BOLIVIA AL MUNDIAL
Este artículo fue publicado originalmente en el Periódico La
Razón el 16 de septiembre de 2013.
Fue la época dorada en la que el fútbol boliviano tenía
hasta dos selecciones por la cantidad del talento reunido de esa generación que
logró la clasificación al Mundial de Estados Unidos. Pasaron 20 años desde
entonces y los protagonistas de esa hazaña tienen sentimientos encontrados
debido al presente del balompié nacional.
El 19 de septiembre de 1993 Bolivia entera vibraba —el
jueves se recordará los 20 años— porque la selección nacional dirigida por
Xabier Azkargorta conseguía el boleto mundialista. Sin embargo, hoy el fútbol
boliviano está cerrando su quinta eliminatoria mundialista consecutiva con
derrotas y fracasos.
“La clasificación fue producto de un proceso que no se
planificó, pero comenzó en 1988. No fuimos al Mundial de Italia 90 por un gol,
pero después lo logramos por la calidad de los futbolistas. Fue hermoso, pero
no se hizo más. Creo que desperdiciamos y dejamos pasar esa experiencia de cara
al futuro y ahora así estamos”, asegura William Ramallo, goleador de esa
eliminatoria con siete conquistas.
El llamado Goleador de América sostiene que hace dos décadas
se tocaba el cielo y ahora se toca el fondo. “A todos nos faltó capitalizar
aquello”.
“Clasificarnos a un Mundial fue uno de los mejores momentos
de mi vida. Tenía 34 y estaba a un día de cumplir 35. Ahora no estamos bien. No
hemos seguido ese mismo camino y hay muchas cosas por mejorar y ajustarnos
entre todos”, afirma Milton Melgar, uno de los capitanes de ese seleccionado.
El zaguero Juan Manuel Peña asegura que los recuerdos de esa
época son inolvidables, admite que se tiene aún que celebrar, pero también
trabajar para volver a repetirlo. “Bolivia siempre tuvo talento, siempre hubo
cosas interesantes, pero como que nos quedamos y tenemos que reaccionar. Acabó
otra eliminatoria triste para nosotros. La cuestión es planificar e invertir”,
dice el exfutbolista de una gran trayectoria en España.
Para Johnny Villarroel, la clasificación fue el sueño hecho
realidad, pero no se trabajó para darle continuidad. “Son recuerdos gratos.
Bolivia tenía 40 jugadores de gran nivel, era el punto de partida para encauzar
nuestro destino futbolero para ser una selección poderosa, pero por muchas
razones no fue así. Justo hace pocos días que nos despedimos de ir a otro
Mundial y es porque Liga y Federación no están bien y eso se refleja en la
selección”, afirma el exatigrado
El zaguero Marco Sandy manifiesta que la eliminatoria de
1993 es uno de los hechos más importantes de su vida y por ello siempre está
agradecido a Dios.“El final fue bonito, pero hubo momentos duros, como cuando
perdimos un amistoso con Chile. Lamentablemente no pudimos repetir más ese
éxito, pero tenemos que replantearnos y nos queda muchas cosas por hacer desde
diversos niveles”.
El exvolante Modesto Soruco destaca que en ese premundial se
unió a todo el país y que como nunca vio tantas banderas bolivianas en Santa
Cruz y en los lugares más lejanos. “Pensé que íbamos a seguir bien, pero creo
que nos conformamos muy rápido, no nos fortalecimos y nos quedamos estancados y
por eso estamos así”, lamenta.
Otro jugador que fue parte de ese proceso eliminatorio es el
zaguero Sergio Rivero, quien califica que fueron dos años de gloria. “Veinte
años después..(silencio) nuestro fútbol ha bajado muchísimo y no es culpa del
jugador, sino falta planificación, se improvisa y así salen las cosas”,
sostiene desde San Matías, localidad cruceña fronteriza con Brasil.
