OCTAVIO 0’CONNOR D’ARLACH

Por Eduardo Trigo O’Connor d’Arlach / Publicado en el periódico El País de Tarija el 28 de agosto de 2016.

Octavio O’Connor d’Arlach fue un notable intelectual. Educador, historiador, periodista y escritor; también un apasionado luchador en favor de los intereses nacionales y los de su terruño.
Nació en Tarija el 7 de mayo de 1889, hijo del patricio Tomás O’Connor d’Arlach y Aurora Velasco Arce. Hizo sus primeros estudios en su ciudad natal y los de secundaria en el Colegio San Calixto de La Paz donde obtuvo el título de bachiller. Los estudios profesionales los realizó en la Universidad de Ginebra (Suiza) que le otorgó el título profesional en Derecho y Ciencias Sociales. Permaneció varios años en Europa, estada que le permitió incrementar su bagaje cultural y perfeccionar su dominio del idioma francés. Estudió, además, latín, inglés, italiano, alemán y ruso.
A su retorno al país fue Profesor en el Colegio Nacional San Luis, luego tuvo un breve paso por la política boliviana. Militó en el Partido Nacionalista del que era jefe el Presidente Hernando Siles que congregaba a jóvenes intelectuales. En 1927 fue elegido diputado por las provincias Gran Chaco y O’Connor investidura desde la cual formó parte de la brigada parlamentaria tarijeña que logró en 1929 la aprobación de la ley de las regalías departamentales sobre la producción de hidrocarburos, norma que dio lugar al desarrollo económico y social de la región. Cabe destacar las brillantes exposiciones que tuvo, entre otras las que llevó a cabo para evitar la ratificación del tratado de límites con la República Argentina que determinó que Bolivia perdiera el cantón Toldos que pertenecía al departamento de Tarija.

