Santa Cruz - Bolivia / Mi Santa Cruz de antaño
Publicado el periódico El Día, el 24 de Septiembre, 2009.
El cabildo del 24 de septiembre de 1810 fue el primer
pronunciamiento cruceño contra el yugo español. Allí empezó la lucha de 15 años
hasta que Bolivia logró libertad en 1825. El 24 de septiembre de 1810 Santa
Cruz dio el primer paso hacia su liberación. Aquel día se produjo el primer
aporte de los cruceños al proceso de emancipación americana, pues se llevó a
cabo un Cabildo donde se nombró la Junta Gubernamental y destituyó al entonces
gobernador Pedro José Pimentel.
El plan de Gobierno a establecerse era el mismo de
Chuquisaca y La Paz. Es así que después de los sucesos de Chuquisaca llegaron a
Santa Cruz, el cruceño, doctores, Antonio Vicente Seoane y Juan Manuel Lemoine.
Buscaban expandir las ideas revolucionarias y para ello formaron un partido que
integraron también el padre José Andrés Salvatierra, el coronel Antonio Suárez
y otros luchadores.
Cuando ya todo estaba listo arribaron el emisario Eustaquio
Moldes de la Junta de Gobierno de Buenos Aires y D. Melchor Pinto de
Cochabamba, estallándose de esta forma el primer pronunciamiento cruceño por la
independencia.
El movimiento estalló el 24 de septiembre de 1810, con el
amotinamiento de las milicias, la destitución del gobernador, Pedro José Toledo
Pimentel y el llamado al pueblo para concurrir al Cabildo Abierto y constituir
la Junta Gubernamental, relata el investigador Hernando Sanabria.
Ese 24 de septiembre Santa Cruz celebraba el día de “Nuestra
Señora de las Mercedes”, por lo que la mayor parte de los ocho mil habitantes
que vivían en el pueblo estaba reunida en la Plaza de Armas celebrando esa
festividad religiosa. La concentración de los cruceños fue aprovechada para
realizar el Cabildo Abierto donde se determinaron las primeras acciones por la
independencia.
Se conformó la Junta Gubernamental compuesta por tres
cruceños, el abogado Antonio Vicente Seoane, el sacerdote José Salvatierra y el
coronel Antonio Suárez. También se acordó deponer a las autoridades despóticas
del Rey de España y sustituirlas por criollos que traten con igualdad y justicia
a todos los pobladores, además dio libertad a las autoridades realistas
depuestas, siempre y cuando no atenten contra la nueva junta de gobierno,
pudiendo éstas radicar y trabajar en el pueblo o regresar a España.
La primera medida de la Junta fue liberar a los esclavos
negros del Tao y después redactar el Acta de Pronunciamiento del Cabildo
Abierto. Esta Junta Revolucionaria detentó el mando político de la Intendencia
de Santa Cruz hasta octubre de 1811, fecha en que retornó a manos de los
realistas.
El 24 de septiembre de 1810
A caballo entre los siglos XVIII y XIX Santa Cruz de la
Sierra era un pequeño núcleo urbano con escasa o ninguna gravitación en la vida
político-administrativa de la Audiencia de Charcas, de difícil acceso por las
enormes distancias (estaba lejos de cualquier parte) y la ausencia de caminos.
Los cruceños de esta época –que vivían con el arado en una mano y el fusil en
la otra.
El 24 de septiembre de 1810 se produjo en la ciudad de Santa
Cruz de la Sierra un movimiento subversivo por el cual esta ciudad decidió
incorporarse a la corriente revolucionaria iniciada en Chuquisaca el 25 de mayo
de 1809. Esta actitud se materializó con el amotinamiento de las milicias, la
destitución de las autoridades coloniales, la convocatoria a un cabildo abierto
y la constitución de una Junta Gubernamental. Se trata de un largo y penoso
proceso que durará quince años.
El ambiente revolucionario iniciado en Chuquisaca en 1809 se
extendió como reguero de pólvora a los lugares más recónditos de la Audiencia
de Charcas. A poco tiempo del 25 de mayo llegaban a Santa Cruz de la Sierra
Vicente Seoane y Juan Manuel Lemoine, como emisarios del movimiento
revolucionario chuquisaqueño; asimismo, como emisario de la Junta de Gobierno
de Buenos Aires arribó el capitán Eustaquio Moldes. La labor de estos emisarios
fue efectiva y rápida; el movimiento estalló el 24 de septiembre de 1810,
conformándose una Junta de Gobierno que estaba compuesta por el cura José
Andrés Salvatierra, el Dr. Antonio Vicente Seoane y el coronel Antonio Suárez.
