Gonzalo Díaz Díaz de Oropeza / Publicado en Pagina siete 17
de noviembre de 2013.
En 1937 llegó al país una misión de carabineros italianos
que fue contratada por el gobierno de David Toro para organizar el Cuerpo de
Carabineros de Bolivia, la cual cumplió funciones todo ese año.
El 3 de enero de 1937 llegó a La Paz una misión conformada
por nueve policías de la Italia fascista de Benito Mussolini. Esta misión de
expertos fue contratada en octubre de 1936 por el gobierno de David Toro y
tenía la misión de organizar la Policía Boliviana.
La llegada de la misión de policías italianos se anunció por
primera vez el 20 de octubre de 1936. Según El Diario, en días previos se había
instruido al representante boliviano en Italia para que contratara los
servicios de 10 técnicos policiales especializados.
Luigi Guarnieri Calò Carducci, en un artículo publicado en
2003 en la revista Altreitalie -gentileza de Patrizia di Cosimo-, afirma que en
el Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia se veía con buenos ojos el
acercamiento con Bolivia, pues "el envío de una misión de Policía (…) no
podía dejar de tener repercusiones favorables” para el prestigio del régimen
italiano en otros "Estados sudamericanos”.
Según el conservador del Museo y Archivo Histórico Policial,
capitán José Arancibia, las misiones de carabineros italianos no sólo llegaron
a Bolivia, sino también a otros países de la región como Chile y Colombia.
En el primer anuncio de la llegada de la misión se afirmaba
que ésta se ocuparía de "organizar las reparticiones locales sobre
procedimientos modernos”, para lo cual los técnicos italianos debían preparar
al personal del Regimiento de Carabineros, crear la Brigada de detectives,
organizar la policía rural y "finalmente elevar a un rango superior el
elemento del Gabinete Criminológico, anexo a la División de Investigaciones”.
Días después se recalcaba que el propósito era
"reorganizar las reparticiones policiales de la república, sobre bases
científicas”, para lo cual se preveía la introducción de la escuela de
sumariantes.
¿Qué se buscaba en esta escuela de sumariantes?
"Instruir a los agentes de la policía de investigaciones, en las prácticas
relacionadas con la organización de los sumarios policiales en asuntos
criminales”.
Preparativos y llegada
El 20 de octubre de 1937, El Diario informó que el Director
General de Policías coordinaba con el personal superior de las reparticiones
para "ordenar la inmediata selección del personal que debe (debía) ponerse
en contacto con los técnicos italianos”. Pocos días después, el propulsor del
mejoramiento técnico, el teniente coronel Zacarías Murillo, ya se ocupaba de la
preparación de los inmuebles en los cuales la misión extranjera desarrollaría
su trabajo.
La llegada de la misión estaba prevista para mediados de
noviembre, pero ésta arribó a La Paz el 3 de enero de 1937. Días después, el 7
de enero, en una columna titulada "Lo que se espera de la misión italiana”,
publicada en El Diario y firmada por el Departamento N1 de Propaganda, se
informaba que la misión de italianos había llegado para "organizar el
servicio de policías”, que hasta esa fecha no era más que "una evocación
de lo que era la vigilancia, el amparo a la propiedad y a las personas en los
lejanos días del coloniaje”.
En el seno de la institución de aquella época, se
consideraba que el cuerpo policial era un resabio de las instituciones
coloniales, que sólo cambiaría con técnicos especializados "conscientes de
la responsabilidad que han contraído con el Estado”. Otra cuestión que se
quería corregir era el hecho de que los policías, "después de los maestros
de escuela”, eran los funcionarios peor pagados.
En el comunicado del Departamento N1 se afirmaba que la
misión todavía tenía mucho que "observar y remediar” y una vez que la
misión cumpliera su cometido, como se esperaba, habría "logrado satisfacer
uno de los mayores anhelos gubernamentales socialistas del presente”.
Según la Historia de la Policía Nacional (1996), que se
puede consultar en el Museo Policial y Archivo Histórico de la calle Colón, la
misión estaba presidida por el comisario doctor Domenico Ravelli. Sus otros
miembros eran el comisario profesor Michelle Pallota y los carabineros teniente
coronel Luigi Bertarelli, capitán Luzzago Constanzzo, el doctor Barranco
Rosario Oreste, el centurión Giusseppe Togni, el suboficial Salvattore Oppo y
el sargento de milicias Saverio Furci.
