelusz, 1969.
YATES, Frances Ideas and Ideals in the North European
Renaissance. Londres, 1948.
quisiera saber los apellidos de los primeros habitantes de puerto bahía.
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