Por: Rafaél Archondo – Periodista / Publicado en el periódico Página Siete, el 31 de agosto de 2014
La Guerra del Chaco no pescó ni a Bolivia ni a
Paraguay desarmados. Paraguay había comenzado su carrera armamentista en el año
25. Bolivia lo hace en el 28. Ambos países estaban fuertemente armados. (Julio
Irahola)
Tejiendo Bolivia - ERBOL
La Guerra del Chaco (1932-1935) fue el cimiente de
la nacionalidad boliviana. En ese "espejo ensangrentado”, como diría el
celebrado René Zavaleta, la patria miró su rostro por primera vez y sintió la
necesidad de cambiarlo. Vino entonces la Revolución Nacional.
Sin embargo, del Chaco y su armamento se ha hablado
muy poco. Acá aspiramos a llenar un poco ese vacío. Contamos con la palabra
experta de Ramiro Molina Alanes (RMA), suboficial de la Fuerza Aérea y amplio
conocedor de las batallas aéreas en esa época; y con Rodrigo Rosa (RR), el
hombre que mejor conoce la situación de los blindados. El diálogo se produjo en
ERBOL gracias al patrocinio de Julio Irahola (JI), historiador y gestor de
sendos encuentros nacionales para estudiar lo ocurrido en los albores del
nacionalismo. Aprendamos pues de sus voces.
P: ¿Estaba Bolivia preparada para la guerra?
JI: Ni bien lograron su independencia, Bolivia y
Paraguay comenzaron una serie de disputas sobre territorio, y a lo largo de los
años se fueron preparando. La Guerra del Chaco no pescó ni a Bolivia ni a
Paraguay desarmados. Paraguay había comenzado su carrera armamentista en el año
25. Bolivia lo hace en el 28. Ambos países estaban fuertemente armados.
RMA: Bolivia estaba adecuadamente preparada para
ese conflicto bélico. No olvidemos que en 1928 se firmó el contrato Vickers,
por el cual se adquirió gran cantidad de armamento de Inglaterra, tanto para el
Ejército como para la aviación. En cuanto a la aviación, teníamos los aviones
de caza más modernos y versátiles de la época. Debemos recordar que con la
creación de la Escuela Militar de Aviación en 1923 adquirimos primero material
de vuelo de industria francesa, que era muy pesado y lento. Por eso, gracias al
material Vickers, Bolivia entró a una nueva era, tenía aviones de mejor
maniobrabilidad, más veloces.
RR: En cuanto a la artillería e infantería, el
armamento alemán que se adquirió no era abundante, pero sí de muy buena
calidad. El principal de todos fue el fusil sistema Máuser. El resto del
armamento que adquirimos fue básicamente británico o francés. En el año 1911,
Bolivia compró artillería francesa de la marca Schneider. Como dijo Ramiro,
mediante el contrato Vickers nos aprovisionamos con una importante cantidad de
armamento inglés.
Las últimas adquisiciones de artillería para la
Guerra del Chaco son para la lucha antiaérea y se adquieren en Suiza. Se optó
por comprar lo mejor disponible en el mercado en ese momento. Fue el caso de
los blindados. El tanque Vickers fue un arma muy importante en el desarrollo de
la doctrina blindada alemana, británica y soviética.
RMA: En cuanto a los aviones, se fabricaron
específicamente para la altura en la que se encontraba la Escuela Militar de
Aviación de El Alto. Por eso se les decía que eran de "tipo boliviano” y
cuando fueron desplazados a las llanuras del Chaco, su desempeño fue excelente
por encontrarse casi al nivel del mar. Los problemas para la aviación eran las
pistas de aterrizaje en el Chaco, donde la arena se incrustaba en el motor y
causaba algunos daños. En época de lluvias, se anegaban y no permitían el
despegue o aterrizaje adecuado. Por eso hubo algunos accidentes durante la
guerra.
P: Me imagino que algo similar pasaba con los
tanques…
RR: Sí, tuvieron problemas serios de adaptabilidad
al terreno. Fueron dos modelos los que operamos los bolivianos. Uno de ellos
eran las tanquetas pequeñas de marca Harden-Loyd, que tenían un grave defecto,
y es que el motor se encontraba dentro del vehículo, entre ambos tripulantes;
entonces, todo el calor que generaba la operación del motor se transfería al
habitáculo de los operantes, y dentro del blindado la temperatura podía
elevarse muy fácilmente a más de 60 grados centígrados.
P: Se convertía en un horno…
RR: Así es. El otro problema de estos blindados es
que, esta tanqueta que normalmente venía equipada con un motor Ford Modelo T,
que te da unos 20 caballos de fuerza, a pedido específico de Bolivia, vino con
un motor británico más grande marca Meadows, que daba casi 40 caballos de
fuerza. Entonces, era mucho más potente y por lo tanto generaba mucho más
calor. Además, teníamos el problema de que la marca Meadows no tenía presencia
en Bolivia, así que nuestros mecánicos tenían graves problemas para mantener estos
vehículos en funcionamiento.