La documentación no es muy clara con respecto a la actuación de esta Junta, que
tuvo una vida azarosa y efímera.
A simple vista pareciera que las condiciones no estaban
dadas para que estallara una rebelión contra el poder español. Entonces, ¿qué
fue lo que llevó al 24 de septiembre de 1810? Pareciera que la causa habría que
buscarla en ese desorden doctrinal que reinaba en todas las colonias. La unidad
del imperio español se basaba en la nacionalización de las ideas universales de
la cristiandad. El discutir su validez tenía forzosamente que provocar su
ruptura: perdida la unidad doctrinal se hundía la unidad política. Un imperio
como el español, tan diverso y múltiple en lo económico, en lo geográfico, en
lo étnico, sólo puede mantenerse unido cuando existe un modo de entender la
vida esencialmente similar. Si se pierde la conciencia histórica o se empieza a
disputar sobre la razón de ser que le ha dado origen y sobre el destino que
debe cumplir, no hay duda que tiene necesariamente que descomponerse. Así,
pues, se plantea una profunda crisis en el mundo hispánico, que quiere ser otra
cosa, que en definitiva es querer dejar de ser.
Alcides Parejas Moreno
Ellos gestaron la libertad
José Manuel Baca “Cañoto”
El guerrillero José Manuel Baca “Cañoto”, gallarda figura en
los años de lucha junto a Warnes, Mercado y Arenales. Fue poeta y músico.
Siendo jefe de Montoneros, llegaba el jinete en las noches cruceñas a cantar
trovas irónicas compuestas por él, dedicadas al gobernador brigadier Francisco
Javier Aguilera. Luego se alejaba agarrando riendas, guitarra y fusil. Actuó en
Argentina al mando del general Güemes, mereciendo citaciones honrosas; murió en
el año 1854 en Jitapaqui (Andrés Ibáñez). Nació en Santa Cruz, el 10 de diciembre
de 1790. Tomó parte activa en el movimiento insurgente estallado en la misión
de Membiray en 1810. Regresó a su ciudad para enrolarse en la milicia patriota
de Ignacio Warnes. Bajo su orden, combatió en Chiquitos que culminó en la
victoria de Santa Bárbara (1815) y en El Pari. Quedó de él una veintena de
poesías y dos composiciones musicales en el antiguo ritmo del yaraví.
José Manuel Mercado
Fue conocido como “El Colorao”, por lo tostado de su piel,
cabello y barba pelirrojos; fue un valiente patriota cruceño durante la Guerra
de la Independencia; acompañó a Warnes a su llegada a Santa Cruz, en 1813;
intervino, con Cañoto y Warnes, en las batallas de Florida y El Pari, al mando
de la caballería. En 1815 fue gobernador interino de Santa Cruz, mientras
Warnes se dirigía a Chiquitos a enfrentar una fracción realista. Después de la
muerte del patriota, Warnes hizo su fuerte en el paraje “Saipurú” que lo
constituyó en su republiqueta, desde donde dirigía sus operaciones
guerrilleras. Nació el 14 de marzo de 1782 en San Lorenzo, Santa Cruz. En 1809
estuvo en La Paz, pasó al Perú, y como lugarteniente del coronel José Ignacio
Warnes, Gobernador Intendente de Santa Cruz. José Manuel Mercado “El Colorao”
ejerció la comandancia de la caballería cruceña: en Florida (1814) Santa
Bárbara (1815) y el Pari (1816).
Antonio Vicente Seoane
Antonio Vicente Seoane fue enviado desde Charcas hasta Santa
Cruz de la Sierra junto a Juan Manuel Lemoine para propagar las ideas de
rebelión contra la corona española y lograr la independencia. El golpe se
produjo por la tarde del 24 de septiembre de 1810, con el apresamiento del
gobernador Pedro José Toledo Pimentel y en el Cabildo Abierto. Éste determinó
la formación de una Junta de Gobierno patriota, conformada por el coronel
Antonio Suárez, Seoane y el padre José Andrés Salvatierra. La Junta se mantuvo
pocos meses, siendo luego reprimido el movimiento independentista sangrientamente.
En 1825, es decir, 15 años después, el Dr. Antonio Vicente Seoane fue elegido
diputado ante la Asamblea Constituyente convocada por el Mariscal Sucre para la
creación de la República. De ese modo participó en la creación de la República
de Bolivia.
