Por: Investigador O. Córdova O. ©
SE DICE QUE LOS COLORADOS ERAN HOMBRES DE GRAN TALLA CASI
TODOS BARBUDOS COMO SU JEFE. CON ALTAS BOTAS, LA RELUCIENTE CORAZA, LOS
PLUMADOS CASCOS Y LAS LARGAS CAPAS, HACÍAN EL EFECTO DE UNA COMPAÑÍA DEL DUQUE
DE ALBA EN LAS LLANURAS DE FLANDES
Cuando se inició la desigual guerra del Pacífico en 1879, Bolivia sólo contaba
con un anémico y corrompido ejército sin ninguna organización y sin
instrucción, que fue elevado a 7,360 hombres agrupados en cuatro divisiones, el
cual salió de La Paz, el 17 de abril del citado año 79, sin los elementos
indispensables para una campaña. Llegó a la ciudad de Tacna el 30 del mismo,
donde fue disloca do o fraccionado para ir a guarnecer la extensa costa
peruana (Pisa- gua, Hospicio, Agua Santa, Pozo Almonte, San Juan, San Lorenzo e
Iquique), habiendo quedado ,en Tacna cinco batallones, entre éstos el Batallón
"Daza” 1° de la Guardia, unidad sobre la cual había sido organizada la
Primera División. Durante la permanencia de las unidades bolivianas en aquella
ciudad, que fue hasta mayo de 1880, ellas "se entregaban a los ejercicios
y prácticas de combate, y en los simulacros o maniobras realizadas en los
alrededores de Tacna, el Colorados despertaba gran entusiasmo. “Ya envolvía con
pasmosa celeridad al enemigo o tomaba prisioneros batallones íntegros, como
desaparecía instantáneamente a la señal dada por su jefe". Con el último
eco de la voz de mando, los soldados se perdían en las ondulaciones del
terreno, volvían a reunirse, desanillarse por el campo y burlar siempre a sus
adversarios... Y por la tarde, cuando regresaba a su cuartel ovacionado por el
pueblo, todos los corazones palpitaban de alegría y sentían cruzar por las
calles, junto a aquella tropa veterana, cierto rayo de esperanza.. Se dice que
entonces los Colorados eran hombres de gran talla casi todos barbudos como su
jefe. Con altas botas, la reluciente coraza, los plumados cascos y las largas
capas, hacían el efecto de una compañía del Duque de Alba en las llanuras de
Flandes.
Pero pronto esa esperanza debía desvanecerse, debido a la traición de
Camarones. Pues el 8 de noviembre de 1879, el ejército boliviano de Tacna, bajo
el comando de Daza, salía en dirección al puerto de Arica, para ir a reunirse
con el ejército del general Buendía, en el sud. El 11 internábase en el
desierto siguiendo su penosa ruta y durmiendo en campo raso; viajó fatigado por
el calor, hambriento y agobiado por la sed, hasta que al fin, después de cuatro
días de penosa marcha, llegaba a Camarones. La historia aún no ha podido
aclarar hasta hoy los motivos que tuvo el general Daza, para no avanzar de este
punto y contramarchar más bien a Tacna. “ Cuando se comunicó a la tropa la
orden de contramarcha, se presentaron los sargentos Colorados” ante Daza, y le
dijeron: —"Señor, ¿cómo vamos a contramarchar enfrente del enemigo sin
haber vengado a nuestros hermanos de Pisagua? —"Nó, contestó el general
Daza;— van ustedes a sucumbir en el desierto; y yo los quiero como a mis hijos
para no consentir ese sacrificio estéril. —"Pero, señor, —replicaron los
sargentos—, morirá la mitad, pero siempre quedará la otra mitad para peléar.
—"Nó , hijos míos, —insistió Daza;— el Director de la Guerra, nos llama
para defender el Morro de Sama, que va a ser atacado por los chilenos. —"
¡Al Morro de Sama!” , —gritaron todos los sargentos al oír esto, y se
prepararon a contramarchar. " Al regreso de Camarones entró el Batallón
Colorados en Tacna, a las dos de la mañana, porque así se había dispuesto para
evitar un conflicto con el pueblo, que se preparaba para darle una cordial
bienvenida. "Desde ese día, Daza solía hacer visitas a puerta cerrada para
hablar con más confianza con sus hijos. En. una de ellas, hacia principios de
diciembre, "muy serio como agobiado bajo el peso de una preocupación
enorme” , interrogó: "¿Dónde están mis soldados? ¿Dónde están los
vencedores de Chacoma y Cochabamba? Aquí sólo veo caras de cobardes, de
traidores, de esos que en Camarones no quisieron acompañar a su general”;
pasando luego a la sala de las compañías 3a. y 4a., donde repitió la comedia.
Salió de las filas el sargento 1° Viscarra, de la 4a. compañía, se cuadró
respetuosamente y le dijo: "Usted perdone, mi general; no podemos ser
nosotros los causantes de la deshonra que ha echado encima de usted la retirada
de Camarones, cuando fuimos nosotros mismos a rogarle a la casita que le
servía de alojamiento, que nos llevara en su compañía hasta encontrar a los
chilenos.
(HISTORIA DEL EJERCITO DE BOLIVIA 1825 - 1932, J. DIAZ
ARGUEDAS).
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- HISTORIA DEL "REG. 1° DE INFANTERÍA COLORADOS". SU ACTUACIÓN EN LA GUERRA DEL PACÍFICO (2A. PARTE). LA GRAN BATALLA.
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- RUFINO SALCEDO RECUERDA SU PASO POR LAS TRINCHERAS, VOLVIÓ COMO HÉROE DE LA GUERRA DEL CHACO
- LAS EPÍSTOLAS DE LA GUERRA DEL CHACO: DEL CAPITÁN RAFAEL PABÓN A SU ESPOSA, LA SEÑORA BETZABÉ ELÍO ALBORTA
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