Precautelar la soberanía
Como se trataba de un cuerpo extranjero en misión oficial en
el país, el 16 de enero de 1937 se promulgó un decreto supremo que tenía el fin
de "precautelar los principios de soberanía” del país. Mediante esta
disposición se reconoció oficialmente a la misión italiana.
Con esta resolución, según la Historia de la Policía
Nacional, todos los miembros de la misión quedaban bajo el control y orden del
Director General de Policías de la República de Bolivia, quien debía asignar
funciones según la preparación técnica de cada comisionado. De esta forma, los
miembros de la delegación contribuyeron a que la organización policial
evolucionara, se perfeccionara y se constituyera en "un órgano natural de
autoridad”, perceptible hasta en el "último extremo de la República”.
El resultado sería la constitución de una estructura capaz
de luchar "contra la delincuencia y los elementos subversores del orden
público”.
Plan de acción
Tras ocho meses de trabajo, el 4 de septiembre El Diario
informó que la misión italiana de Carabineros Reales había presentado "a
la consideración del Gobierno un plan de acción”, en el cual se aclaraba que la
organización del Cuerpo de Carabineros de Bolivia sería similar al existente en
la Italia fascista.
Según el matutino, se trataba de un "vasto y completo
proyecto de reorganización del Cuerpo de Carabineros en Bolivia”.
La innovación principal de la propuesta fue que el Cuerpo de
Carabineros, al igual que pasaba en Italia, debía formar parte del Ejército y
como tal dependería "en su administración, organización y disciplina” del
Ministerio de Defensa, pero en el ejercicio de sus funciones ordinarias de
servicio y empleo a la población respondería al Ministerio de Gobierno.
De esta forma, el "nuevo carabinero” boliviano se
formaría bajo un estricto proceso de disciplina, en el cual se imbuiría de
valores como la obediencia, la lealtad absoluta y el deber, los cuales serían
la mayor garantía para el cumplimiento de sus deberes ordinarios en tiempo de
paz; además prestaría "inestimables servicios” al país en caso de un
conflicto armado.
Dos proyectos
La misión italiana dejó dos proyectos que quedaron inéditos
según la Historia de la Policía Nacional. Uno titulaba "Proyecto de Máxima
para la constitución de la Milicia Especial de la Policía Boliviana” (MEPB),
que fue compilado por Michelle Pallota y Giuseppe Togni, y el otro, el
"Proyecto de Reglamento Orgánico para los Carabineros Bolivianos”, fue
elaborado por el teniente coronel de Carabineros Reales Luigi Bertarelli.
En el seno de la misión hubo divergencias y ellos no veían
su trabajo de manera satisfactoria. Según Guarnieri, en septiembre de 1937, el
representante italiano explicó que no se lograron los resultados pero que
"el camino de la reforma” estaba redactado y sólo era necesaria una supervisión.
Guarnieri también aduce que la misión de policías italianos
no pudo desenvolverse plenamente tanto por desacuerdos internos, como por
malentendidos con las autoridades bolivianas, pues en su seno se aducía que en
una situación de inestabilidad política una misión de policía no podría
funcionar normalmente, sobre todo cuando ella no quería verse mezclada en los
asuntos políticos internos.
Derrocamiento de Toro
En mayo de 1936, el gobierno de José Luis Tejada Sorzano fue
derrocado por los coroneles David Toro y Germán Busch, pero al cabo de unos
meses esta alianza se disolvió y en los primeros meses de 1937 Germán Busch
dimitió de su cargo como jefe del Estado Mayor General, quitando así el apoyo
que hasta ese momento había dado al gobierno de Toro.
Pocos días después, el 13 de marzo de 1937, Toro anunció la
confiscación de los bienes de la Standard Oil, cuyas posesiones pasaron a
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). Esta acción insufló cierta
popularidad al gobierno de Toro, pero ella no fue suficiente porque el 13 de
julio de 1937 Germán Busch derrocó al gobierno de David Toro.
Según Guarnieri, el gobierno de Germán Busch "no estaba
convencido de la utilidad de la misión”, que además representaba un costo de un
millón de bolivianos para el erario nacional.
Al finalizar 1937, la misión de carabineros italianos
retornó a su país; sin embargo, dos de sus miembros se quedaron "a título
personal” en calidad de consejeros de la Dirección General de la Policía
Boliviana.
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