Por: LUPE CAJÍAS / Correo del Sur, 10 de Julio de 2016.
Este 9 de julio, el gran pueblo argentino coreó con más
fuerza que nunca “salud” al conmemorar los 200 años de la Declaración de la
Independencia que consolidó su lucha por el autogobierno de las Provincias de
la Plata. El documento firmado en la casa solariega de Francisca Bazán de
Laguna contó con la rúbrica de representantes de Charcas, Mizque y Chuquisaca como
símbolo de la amplia relación que unió al actual territorio boliviano con el
argentino.
Hace unos meses, el famoso historiador Felipe Pigna, en
visita a La Paz, destacó ante la prensa local “la gran deuda argentina con
Bolivia” pues “la plana mayor de la Revolución de Mayo pasó por las aulas
universitarias de Chuquisaca”.
Los sectores más radicales de esa proclama venían de ese
influjo y por ello entre los invitados de honor a los actos conmemorativos en
Tucumán estuvieron las máximas autoridades de la Universidad San Francisco
Xavier. El primer himno argentino tenía estrofas referidas a las luchas
indígenas en La Paz y en Chuquisaca, líneas que alguna mano oligárquica borró
más adelante.
Para concretar aquel célebre Congreso de Tucumán, los roles
decisivos se cumplieron en Salta, que entonces representaba también a Tarija y
Antofagasta, y fue el guerrillero Martín Miguel de Güemes –el gran compañero de
Juana Azurduy– quien ayudó a concretar la reunión de los 33 diputados.
Entre quienes declararon su “deseo de ser independientes”
estaban José María Serrano (Chuquisaca), quien ocupó el alto cargo de
Secretario; Mariano Sánchez de Loría y José Severo Malavia (Charcas); Pedro
Ignacio Rivera (Mizque); José Andrés Pacheco de Melo (Chichas y Tarija). No
llegaron Juan José Fernández Campero (Chichas) ni Pedro Buenaventura
(Cochabamba).
Manuel Belgrano
Manuel Belgrano (1770-1820) ocupó también puestos relevantes
en las luchas independentistas de Argentina y entre las tareas que le tocó
cumplir estuvo la de organizar una expedición al norte, hacia el Alto Perú. No
tuvo éxito, pero Belgrano estuvo en Bolivia; se dice que Juana Azurduy se puso
a sus órdenes y que él era devoto de la Virgen de Chaguaya.
Igualmente J. J. Castelli estudió en Chuquisaca, donde
conoció las ideas de la Revolución Francesa. En Buenos Aires se unió a los
grupos criollos independentistas. Era primo de Manuel Belgrano y Cornelio
Saavedra lo ayudó en sus trabajos iniciales. En Bolivia se lo conoce por su rol
en el Primer Ejército Auxiliar derrotado en Guaqui.
Entre los hechos más destacados está la batalla de Suipacha
del 7 de noviembre que más recuerdan los argentinos que los bolivianos, aunque
para los pueblos chicheños es el ejemplo de su heroísmo y de la destreza de sus
jinetes. Ahí la participación de Güemes fue decisiva y cada aniversario llegan
jinetes salteños hasta Suipacha para recordarlo.
Cornelio Saavedra y Rodríguez
Nació en 1759 en Otuyo (Potosí) y murió en Buenos Aires, en
1829, y los datos de su infancia, de la hacienda familiar y trabajos se
encuentran en el Archivo de la Casa de la Moneda. Fue un funcionario público en
los estertores coloniales y le cupó cumplir roles decisivos para ir sembrando
los hitos hacia la independencia de las Provincias de La Plata, aunque no era
militar de carrera ni era tan joven como los otros conjurados.
Saavedra llegó a ser General en Jefe del Ejército del Norte,
Presidente de la Junta Provisional de las Provincias de La Plata, luego Junta
Grande, cumplió un papel sereno y sagaz en la Revolución de Mayo. Se lo
considera como primer presidente de Argentina por esos cargos.
Desde sus primeros puestos coloniales defendió a los
productores criollos y fue Síndico Productor General tomando decisiones sobre
los gremios con un espíritu liberal e ideas revolucionarias. Fue Comandante de
los Patricios en la Resistencia a los ingleses. Estas tareas confirmaron la
necesidad de independizarse; cortó una revuelta oportunista de los peninsulares
para concentrar las fuerzas para el 25 de mayo de 1810, un año después de la
primera proclama en Chuquisaca, junto con otros estudiantes que habían vivido
en Charcas.