José Andrés Salvatierra
José Andrés Salvatierra fue conversor de indios chiriguanos
desde la misión San Miguel de Membiray. Luego ejerció como un sacrificado
soldado de la emancipación de la patria. Formó parte de la Junta Revolucionaria
de Gobierno de Santa Cruz, instituida el 24 de septiembre de 1810, donde estuvo
con otros líderes de las luchas libertarias como el coronel Antonio Suárez y el
doctor Antonio Vicente Seoane. En su larga carrera pública desempeñó altas
comisiones políticas y administrativas, como la de Diputado Nacional, Senador y
Consejero de Estado. Con la retoma realista de 1811, el sacerdote fue tomado
prisionero. La entrada de Belgrano al país con su ejército auxiliar lo
favoreció, y salió libre en 1812. Salió del país y luego volvió en 1825.
Retomando su misión religiosa, constituyó el templo de San Roque, ícono de
Santa Cruz. Falleció en 1862.
Antonio Suárez
Este personaje tomó notoriedad en el golpe revolucionario
del 24 de septiembre de 1810. Fue en ese momento en que se depuso al gobernador
Pedro José Toledo, en Santa Cruz, que el Cabildo instauró una Junta
Gubernativa. Ésta estaba integrada por el coronel Antonio Suárez, José Andrés
Salvatierra y el doctor Antonio Vicente Seoane. Destituido el gobernador Toledo
Pimentel, Suárez salió elegido presidente de la Junta de Gobierno. En los
vaivenes de la lucha independentista, luego vendría la arremetida realista y el
posterior triunfo revolucionario. Gobernó con intermitencia hasta 1813, en que
entregó el mando al coronel Manuel Ignacio Warnes García, que había sido
enviado por el general Manuel Belgrano, comandante del segundo ejército
auxiliar argentino. Suárez fue nuevamente gobernador o prefecto entre los años
1838 y1839.
Juan Manuel Lemoine
Desde comienzos de 1809, los criollos de Chuquisaca enviaron
emisarios a los principales centros del Alto Perú, para que propaguen las ideas
libertarias de la corona española. Uno de estos fue el doctor Juan Manuel
Lemoine, quien llegó a Santa Cruz con Antonio Vicente Seoane, a los cuales se
unió el capitán Eustaquio Moldes, venido de Buenos Aires. Su prédica se vio
coronada por el éxito, al estallar el 24 de septiembre de 1810 el movimiento
emancipador.
Eustaquio Moldes
El argentino Eustaquio Moldes, fue un emisario de la Junta
de Gobierno de Buenos Aires, con la misión de urgir a los confabulados cruceños
a precipitar la acción revolucionaria independentista; juntamente con doctores
de Charcas y personalidades de Santa Cruz, promovieron la revolución del 24 de
septiembre de 1810, en esta ciudad, que fue vencida a los pocos meses y
reprimida violentamente. La independencia se lograría sólo en 1825. Fue uno de
los actores e impulsores de la revolución.
Juan Antonio Álvarez de Arenales
Fue un militar español que abrazó la causa de la
independencia; fue designado por la Audiencia (Revolucionaria) de Charcas,
Comandante general de Charcas, y le confió la organización de la milicia. El 25
de mayo de 1814, junto a Warnes, derrotó al realista José Manuel Blanco, en
Florida; el 6 de agosto fue derrotado por el coronel Velasco en el arroyo
“Sauce” (Prov. Florida); en 1820 junto al Gral. San Martín ganó la batalla de
“Pasco” (Perú); fue Gobernador de Salta (Argentina), en 1824.
Vicente Caballero
Fue uno de los gestores para la emancipación boliviana,
primer representante por la provincia de Vallegrande a la Asamblea Deliberante
(6/8/1825), firmó el acta de la Independencia de la República de Bolivia junto
a Antonio Vicente Seoane, que asistió por Santa Cruz. Este ilustre servidor
público y varias veces representante nacional, nació en Quirusilla (Prov.
Florida), el 27 de octubre de 1788 y falleció en Pulquina, (Prov.) Caballero,
el 30 de septiembre de 1972.
Agustín Saavedra Paz
Héroe cruceño que participó en varias batallas con el
coronel Marcelino Montero por la independencia. Por su valor y coraje fue
condecorado con una medalla al mérito en el campo de la batalla de Ingavi, el
18 de noviembre de 1841. El Gral. Saavedra Paz nació en Samaipata el 29 de
agosto 1796, militar de carrera, varias veces parlamentario por Santa Cruz.
Fallecido en su ciudad, el 17 de octubre de 1860. Una población en la provincia
Obispo Santistevan lleva su nombre.
Cnl. Diego La Riva
Fue un valiente patriota, actuó en varias acciones de armas
durante la guerra de la Independencia. Sobresalió en la batalla de Florida
(25/5/1814) en la que, al frente de la infantería y al lado de Warnes, Cañoto,
Arenales, Pedraza, Salazar y otros, obtuvieron una importante victoria sobre
las tropas realistas comandadas por el Cnl. Manuel J. Blanco. En 1834, como
Prefecto de Santa Cruz, fundó el hospital San Juan de Dios. Actualmente, este
nosocomio ofrece atención masiva.