Plantel y cuerpo técnico
Carlos Leonel Trucco
Darío Rojas
Marcelo Torrico
Gustavo Quinteros
Miguel Ángel Rimba
Sergio Rivero
Juan Carlos Ríos
Miguel Ángel Noro
Marco Antonio Sandy
Juan Manuel Peña
Roberto Pérez
Modesto Soruco
Luis Héctor Cristaldo
Mario Pinedo
Iván Castillo
Marco Antonio Etcheverry
Julio César Baldivieso
José Milton Melgar
Carlos Fernando Borja
Ramiro Castillo
Erwin Sánchez
Álvaro Peña
Jaime Moreno
Johnny Robert Villarroel
William Ramallo
Cuerpo Técnico:
Xabier Azkargorta (DT)
Antonio López (asistente)
Carlos Aragonés (asistente
Luis Orozco (PF)
Miguel Elías Z.(médico)
Omar Rocha (fisioterapia)
Javier Ávila (logística)
Óscar Rodríguez (utilería)
Rudy Merlo (utilería)
El camino al mundial de estados unidos 1994
18-07-93 Puerto Ordaz
Venezuela 1 - Bolivia 7
25-07-93 La Paz
Bolivia 2 -
Brasil 0
08-08-93 La Paz
Bolivia 3 -
Uruguay 1
15-08-93 La Paz
Bolivia 1 -
Ecuador 0
22-08-93 La Paz
Bolivia 7 -
Venezuela 0
29-08-93 Recife
Brasil 6 - Bolivia 0
12-09-93 Montevideo
Uruguay 2 - Bolivia 1
19-09-93 Guayaquil
Ecuador 1 - Bolivia 1
Brasil (12 puntos) y Bolivia (11) se
clasificaron al Mundial
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LA GRAN SELECCIÓN BOLIVIANA DE 1993-1994
Este artículo fue publicado originalmente en: http://www.culturaredonda.com.ar/grandes-equipos-bolivia-1993-1994/
Nunca se había dado antes, nunca más volvió a repetirse. La
gesta de la Selección de Bolivia en 1993 fue histórica e irrepetible, hasta el
momento. Una generación de grandes futbolistas sacudió al continente y logró el
pasaje al Mundial de Estados Unidos de 1994 poniendo de rodillas a Brasil y
dejando en el camino a un grande de la región como Uruguay.
El conjunto del Altiplano ya había estado cerca en 1989, en
las Eliminatorias rumbo a Italia. En aquella oportunidad, la diferencia de gol
le negó el ticket mundialista a Bolivia, que había participado de los
certámenes de Uruguay en 1930 y de Brasil en 1950 aunque en ambos casos había
llegado por invitación. La Celeste de Oscar Washington Tabárez superó al equipo
verde en el anteúltimo juego de una zona de tres que completaba Perú y
finalmente cuatro goles de diferencia entre ambos (los dos conjuntos sumaron
seis unidades) fueron la ventaja para los orientales.
Las Eliminatorias antes del cambio de formato eran
diferentes. Se trataban de un torneo corto, constreñido a un par de meses y en
donde los entrenadores tenían semanas de trabajo con sus dirigidos. En 1993,
dos zonas componían la fase previa a Estados Unidos y Bolivia compartía el
grupo junto a Brasil, Uruguay, Ecuador y Venezuela. Dos plazas salían de este
grupo y una y un repechaje del otro de cuatro (Argentina, Colombia, Paraguay y
Perú; Chile había sido suspendido).
A Bolivia había llegado a finales de 1992 Xabier Azkargorta;
seguramente pocos apostaban porque este vasco que se había retirado muy joven
del fútbol calaría tan hondo en el espíritu del pueblo boliviano. Sin demasiado
tiempo por delante se puso como objetivo romper con la traba mental del jugador
de aquel país antes de las grandes citas.
Tuvo su primer desafío en la Copa América de Ecuador. Si
bien se fue sin triunfos del torneo, apenas cayó -y por la mínima- ante
Argentina y además igualó ante Colombia y México. Las primeras señales del
proceso eran positivas.
Contaban los futbolistas luego de que el pasaje a Estados
Unidos estaba logrado, que Azkargorta había logrado convencerlos de que podían
salir a jugar de igual a igual. No tanto por una cuestión táctica o
estratégica, sino de algo psicológico: ellos tenían tantas posibilidades de ir al
Mundial como otro equipo. Dependían de su trabajo y de lo que pudieran dar en
el campo. “El jugador boliviano no se quería a sí mismo”, sintetizaría el
vasco.
