EL GOLPE QUE IRRUMPIÓ TRAS EL LOGRO DIPLOMÁTICO ANTE CHILE

Por: Rubén Ariñez / Este artículo fue publicado originalmente en el diario La Razón, 1 de noviembre de 2014.

El golpe militar de Alberto Natusch Busch se produjo tras el respaldo de la Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA) en favor de la demanda marítima de Bolivia, un logro diplomático ante Chile que pudo ser empañado por esa acción que duró 15 días.
A las 02.30 del jueves 1 de noviembre de 1979, tropas militares y carros de asalto tomaron las calles de La Paz. Dos horas más tarde los uniformados se apoderaron del Palacio de Gobierno y el Ministerio del Interior. La inestabilidad política del país y el intento del presidente Wálter Guevara de permanecer en el poder allanaron el camino del nuevo gobierno de facto.
El día anterior, el país había celebrado la “Declaración de la Paz” que emanó del cónclave que reunió a 27 representantes de la región y que declaró la demanda marítima boliviana de “interés hemisférico permanente”. La Resolución 426 tuvo 25 votos a favor, ninguno en contra; Chile y Paraguay se abstuvieron por abandono.

Soberanía. El documento recomendó a los “Estados a los que este problema concierne más inmediatamente, que inicien negociaciones encaminadas a dar a Bolivia una conexión territorial libre y soberana con el océano Pacífico” y además fijó la consideración del “informe sobre el problema marítimo de Bolivia” en las próximas reuniones hemisféricas.
Desde entonces fueron 11 resoluciones hasta 1989, puesto que desde 1990 el país presenta informes sobre el estado del reclamo a Chile. En ese escenario, el del centenario de la pérdida del Litoral, se gestó la primera victoria diplomática del país de la histórica demanda de acceso al Pacífico ante un organismo internacional, cualidad que el país perdió tras la invasión por parte de Chile del puerto boliviano de Antofagasta (14 de febrero de 1879).
Según los datos consignados en los diarios nacionales de esa fecha, Natusch Busch no percibió la dimensión de este hecho. Ni la fiesta que se armó al finalizar el evento, menos la diablada que llegó desde Oruro para bailar junto a las delegaciones sobre los adoquines de la avenida Arce y en puertas del cinco estrellas Sheraton fueron señal suficiente. Tampoco tuvo efecto la advertencia del secretario de Estados Unidos, Cyrus Vance, “quien, sensible al momento político”, advirtió que su gobierno “no toleraría un golpe de Estado”. El mensaje “directo” fue para el coronel Natusch y Guillermo Bedregal, este último un hombre de confianza del expresidente Víctor Paz Estenssoro, líder del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), quien según reseña La democracia bajo fuego (1979-2005) de Ricardo Sanjinés, se manifestó contra el golpe cuando era “un secreto a voces” que los golpistas recibieron su respaldo.
Paz Estenssoro señalaría: “El objetivo de fregar a Guevara lo hemos cumplido”. “Aunque (...) Guevara no tuvo tiempo para mucho (gobernó solo tres meses), pues consagró sus energías para la realización de la Asamblea General de la OEA, a realizarse en La Paz al finalizar octubre”, relata el periodista Sanjinés en su texto.
Según el diario Presencia del 24 de octubre de ese año, Vance expresó el apoyo de su país a “una resolución en pro de las aspiraciones de Bolivia con respecto a una salida al mar”, mientras que Chile, como lo hace ahora con La Haya, no reconoció la competencia de la OEA.

EL MAR EN EL CÓNCLAVE

Tema 19
La demanda boliviana fue el tema 19 en las plenarias de la Asamblea de la OEA y la expuso el subsecretario general de Relaciones, Alfredo Jiménez Carranza, quien leyó un documento de 20 carillas.
Cambios
El argumento boliviano precisaba que “los tratados, como todos los actos humanos, son susceptibles de cambio y revisión para acomodar las cosas a las realidades contemporáneas (...) se dirige a lograr la modificación de los Tratados”.

GUEILER EMERGIÓ EN MEDIO DE LA CRISIS

El gobierno de facto de Alberto Natusch Busch propició a que la silla presidencial fuera ocupada por la primera mandataria del país, Lydia Gueiler Tejada, que antes del periodo de facto presidió la Cámara de Diputados. Natusch le había ofrecido, días antes, a la legisladora “el cogobierno”. Gueiler rechazó: “Treinta años de lucha no los voy a tirar transando con un golpista”, dijo. El militar no sabía que las dos fuerzas mayoritarias del Congreso, la Unidad Demócrata Popular (UDP) de Hernán Siles Suazo y el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) de Víctor Paz Estenssoro, “negociaban” una salida al laberinto que no consideraba al destituido presidente Wálter Guevara y mucho menos a Natusch, según relata Ricardo Sanjinés en el texto La democracia bajo fuego (1979-2005).
A las 20.00 del viernes 16 de noviembre un canal televisivo transmitió el recorrido de Lydia Gueiler del Congreso al Palacio de Gobierno. La crisis había llegado a su fin. Sanjinés precisa que nunca se estableció si los muertos de Todos Santos fueron 30, como dijo el Gobierno de 15 días o 300, como se supo después.
En la fotografía: Tropas. Militares irrumpen cerca de la plaza San Francisco, donde miles de civiles protestaban contra la acción militar.
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