MUERTE DEL OFICIAL MÁS VALIENTE DE LA CAMPAÑA GUERRILLERA CONTRA EL CHE GUEVARA


Por: Diego Martínez Estévez / Extracto de su blog: martinezestevez.wordpress.com
Siento mucho haberme tardíamente informado del fallecimiento acaecido el pasado 7 de noviembre, del teniente coronel Rubén Sánchez Valdivia, a sus 89 años de edad. En mi concepto, este oficial, durante la campaña contra guerrillera del Che Guevara de 1967, fue el oficial más valiente entre los más de 60 oficiales que tomaron parte en esta guerra genéricamente denominada “Contrarrevolucionaria”. Formó parte de la 4ta División, primero como Comandante de Compañía y luego, como Comandante del Segundo Batallón. Tres exitosas emboscadas montaron los guerrilleros del Che Guevara contra el Ejército de Bolivia: la del 23 de marzo y la del 10 de abril; en este día y con diferencia de pocas horas montaron dos: una detrás de la otra. Fue en la tercera que la compañía del entonces mayor Rubén Sánchez la que sufriría tan dura derrota. Estos triunfos del “Ejército de Liberación Nacional” serán las últimas; después y hasta el final de esta campaña se limitará a huir de la tenacidad con que las unidades militares le perseguirán hasta ser aniquilado el 14 de octubre de 1967. En esa tercera emboscada montada el 10 de abril en “Arroyo de los Monos” murieron once miembros de la patrulla del mayor Sánchez, entre ellos dos oficiales y un suboficial; fueron heridos 15 soldados tomados prisioneros 28, entre ellos, el mayor Sánchez. En esta acción, el oficial comandante se destacó por su valentía que llegó a impresionar a sus captores.
Les ofreció su vida a cambio de la liberación de sus hombres y no se inmutó ante el simulacro de fusilamiento al que fue sometido. Al momento de su liberación hasta les reclamó la devolución de su revólver. A partir del mes de julio – para la ejecución de la Operación Cynthia – el mayor Sánchez tomará el mando del Segundo Batallón y dará una lucha inclaudicable al grupo del guerrillero Joaquín, quien y en distintos combates, su efectivo será reducido, de 17 a 10 miembros. Acosado de día y noche por la presión ejercida por el Segundo Batallón, Joaquín decidirá huir de la jurisdicción de la 4ta. División para internarse en la de la 8va División donde caerá en la emboscada, el 30 de agosto. Previo a todas estas acciones, el 3 de abril, fue la compañía del mayor Sánchez la primera en incursionar a los campamentos guerrilleros desde el lado oeste del encajonado río Ñancahuazú. Por entonces y hasta la tercera semana de septiembre, el ejército boliviano tenía entendido que venía enfrentando a unos 1.200 guerrilleros divididos entre grupos. Con tal creencia, el mayor Sánchez, situándose delante de sus hombres ejecutó la orden recibida. En estas circunstancias, un oficial que acaba de ser relevado en el mando por el mayor Sánchez, afectado psicológicamente por la intensidad del fuego aéreo y terrestre desencadenadas sobre las inciertas posiciones guerrilleras, a viva voz ordenó a los soldados que se replegaran. Ante esto, uno de los Comandantes de Sección – el teniente Jorge Ayala – al percatarse de esta intromisión en el mando de la unidad, le dio parte a Sánchez y éste le conminó al intruso a guardar silencio, persuadiéndole que era preferible morir combatiendo antes que demostrar cobardía frente al enemigo.

Tres años más tarde – 1971 – como comandante de uno de los tres batallones del Regimiento Colorados, unidad directamente responsable de brindar seguridad al Presidente de la República, enfrenó la suya contra otras durante el Golpe de Estado de ese año, liderada por el coronel Hugo Banzer Suárez. Este nuevo régimen dará de baja de las filas del ejército al teniente coronel Sánchez y será sometido a una sañuda persecución. Junto al Presidente derrocado – el general Juan José Torres Ortiz – huirán a la república de Chile donde vivirán juntos y serán sometidos a una estricta vigilancia por el servicio de inteligencia de este país; labores estas que serán coordinadas con la Cancillería boliviana.

Dos años atrás, mantuve una larga conversación telefónica con este oficial y fue cuando me relató algunos pormenores de su participación en esta guerra. En sus relatos me comentó que cuando fue liberado por los guerrilleros y al arribar con su tropa liberada más sus heridos a Casa de Calamina, un agente de la CIA vestido con el uniforme boliviano y ostentando el grado de capitán pretendió que detalladamente le informara sobre todo cuando vio y escuchó la noche anterior mientras era mantenido prisionero. El mayor Sánchez, en resguardo de su dignidad y soberanìa militar boliviana, le respondió que “no era de los que daba parte a extranjeros, sino, a los canales de mando orgánicos de su ejército”. Traía consigo el “Tercer Comunicado” de los guerrilleros, a quienes les prometió hacer entrega a su destinatario. Dicho comunicado fue difundido en la ciudad de Oruro.




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