Volvamos al formato de las Eliminatorias. En poco más de dos
meses, Bolivia se jugaría su suerte. Era un torneo corto, de apenas ocho
encuentros, y en el cual el conjunto del Altiplano se vio favorecido por el
buen momento de algunos futbolistas que serían claves entre el 18 de julio y el
19 de septiembre de 1993.
El fixture también le dio un guiño a aquel equipo. Si había
una manera en la cual podían quedar los encuentros a favor del equipo
boliviano, era la que se dio. Arrancó jugando en Puerto Ordaz, ante la débil
Venezuela de comienzos de los 90, y el resultado es hasta hoy la mayor victoria
a domicilio de Bolivia: 7-1, pese a haber arrancado en desventaja.
Fue un baile de novela aquel partido y el Diablo Marco
Antonio Etcheverry comenzaba a mostrar todo su talento. Pero no era el único;
aquella Eliminatoria contó con muchas piezas importantes. Nombramos algunos
jugadores que formaron parte del proceso: Carlos Trucco, Marco Sandy, Milton
Melgar, Gustavo Quinteros, Miguel Ángel Rimba, Julio César Baldivieso, Erwin
“Platini” Sánchez, Ivan Ramiro Castillo, Luis Cristaldo y Álvaro Peña, además
otros como Oscar Sánchez o Juan Manuel Peña eran figuras de recambio.
Tras el cimbronazo inicial que significaba una victoria tan
amplia, Bolivia escribiría una de las páginas más importantes de su historia
futbolística. En la segunda fecha recibió en el Hernando Siles a Brasil, hasta
allí invicto en la historia de las Eliminatorias. Los de Azkargorta dieron otra
vez la nota y los superaron por 2-0, pese a haber errado un penal a diez del
final, con el marcador en cero. Un autogol de Taffarel y otro de Álvaro Peña
sellaron la hazaña.
Iban dos jornadas y Bolivia ya despertaba el interés de
propios y extraños. Quedaba claro que el equipo tenía con qué pelear y lo
ratificaría con tres triunfos consecutivos: el 8, el 15 y el 22 de agosto se
cargó en La Paz a Uruguay (3-1), Ecuador (un duro 1-0 donde los del Pacífico
fueron perjudicados por el árbitro) y Venezuela (un lapidario 7-0; Bolivia fue
el equipo más goleador de las Eliminatorias con 22 tantos en ocho juegos).
Tras cinco partidos, Bolivia lograba el cien por cien de los
puntos. La clasificación no estaba lejos, pero le quedaban las visitas a
Brasil, Uruguay y el cierre en Ecuador, que por esos tiempos no actuaba en
Quito sino en Guayaquil. Ya el país todos se habían encaramado detrás de un
equipo que contaba con piezas del equipo juvenil que había salido campeón
sudamericano en 1987 en el Sub 17.
Al hablar de cada equipo de Bolivia en las Eliminatorias se
habla de la altura. Es lógico, ya que es un problema para los adversarios del
llano, pero en esas palabras muchas veces se da a entender que sólo con ese
factor le tendría que alcanzar al equipo verde. Grave error; sólo con una muy
buena camada de jugadores los de La Paz llegaron a una cita mundialista. Nunca
más repetirían la gesta (aunque en el camino a Francia 98 quedaron realmente
cerca, a un par de puntos).
La visita a Brasil, que hizo de local en Recife, fue pésima
desde lo deportivo: Bolivia caía al entretiempo por 5-0, luego la Verdeamarelha
anotaría uno más. Sin embargo, sirvió para fortalecer más al grupo, en el
regreso a La Paz, una multitud esperó al equipo para animarlo.
Tras dos semanas, se jugaban una parada importante. Los de
Azkargorta iban a Montevideo, un empate les daba el pasaje a la gloria. Cinco
mil bolivianos acompañaron a su equipo en el Centenario, sin embargo, el júbilo
debería esperar. Claro, no contaban con la actuación del árbitro colombiano
Armando Pérez Hoyos, quien literalmente bombeó a la visita. A saber: inventó un
penal en favor de Uruguay a los dos minutos, dio nueve minutos de descuento
cuando el juego estaba 1-1 en la segunda parte y en ese lapso Fonseca anotaría
en posición más que dudosa. Azkargorta se quejaría amargamente tras el partido.