P: ¿Cómo funcionaron los tanques Vickers?
RR: Eran más grandes. Para ellos se pidieron
accesorios específicos para el Chaco, como que el filtro de aceite y el filtro
de aire fueran externos para mejorar el enfriamiento, o que dentro del tanque
hubiera un contenedor de agua potable para la tripulación. También se pidieron
unas cuchillas para derribar obstáculos en el trayecto. Eran accesorios muy
importantes, pero se tenía el problema de que el compartimiento de la tripulación
tampoco tenía ventilación. Entonces, una vez que el tanque se cerraba, los
tanquistas se cocinaban vivos. Los reportes del suboficial Juan Saavedra Achá,
uno de los sobrevivientes, que estuvo en la guerra desde 1932 hasta 1935
señalan que si él no hubiese obligado a su tripulación a llevar tres
caramañolas de agua por cada uno, para bañarse dentro del tanque, hubieran
tenido que retirarse muy rápidamente del combate.
P: ¿Cómo estaba el balance en las manos de los
soldados?
RR: Bolivia arranca la guerra con una ametralladora
liviana que es la Matzen. Es exactamente la misma que adquiere el Paraguay. La
diferencia es que para 1933, ellos llegan a adquirir más de 500 y Bolivia sólo
100. Entonces, arrancamos la guerra con la ametralladora Vickers y algunos ejemplares
de Colt, el mismo modelo adquirido por Paraguay. Ellos ya usaban desde antes la
Maxime, que es la antecesora directa de la Vickers. Como ya dije, Bolivia
compra el fusil Máuser checo, y Paraguay, el máuser español, que tienen el
mismo sistema. La única diferencia es que Bolivia opta por una versión corta.
Pero básicamente estábamos comprando el mismo tipo de armas.
¿Dónde nos sorprende Paraguay? En la compra de los
morteros. Era un arma que Bolivia no había considerado. Paraguay compra 24
antes de comenzar la guerra, y 12 apenas comenzada la guerra. En números,
teníamos casi la misma cantidad de bocas de fuego. Bolivia había recibido casi
60 de los 96, es decir, tenía más de 100 cañones comprados a Vickers. Paraguay
tenía 32 cañones Schneider, además de 32 morteros. Estamos hablando de una
potencia de fuego similar. Sin embargo, el mortero era un arma mucho más
versátil para el Chaco, más transportable, más adecuada por la capacidad de
tiro curvo.
Entonces, comenzamos la guerra muy parejos. Mucho
se habla, en Paraguay sobre todo, de que fueron a la guerra armados con palos y
machetes, pero si vemos bien los números, Bolivia había comprado 35.000 fusiles
Máuser, y Paraguay, 27.000 . Nosotros teníamos cerca de 750 ametralladoras,
entre livianas y pesadas, y el Paraguay más o menos la misma cantidad.
P: Las mismas bocas de fuego, pero ellos con
morteros, que eran más adecuados. ¿Hubo otro factor de desequilibrio?
RR: Bolivia opta por equiparse con una mejor
aviación y comprar tanques. De su lado, el Paraguay compra dos poderosas
cañoneras para vigilar los ríos. El impacto de éstas fue mucho más importante
que la aviación o los tanques, porque nos mantuvo lejos del rio Paraguay, que
era nuestro objetivo estratégico.
P: ¿Cómo eran esas cañoneras?
RMA: Era un barco armado con cuatro cañones de alto
calibre, otros cañones más livianos y artillería antiaérea. El alcance de los
cañones paraguayos es de más de 12 kilómetros. Nosotros no teníamos ninguna
embarcación para hacerles frente, y en consecuencia fracasaron nuestros planes
de hacer la guerra sobre el rio Paraguay. No eran, además, las dos únicas
unidades navales paraguayas. Tenían dos navíos de guerra artillados y otra
serie de embarcaciones menores también artilladas que prácticamente nos obligan
a hacer la guerra pegados al Pilcomayo.
P: Hablemos ahora de los aviones…
RMA: También fue parejo el balance aéreo. Cuando se
inició la Guerra del Chaco, el 17 de julio de 1932, partieron de la base aérea
de El Alto hacia Muñoz los 10 aviones que teníamos. El Paraguay casualmente
tenía también 10 aviones, pero los de ellos eran de industria francesa. Nuestra
ventaja fue que a partir de enero de 1933, adquirimos el material Curtis de
Estados Unidos. Ahí se hizo la diferencia, porque para Bolivia llegaron 32 aviones.
Hemos comprado los mejores de la época, que eran los Curtis-Hawke, los más
veloces y modernos del momento. Entonces, teníamos 20 aviones Curtis, cuatro
Falcon y de Alemania compramos, a través del Lloyd Aéreo Boliviano, tres
bombarderos livianos Junkers K-43.
