LA PARTICIPACIÓN DE CARABINEROS EN ABRIL DE 1952


Por: Jesús Rojas Padilla / La Razón, 25 de octubre de 2015.

En el Tomo VI de Bolivia, su Historia producido por la Coordinadora de Historia, el estudio La Revolución en marcha (sobre los sucesos del 9, 10 y 11 de abril de 1952) está plenamente marcado y alineado en el discurso creado por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y por los mineros durante el doble sexenio del movimientismo (1952-1964). Tal discurso poco a poco se convirtió en oficial e irrefutable. Es más, esa idea fue fríamente direccionada a hegemonizar la postura de que el MNR, los mineros y el pueblo habían hecho la revolución.
Pese a los esfuerzos por “desaparecerlo” de la historiografía, un protagonista de abril del 52 fue el Cuerpo Nacional de Carabineros y Policías, institución de trascendental participación antes, durante y después de dichos sucesos.
En La Revolución en marcha intencional o inconscientemente el Cuerpo de Carabineros no aparece o solo es citado en una línea, como un apoyo pasajero. Para comprender su real participación es necesario acudir a sus inicios.
Esta unidad fue creada en 1937, al haberse fusionado el Cuerpo de Carabineros y la Policía de Seguridad. Se organizaba en ramas: la civil, constituida por policías que investigaban el delito; la uniformada, por carabineros dedicados a combatirlo. Se regía por reglamentos militares. En sus filas tenía a militares reenganchados (excombatientes de la Guerra del Chaco) o destinados, y carabineros egresados de la Escuela de Carabineros y Policías.
La instrucción militar —iniciada en 1943, por orden del presidente Gualberto Villarroel— fue armando y equipando con logística militar de grueso calibre a los carabineros, llegando a constituirse en un brazo armado superior al Ejército. Los reservistas tenían el derecho a reengancharse como carabineros de tropa.
Bajo la dirección del coronel de Ejército Isaac Vincenti (1946-1951) se consolidó el proyecto de “carabineros en las ciudades y militares en el área rural”. En 1951, el regimiento Sucre fue trasladado a Achacachi. Ese año, durante los asaltos violentos (de elementos subversivos) de las comisarías de Ch’ijini y Munaypata, fallecieron varios carabineros y policías detectives en el cumplimiento de su deber.
El 9 de abril de 1952, el Cuerpo de Carabineros y Policías fue movilizado “institucionalmente” por el ministro del Interior, general Antonio Seleme Vargas, lo que significó la toma de instituciones estratégicas, como prefecturas y cuarteles militares en toda la república. En Oruro, Potosí y Cochabamba, la falta de precaución y cautela de los dirigentes movimientistas, llevó a enfrentamientos posteriores, con vidas inmoladas a la “revolución”. 
En la ciudad de La Paz, en la madrugada de ese 9 de abril, fueron movilizados los regimientos de carabineros Capitán Zeballos y 21 de Julio, la Brigada Departamental de Policías, cadetes de la Escuela de Carabineros y Policías y la Dirección General de Policías y Carabineros, todos con armamento y municiones, para tomar zonas estratégicas.
A todos los civiles del MNR, así como a voluntarios, el Cuerpo les distribuyó armas y municiones, provenientes de la Brigada Departamental, de la Dirección General y de los regimientos de Carabineros. El arsenal de la plaza Antofagasta, tomado por el capitán de Ejército Israel Téllez, ya había sido distribuido masivamente a combatientes civiles.
El miércoles 9 de abril de 1952, durante la mañana y parte de la tarde no se vio ningún enfrentamiento “fantástico”. Es más, el MNR y su cúpula de dirigentes, desde radio Illimani, tuvieron el tiempo suficiente para destinar horas a discursos y análisis sobre el nuevo gobierno “revolucionario” de las Fuerzas Armadas, Carabineros, el MNR y Falange (Socialista Boliviana, FSB) dirigidos por el “Presidente”, general Antonio Seleme Vargas. Durante estas horas “apremiantes” se fue creando el discurso de que la “revolución la hizo el pueblo”, pese a que ese día, el “golpe revolucionario” había sido totalmente pacífico, sin ningún acto “heroico” de armas.
