EL SEGUNDO DE INFANTERÍA, LEALTAD Y VALOR (AMARILLOS O K'ELLU RUNAS)

El Segundo de Infantería, acantonado en la actualidad en la ciudad de Sucre y con el mismo denominativo, supo mostrar a lo largo de la historia nacional su lealtad con la patria y dio muestras de valor y heroísmo durante su participación en la Guerra del Pacífico, a la cual asistió tras el llamado que hizo el presidente Hilarión Daza, en 1879.
El coronel Julio Díaz Arguedas, en su libro Regimiento 2º de Infantería, reseña la historia de este bizarro contingente militar que supo demostrar lealtad con la causa independentista y posteriormente con la consolidación de la nación.
“Sobre la base de las tropas que habían luchado en favor de la independencia altoperuana, el presidente Sucre organizó la segunda unidad de infantería con un efectivo de dos jefes, 30 oficiales, un cirujano, un capellán y 800 individuos de tropa, formando ocho compañías”, describe.
A esta nueva unidad, el libertador Antonio José de Sucre lo denominó Batallón No. 2 de Bolivia, siendo sus organizadores el coronel Anselmo Ríos y el teniente coronel José Ballivián, que posteriormente llegó a ser presidente de Bolivia. En sus filas de oficialidad destacaban Gregorio García Lanza, prócer de la independencia, “además de oficiales como Belzu, Prudencio, Deheza y otros subalternos que en el correr de los años llegaron a ocupar puestos de expectación en el Ejército y fueron generales de la República”.
Como primera tarea asignada a la nueva unidad fue la de consolidar la independencia de los valles de Totora y Vallegrande, dando fin a la presencia de las tropas españolas que aún continuaban en tierras americanas, la misión fue cumplida a cabalidad por el Batallón Constitucional como llegó a denominarse en esos primeros años del naciente país.

En 1849 fue reorganizado y pasó a denominarse el Batallón Granaderos 2º de la Guardia, luego Manuel Belzu lo tuvo como su guardia presidencial bajo el nombre de Chorolque. En esa época fue reconocido por la firmeza y valor de sus integrantes, que ante cualquier intento de rebelión actuaba de inmediato. El solo hecho de saber que “el Chorolque estaba en camino hacía que los sublevados huyeran en desbandada”,apunta el escritor.
El Chorolque luchó por consolidar a la nación durante varios gobiernos, también fue reorganizado en cuatro oportunidades y es recordado a finales de 1871 por la lucha que entabló el Batallón
Verdes, como era conocido en esa época por su uniforme, contra el dictador Mariano Melgarejo, saliendo victorioso dirigido por su jefe, Severino Zapata, que años después fue héroe de la Guerra del Pacífico.

VALOR Y HEROÍSMO EN LA GUERRA DEL PACÍFICO

“El presidente (Hilarión) Daza reorganizó el Ejercito creando nuevas unidades tanto en el norte como en el sur, con tal objetivo fueron refundadas las columnas de policía de Potosí y Sucre, las que aumentadas con 150 jóvenes, reclutados en esta última ciudad, pasaron a constituir una unidad del Ejército con la denominación de Batallón Sucre 2º de la Guardia. Sus efectivos no pasaban de unas 400 plazas y su jefe era el coronel Prudencio Niño de Guzmán”, describe Díaz en el texto.
Debido a que su uniforme consistía en una funda blanca, chaqueta amarilla, pantalón blanco con tira amarilla, abarcas y la clásica sabana, de uso en todo el Ejercito, el pueblo denominaba a esta unidad Batallón Amarillos, nombre con el que pasó a la historia después de la Guerra del Pacífico, en la que supo distinguirse rivalizando en gloria y heroísmo con el renombrado Batallón Colorados.
Los Amarillos, durante la Batalla del Alto de la Alianza, ocuparon el ala izquierda, donde se concentró la mayor fuerza de ataque chilena, pero también la mayor resistencia de las tropas aliadas.
“En aquel punto, situado a una milla de distancia, acababa de entrar en acción la infantería. El bravo e incomparable Batallón Sucre 2º de Línea comenzaba a escribir con su sangre y sobre la arena calcinada de aquel desierto abrumador.
La epopeya más gloriosa que acaso registran las páginas de nuestra historia”, resalta el historiador boliviano.

Fragmento de la nota publicado por el periódico Cambio el 23 de agosto de 2015.


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