De esta manera, tuvimos en el Chaco, no la
supremacía, pero sí cierta superioridad aérea que lamentablemente no supimos
aprovechar por culpa de la doctrina del ejército en esa época. No debemos
olvidar que apenas empezó la guerra, el entonces teniente coronel Bernardino
Bilbao Rioja, que había estudiado en Chile e Inglaterra, propuso la destrucción
masiva de los puertos sobre el río Paraguay, incluyendo los puertos de
Concepción y de Asunción, pero Bilbao Rioja tuvo problemas con el general Quintanilla
y tuvo que dejar la aviación para hacer su traspaso a una unidad terrestre.
P: ¿Es verdad que en el Chaco se produjo el primer
duelo aéreo de la Historia?
RMA: Sí, y no sólo eso, también el primer combate
aero-naval. El 24 de diciembre de 1932, dos aviones bolivianos que casualmente
estaban patrullando por ahí, se encontraron con una de las cañoneras
paraguayas. En ese momento no tenían bombas, porque habían estado incursionando
a objetivos terrestres, así que la ametrallaron. Causaron bastante daño. Sin
embargo, no se consideró, no sé por qué, que para neutralizar los objetivos
navales podría haberse organizado una formación estratégica para destruir
completamente esas unidades. Yo creo que no lo hicimos por la ausencia de una
doctrina de la aviación en esa guerra.
P: ¿Cómo operaron los tanques, ya en las batallas
concretas?
RR: Nanahua fue importante, porque fue la primera
vez que juntamos todos los blindados que teníamos en un solo lugar. Hasta ese
entonces se habían utilizado de forma aislada. Comenzamos muy temprano. Las
tanquetas se usaron ya durante los intentos de ruptura del cerco de Boquerón.
Se enviaba una tanqueta aislada sin infantería, pensando que su sola presencia
iba a hacer correr a los paraguayos, lo cual nunca ocurrió. Por eso, Nanahua
fue importante, porque por primera vez se crea el destacamento de blindados.
P: ¿Cuántos quedaron alineados?
RR: Cinco. De acuerdo a los reportes de exportación
a los que he tenido acceso en Inglaterra, teníamos ocho, es decir, cinco
tanquetas y tres tanques. De esas cinco, sólo dos se habían enviado al Chaco y
dos se habían conservado para la escuela, lo cual nos deja con cinco vehículos
en el Chaco. Por problemas mecánicos, una de las tanquetas no entra en acción a
las ocho y media de la mañana como estaba previsto, entonces comenzamos el
combate con cuatro blindados. Si uno revisa las órdenes que reciben los
tanquistas, básicamente se les dijo: "Actúen de acuerdo a la situación”.
Es decir, no se les da un objetivo claro, se divide a los blindados en dos
flancos. Tampoco entiendo por qué dado que la doctrina mundial de tanques, ya
desde la Primera Guerra Mundial, apuntaba hacia su uso en masa. Tendrían que
haber entrado los cinco en conjunto para abrir una brecha que pudiera ser
explotada por la infantería. Pero esto no ocurre, se les da objetivos vagos,
mientras Paraguay estaba ya anoticiado de la presencia de los blindados, es
decir, tenían maquetas desde su llegada al puerto de Arica y habían fortificado
Nanahua de forma adecuada. Ellos plantan más de 300 minas terrestres frente a
las posiciones bolivianas. Se cavan zanjas antitanques para impedir el acceso
en áreas que se consideraban vulnerables, y finalmente es una de estas minas la
que destruye uno de estos tanques y una de estas zanjas, la que detiene a una
de nuestras tanquetas. Entonces perdemos, porque los tanques simplemente
merodeaban por el frente viendo que es lo que podían hacer. De la tanqueta
perdida se conoce muy poco, porque aparentemente después de acabar encajada de
nariz en la zanja, los bolivianos la incendiamos, mientras nos retirábamos
porque era imposible recuperarla. Y el tanque se hizo famoso, porque tanto
bolivianos como paraguayos peleamos durante tres días por tenerlo. Al amparo de
la noche, los paraguayos se posicionaban del vehículo y en cuanto salía el sol,
los bolivianos corrían a tiros a todo aquel que se encontrara cerca.
R: ¿Hubiera sido posible recuperar alguno?
RR: Sólo si hubiéramos podido aproximar otro tanque
para enganchar. Los Vickers contaban con cables de remolque, pero éste queda
inmovilizado a menos de 60 metros de las trincheras paraguayas. Cuando los
bolivianos empiezan a cavar un zanja en el tanque con la idea de que un grupo
de zapadores se infiltre y lo enganche en un cable, los paraguayos, anoticiados
del peligro, le ponen explosivos debajo y lo hacen volar. Así perdimos el
segundo blindado de Nanahua. Este se hizo famoso, porque la torreta que se
recupera después de la explosión estuvo en exposición durante varios años en el
Ministerio de Defensa de Asunción. El año 94 fue devuelta a Bolivia y está
ahora en el museo del Colegio Militar.
Bolivia arranca la guerra con una ametralladora
liviana que es la Matzen. Es exactamente la misma que adquiere el Paraguay. La
diferencia es que para 1933, ellos llegan a adquirir más de 500 y Bolivia sólo
100 (Rodrigo Sosa).
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