Juan Lechín, desde radio Illimani, discursaba sobre la participación minera en la “revolución” y convocaba a los distritos mineros próximos a la ciudad de La Paz, para movilizarse y hacer “acto de presencia”, porque según él era necesario defender la “revolución”. Revolución que no había tenido ninguna participación minera hasta ese momento. 
En horas de la tarde, el general Humberto Torres Ortiz se pronunciaba en defensa del gobierno del general Ballivián, estableciendo su cuartel en la Base Aérea de El Alto de La Paz y al mismo tiempo ordenando la movilización de varios regimientos (nueve en total) con rumbo a La Paz, para escarmentar a los golpistas.
La movilización del batallón de cadetes del Colegio Militar (Colmil) no fue solo una orden militar, sino una cuestión de honor institucional: los cadetes optaron por movilizarse a consecuencia de enterarse de que el golpe fue hecho por los carabineros, sus enemigos a muerte, y que estaban dirigidos por el traidor turco Seleme.
Recién en la tarde del 9 de abril empezaron los combates y por razones del apagón de electricidad a la ciudad, el enfrentamiento se reactivó energéticamente al día siguiente, el jueves 10 de abril de 1952. Los mineros de Milluni fueron capturados por tropas del Regimiento Pérez Tercero de Infantería en la zona de Achachicala, cuando avanzaban rumbo a la ciudad de La Paz. Su participación no existió sino hasta el 11 de abril, cuando fueron liberados por los carabineros.
Ante la renuncia del general Seleme a la conducción del “Gobierno Revolucionario”, se hizo cargo el doctor Hernán Siles Zuazo, el jueves 10 de abril. Las tropas movilizadas de carabineros y policías detectives fueron puestas a disposición del Comando Revolucionario de Carabineros, a órdenes de Hugo Roberts Barragán, coronel de carabineros, César Aliaga y Wálter Valda, quienes trazaron una nueva estrategia de combate, movilizando carabineros y policías detectives a lugares donde se desarrollaba la refriega.
Cabe resaltar que el personal de carabineros y policías detectives estaba instruido en combate urbano, instrucción que el Ejército no tenía, razón por la cual capturaron el polvorín de Caiconi, con el uso de morteros. El Cuerpo de Carabineros y Policías combatió fervientemente el 10 y 11 de abril de 1952, cooperado por los voluntarios civiles y militantes del MNR. Su liderazgo fue indiscutible. 
El 11 de abril de 1952, el Comando Revolucionario de Carabineros aplicó el plan “Tres Tenazas”, por el cual carabineros y policías detectives de distintas unidades, tomaron la ciudad, atacando cualquier foco “contrarrevolucionario”. Una primera columna descendió desde la tranca a los Yungas, plaza Arqueológica (plaza Villarroel), río Orkojahuira hasta el Cuartel General. La segunda columna reforzó el frente Universidad, Laikakota y Cuartel General. Finalmente, la tercera columna marchó sobre el centro, San Jorge, Sopocachi, Llojeta y Alto San Pedro.
Fue destacada su participación en la captura de regimientos militares en Llojeta, Sopocachi, Cementerio, Base Aérea de El Alto de La Paz y la defensa del Colmil por cadetes carabineros. 
El Cuerpo de Carabineros y Policías tuvo una destacada participación, la que poco a poco fue borrada por la historia oficial. Lo contradictorio es que Bolivia, su Historia, Tomo VI, siga la misma línea de la “historia oficial”, encasillando nuevamente al Cuerpo de Carabineros y Policías (con un sistema de radio comunicaciones en toda la ciudad, con personal capacitado en lucha urbana, con excombatientes y reservistas reenganchados y armamento superior al Ejército) a solo un “apoyo” pasajero y sin ninguna trascendencia.





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