Desarrolló una destacad actividad en el periodismo local como redactor, comentarista y director, entre otros en los órganos “Claridad”, “Adelante”, “Avaroa”, “La Democracia” y “La Defensa Nacional”1. 
Fue un asiduo colaborador del diario “Presencia” de La Paz con trabajos literarios y de historia.
O’Connor d’Arlach impulsó la creación de instituciones de carácter social y de servicio. Entre otras junto a Rosendo Estenssoro Dávalos, fundó el Círculo de Bellas Artes que dio impulso a la vida cultural al ofrecer a la sociedad tarijeña veladas artísticas, conferencias, recitales y actuaciones teatrales. Este Círculo editaba la revista “Letras” que se imprimía en la sede del gobierno, y contaba con importantes colaboraciones.
En 1943 junto a otros intelectuales, entre ellos Federico Ávila, Raúl Pacheco Morales, Jorge Paz Rojas y Franz Ávila del Carpio fundó la Sociedad Geográfica y de Historia que editaba la revista del mismo nombre. Fundó la Alianza Francesa, el Instituto Cultural Boliviano Alemán y el Rotary Club. Con depurado estilo produjo trabajos literarios referidos, particularmente, a su tierra natal; entre ellos “Crónicas Chapacas”, “Los Domingos en la Hacienda”, “Paisajes Tarijeños” y “Las Maravillosas Tierras del Bermejo”.
Su obra histórica sobresaliente es el “Calendario Histórico de Tarija” libro fundamental para la investigación del pasado regional. Su edición tuvo lugar en 1975con motivo de la celebración del sesquicentenario de la creación de la República de Bolivia.
Al analizar la producción literaria del intelectual, el escritor Wilson Mendieta Pacheco considera que Octavio O’Connor d’Arlach es el “Patriarca de la Cultura Tarijeña”. Dice: “Historia, ensayo, cuento obtuvieron singular cultivo del talentoso e infatigable cultor de las letras chapacas, mientras brillaba en la cátedra por su erudición y su alto humanismo. Medio siglo, sencilla y modestamente dedicados a impulsar la cultura del sur del país” 2
En 1939, los maestro de Tarija reunidos en Gran Asamblea pidieron que nuestro biografiado fuera designado por el Ministerio de Educación, Jefe del Distrito Escolar, función desde la cual llevó a cabo una ardua labor en favor de la instrucción pública.
En 6 de junio de 1946 un grupo de destacados intelectuales dio nacimiento a la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho. El rectorado de la novel institución fue confiado a Federico Ávila y Ávila quien renunció semanas después. Ante la renuncia de Ávila, Octavio O’Connor d’Arlach asumió el cargo de Rector el 23 de agosto del mismo año, fue el primer Rector democráticamente elegido por el Claustro Universitario, función que la ejerció por ocho años consecutivos, tiempo en el cual logró la consolidación y progreso de esa Casa de Estudios Superiores. Creó la Facultad de Finanzas, la Biblioteca Universitaria, la revista Universidad. Regentó las cátedras de Derecho Romano y Filosofía del Derecho en la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales. Escribió un tratado de Derecho Romano y tradujo del italiano escritos de Giorgio del Vechio, con quien mantenía estrecha relación. Desde la cátedra coadyuvó a la formación de nuevos profesionales con sólida formación y muchos de ellos se destacaron en el ámbito nacional.
El rector Mario Ríos Araoz al valorar la misión cumplida por Octavio O’Connor d’Arlach, entre otros conceptos expresó: “Desde su incorporación a la comunidad universitar1a, como profesor fundador y primer Rector democráticamente elegido, puso al servicio de la Universidad unos hombros fuertes pese a su aparente fragilidad, una cabeza clara y unas manos limpias. Atendió con esmero importantes funciones del quehacer universitario, defendió con civismo los intereses del terruño y de la Patria, nos ilustró y deleitó con su palabra y pluma, pero hay otras dimensiones que no se pueden medir, tales como la lealtad a la tarea impuesta, la jubilosa alegría ante los más buscados logros, su comprensión genuina de las aspiraciones sociales, su confianza en el régimen de la bondad que fue su rectorado, el diálogo continuo que abrió cauces a la juventud, su depurado amor a la Universidad.
“Enseñó a los estudiantes la importancia que para la humanidad tienen los altos valores del espíritu, les alentó a desterrar las angustias de sus corazones y enfrentarse al futuro con confianza y decisión. Enseñó a conocer y a querer más al país y con su palabra y vida dio lecciones de humanidad, de moderación, de tolerancia y de serenidad. Su genio le hizo ver ciencia, humanismo y cultura bajo un mismo dictado… Este hombre fue inteligente hasta la bondad, generoso hasta el altruismo, sencillo hasta la humildad”.
Recibió numerosos reconocimientos y distinciones, entre otros la condecoración de “Las Palmas Académicas” de Francia, la condecoración “Rosa de Francia” conferida por los profesores de francés en Bolivia y la “Medalla de la Orden de la Educación de Bolivia”. En 1955 viajó a Estados Unidos de América invitado por la Secretaría de Estado país en el que visitó varias universidades. En San Francisco el profesor Ronald Hilton, director de “Tribuna Hispanoamericana” le hizo cuatro reportajes que se transmitieron por “La Universidad del Aire”. Fue declarado Ciudadano Honorario por la ciudad de Nueva Orleans. La Academia Adriática de Milán (Italia), le nombró Miembro Honorario
Murió en Tarija el 11 de febrero de 1979.
1 Véase Bernardo Trigo Pacheco: “Las Tejas de mi Techo, Páginas de la Historia de Tarija”, Pág. 242. Editorial Universo, La Paz 1939
2 Wilson Mendieta Pacheco: “Octavio O’Connor d’Arlach, Patricio de la Cultura Tarijeñas” publicado en Cántaro, suplemento cultural del diario “El País” Nº 267 de 20 de julio de 2003

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