Es interesante recordar que su bisnieto Carlos Saavedra
Lama, diplomático y jurista argentino, ganó el Premio Nobel de la Paz en 1936;
es decir, una persona con sangre potosina.
Bernardo Monteagudo
Nació en Tucumán en 1789 y murió en 1825. Vivió y estudió en
Chuquisaca hasta 1808. Era muy joven cuando conoció la revuelta del 25 de mayo
en Charcas y esas acciones lo impulsaron a tomar la causa independentista. Fue
también considerado del ala jacobina por su posición radical.
En Chuquisaca pronunció su famoso silogismo ante la invasión
napoleónica hasta Madrid: “Las Indias son un dominio personal del Rey de
España, el Rey está impedido de reinar, luego las Indias deben gobernarse a sí
mismas”. En su obra “Diálogo entre Atahualpa y Fernando VII” habló sobre los
derechos indígenas. Fue apresado junto con los conjurados de 1809 pero escapó a
Potosí y luego sirvió a las tropas argentinas. Fue un crítico de la iglesia
Católica que defendía a la corona.
Formó parte de la logia Lautaro, fue representante en la
Asamblea de 1814 de las Provincias de La Plata, fue Auditor del Ejército
Auxiliar en Perú y siempre proclamó la necesidad de la unidad latinoamericana.
En su periódico “Mártir o Libre” luchó contra la mita y contra la servidumbre
de los indígenas.
Juana Azurduy de Padilla
Son muchos los episodios y los personajes que unen las
luchas políticas y sociales de Argentina con Bolivia hasta nuestros días, pero
ninguno tan fuerte y vivo como la biografía de Juana Azurduy, la chuquisaqueña
casada con Manuel Ascencio Padilla.
Juana está tan presente en el imaginario argentino que
muchos la creen de esa nacionalidad y en ese país le dedican más homenajes que
en Bolivia. La TV Pública argentina produjo un bello musical sobre su historia
con Manuel Belgrano, quien le regaló su espada en medio de los primeros
combates. Además de famosos poemas y canciones como la que interpreta Mercedes
Sosa, hay otras composiciones, programas con dibujos animados en varios
capítulos y propagandas con el lema “Yo soy Juana”.
El programa “Historia y Leyenda” de Canal 11 la calificó
como la figura femenina más importante a nivel continental en las luchas
independentistas. Nacida en Chuquisaca en 1780, mestiza, quedó huérfana y la
quisieron encerrar en un convento, pero ella supo salir y participar en
distintos combates.
Después de escapar y ver morir a cuatro de sus cinco hijos,
quedó viuda y se fue hasta Salta para unirse a Güemes por muchos años. Quiso
volver a su patria y el estado argentino la ayudó, pero en la flamante Sucre
quedó en el abandono y murió sola y pobre un 25 de mayo a los 82 años de edad.
La teniente coronela argentina, nacida boliviana, fue enterrada en una fosa
común.
Mariano Moreno Y OTROS
Nacido en Argentina en 1778 pasó sus principales años de
formación en la Universidad de Chuquisaca. En 1805 regresó a Buenos Aires para
ejercer la abogacía y en 1809 denunció los abusos de la metrópoli contra los
comerciantes.
Fue secretario de la flamante Junta de Buenos Aires después
de la revolución, garantizó la libertad de prensa y habló a favor de la
integración de los indígenas desde la Gaceta de Buenos Aires. Fue acusado de
radical, contagiado por los jacobinos del Alto Perú y lo obligaron a dimitir.
Falleció en 1811.
Posteriormente hubo otros políticos argentinos muy ligados a
Bolivia como Bartolomé Mitre, exiliado en 1865, que redactó su novela “Soledad”
en una hacienda de Río Abajo, en La Paz. O el caso de Juana Manuela Gorriti y
su familia salteña asilada en Bolivia, casada con un presidente boliviano,
Manuel Isidoro Belzu y amante de otro, José Ballivián, inspirada en los Andes
más que en su patria original.
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