Quedaba la última fecha; Bolivia ganando se metía en el
Mundial, pero un empate en Ecuador generaba que el equipo dependiera de que
Uruguay no triunfe en el Maracaná ante Brasil. Los verdes, con sufrimiento, se
llevaban un empate de Guayaquil y de todas maneras les hubiera alcanzado con
una derrota ya que la Celeste cayó en Río. Bolivia, por primera vez en su
historia, llegaba a una Copa del Mundo por la vía de la clasificación.
Se venía la Copa del Mundo y la suerte no acompañó demasiado
a Bolivia. El sorteo le deparó ser uno de los equipos del juego inaugural: del
otro lado estaba la Alemania reunificada que contaba con muchos jugadores
campeones en Italia cuatro años antes. Eran los tiempos donde aún estrenaba el
certamen el campeón defensor. Además, el grupo lo conformaban Corea del Sur y
España.
Para el Mundial, Azkargorta y su cuerpo técnico realizaron
una gira para adaptar al equipo a jugar al llano. Más de 45 días de preparación
tuvieron los futbolistas antes del torneo, aunque nuevamente el azar le jugaba
una mala pasada. El Diablo sufrió una lesión jugando para Colo-Colo de Chile y
no llegó en su mejor forma física a la copa.
Pasó el papelón de Diana Ross en la ceremonia previa y venía
el fútbol. Dignísima actuación de Bolivia; un error de la defensa y de Trucco
le permitió llevarse el trabajado triunfo a Alemania bajo el abrasador calor
del verano de Chicago. Los teutones contaban con apellidos como los de Andreas
Möller, Mathias Sammer, Lothar Matthaus, Basler o Jurgen Klinsmann, quien
terminaría anotando el único gol del juego alos 15 del segundo tiempo. Minutos
antes, Cristaldo se había perdido el primero y Platini Sánchez fue una de las
figuras del juego.
Todo lo contrario para Etcheverry. El crack ingresó a trece
del final, pero se fue expulsado tres minutos más tarde por una agresión sin
pelota. 180 segundos, eso duró la experiencia mundialista del Diablo.
Como pasaban 16 de los 24 equipos, las chances estaban
intactas. Tras la grata imagen del debut, el segundo era el partido clave, ante
Corea del Sur, que venía de igualar en dos ante España y complicar así a
Bolivia. Seis días después del primer partido, en el Foxboro de Boston donde
Diego Maradona jugaría un par de jornadas más tarde su último encuentro con la
Argentina, salían los del Altiplano con todas sus esperanzas.
Si bien Bolivia contó con algunas chances, en especial en
los pies de Baldivieso, lo cierto es que Corea del Sur estuvo más cerca del
triunfo; hizo algunos méritos más que el equipo de Azkargorta. De todas
maneras, no se abriría el marcador. Los de verde sumaban su primer punto en un
Mundial pero si querían seguir adelante debían vencer a España.
Aquella Furia fue el equipo que perdió en cuartos ante
Italia con la historia de Mauro Tassotti, Luis Enrique y demás. Venía de otro
empate, ante Alemania, y también necesitaba sumar de a tres. Ramallo reventó el
travesaño y ese fue el síntoma de que no sería la tarde boliviana. Luego un tal
Josep Guardiola (que jugaba con la camiseta número 9) puso de penal el 1-0.
En el complemento, José Luis Caminero ponía el segundo pero
Platini Sánchez anotaba, rebote de por medio, el único gol verde en la
competición. Nuevamente Caminero ampliaba. De allí al final, Bolivia lisa y
llanamente lo cagaría a pelotazos a España, pero los de Azkargorta no pudieron
recortar distancias frente a un equipo que tenía el plus de ser campeón
olímpico y contaba con la base del Dream Team de Cruyff. Pese a esas
diferencias, Bolivia se iba dejando una muy buena imagen. Sin dudas, la
ausencia del Diablo Etcheverry minó las chances del conjunto.
Así se cerraba la historia de este equipo que quedó en las grandes
páginas del fútbol sudamericano. Durante dos meses gestó la hazaña y luego pudo
disfrutarla, pese a los contratiempos, en Estados Unidos con una digna
actuación. En tiempo donde Bolivia parece lejísimos de poder repetir la gesta,
es bueno recordar a ese conjunto que marcó un antes y un después.
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