Francisca López
Hermosa cruceña de la época de la independencia, conocida
como “Panchita”, se negó a peinarse con raya a la usanza impuesta por lo
chapetones realistas. Llevaba un miriñaque azul celeste con guardas blancas;
había hecho promesa a la Virgen de no cambiar de peinado hasta no ver
totalmente asegurada la causa de la patria, a la cual contribuyó con dinero,
joyas y costura para la tropa. Luego del triunfo de Santa Bárbara, por Warnes,
fue la primera en enarbolar la bandera de la patria.
Ana Barba
Heroína del 1816. Al estar expuesta la cabeza de Ignacio
Warnes, luego de su derrota a manos de Francisco Javier de Aguilera, y al ser
robada en las sombras de la noche por su esposo Francisco Rivero, ayudado por
José Manuel Baca “Cañoto”, enterró la testa de Warnes en su casa; 9 años más
tarde, en el 1er. año de libertad, la entregó al Prefecto de Sta. Cruz para
darle cristiana sepultura. Se realizó un acto solemne y los despojos de Warnes
fueron sepultados en la Catedral.
Marcelino Montero
Luego de luchar valientemente en la guerrillas por la
Independencia, al lado de San Martín, Bolívar, Ballivián y Velasco, combatió
heroicamente en la llamada batalla de Ingavi (1841), contra las fuerzas
invasoras peruanas, que fue victoria para la patria. Fundó Lagunillas en 1855,
para la defensa de la llamada Cordillera de los ataques de los chiriguanos o
chiriguanaes; en su homenaje lleva su nombre la capital de la provincia Obispo
Santistevan, antes llamada San Ramón de la Víbora.
Anselmo Ribas
Criollo cruceño de preponderante actuación. Fue gobernador
de Santa Cruz, nombrado por el Rey en 1819-1820. Ese año, ante un golpe de mano
de Cañoto, que tomó Sta. Cruz por una noche, tuvo que huir y regresar al día
siguiente. En 1825, bajo el mando del realista Francisco Javier de Aguirre,
defeccionó en Chilón, apresándolo y enviándolo a Cochabamba. El 30 de octubre
de 1828 derrotó a Aguilera en Vallegrande, lo fusiló.
La Bandera
Mediante Decreto Prefectural del 24 de julio de
1864, fue creado este símbolo departamental, estableciéndose que
estará constituido por tres franjas horizontales del mismo ancho
verdes la superior e inferior y blanca la del centro. Debemos la creación
de nuestra enseña al Dr. Tristán Roca, destacado político, periodista
y poeta, quien era Prefecto de Santa Cruz en aquel entonces.
Interpretación de sus colores. El color verde de la Bandera
Cruceña simboliza el verdor de las selvas, llanuras y montañas de
nuestra tierra, así como la viva esperanza en un futuro mejor. El
blanco representa la pureza. Simboliza hidalguía y nobleza del cruceño,
su patriotismo sin mancha y la proverbial honradez y sinceridad de
este pueblo.
El Escudo
El escudo oficial .-Es el más antiguo de los símbolos
cruceños. Fue otorgado a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra por el Rey
de España Felipe IV, mediante Cédula Real expedida en Madrid el 7
de noviembre de 1636. Esta Cédula llegó aquí en 1638.
Escudo actual.- Por decreto Prefectural No. 11/85 de
23/04/1985, el Gobierno Departamental aprobó la Resolución del IV Congreso
Cívico de la Cruceñidad, por la que se adoptó el Escudo de la ciudad
como símbolo del departamento.
Significado.- Una corona condal remata la parte superior.
Se divide en 4 cuarteles con una cruz potenzada al centro. A la derecha
del cuartel superior, 3 palmeras. a la izquierda 2 cruces entrelazadas.
El cuartel inferior derecho luce un toborochi -árbol de la región- de
tallo perforado como gruta; en el inferior izquierdo un león; inferior
al centro, una torre de castillo, almenada.
Hubo otros difundidos
El publicado en 1903.- Este escudo de Santa Cruz que aparece
en el Almanaque Guía de Santa Cruz, fue editado y publicado por Luis
Lavadenz en una publicación local en 1903. Este modelo de escudo fue poco
difundido y poco conocido porque no fue tomado como escudo oficial.
El publicado en 1906.- También fue un emblema de Santa
Cruz aunque no fue un símbolo oficial. Fue publicado en el libro de Marie Robinson Wright “Bolivia-The
central highway of South America, a land of rich resources and varied interest”
en Londres, 1906.
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